El Premio Nobel de Economía recayó este lunes 14 de octubre en el turcoestadounidense Daron Acemoglu y los británicoestadounidenses Simon Johnson y James A. Robinson por sus investigaciones sobre las diferencias de prosperidad entre naciones. Con este galardón se cierra la temporada de los Premios Nobel 2024.
Los investigadores, que trabajan en centros académicos de Estados Unidos, fueron galardonados “por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad”, señaló el jurado en su comunicado.
“Las sociedades con un mal estado de derecho y las instituciones que explotan a la población no generan crecimiento o cambio para mejor. La investigación de los laureados nos ayuda a entender por qué”, añade el documento de la fundación del Nobel.
Algunos países quedan atrapados en una situación con instituciones extractivas y bajo crecimiento económico. La introducción de instituciones inclusivas crearía beneficios a largo plazo para todos, pero las instituciones extractivas proporcionan ganancias a corto plazo para las personas en el poder.
Mientras el sistema político garantice que mantendrán el control, nadie confiará en sus promesas de futuras reformas económicas. Según los laureados, esta es la razón por la que no se produce ninguna mejora.
NOGALES COMO JUSTIFICACIÓN DEL NOBEL DE ECONOMÍA
Daron Acemoglu, nacido en 1967 en Estambul, Turquía, tiene un doctorado 1992 de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, Reino Unido, además, es profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Estados Unidos.
Simon Johnson, nacido en 1963 en Sheffield, Reino Unido, tiene un doctorado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts, y es profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Por su parte, James A. Robinson, nacido en 1960, tiene estudios de doctorado por la Universidad de Yale y es profesor de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos.
En su justificación del premio, el jurado tomó el ejemplo de Nogales, dividida por la frontera entre Estados Unidos y México, donde los residentes del lado estadounidense de la ciudad tienden a vivir en mejores condiciones.
“El sistema económico estadounidense ofrece a los habitantes al norte de la frontera mayores oportunidades de elegir su educación y profesión, y forman parte del sistema político estadounidense, que les otorga amplios derechos políticos”, detalló el jurado.
“En cambio, al sur de la frontera, los habitantes viven en otras condiciones económicas y el sistema político limita sus posibilidades de influir en la legislación”, añadió. “La diferencia decisiva no es la geografía o la cultura, sino las instituciones”, afirmó la Real Academia Sueca de las Ciencias. N