

HAY HISTORIAS QUE NACEN DEL DOLOR COLECTIVO, que se gestan lentamente hasta encontrar su forma definitiva. Corazón Cicatrizado es una de ellas. Mayra Araiza, su directora, cuenta que esta obra ha transitado un largo camino antes de llegar al escenario: lecturas, materiales documentales, distintas versiones… Como si la obra misma hubiera necesitado tiempo para cicatrizar antes de mostrarse al público.
Cuando le preguntamos por el título, Mayra hace una pausa. Sus palabras fluyen con la certeza de quien ha pensado profundamente en cada detalle. “Mucho de lo que nos muestra la obra es sobre las heridas que tenemos cada uno”, dice. Y entonces comienza a tejer la historia de estos personajes que cargan con el peso de Ayotzinapa y del movimiento del 68. Heridas que están ahí, que no dejan de doler, pero que finalmente cicatrizan, sanan; y hay esperanza en su voz. Porque sanar tiene que ver con quién nos vinculamos y cómo nos permitimos crecer, en palabras de la también docente y actriz de teatro.
Entre papel maché y china, la historia se centra en tres jóvenes trabajadores que buscan libertad y ternura bajo la mirada severa de su jefa en un taller de piñatas en la Ciudad de México (CDMX). Cada uno arrastra una herida vinculada al pasado turbulento del país —de Tlatelolco (2 de octubre de 1968) a Ayotzinapa (septiembre de 2014)—, cicatrices que se transmiten de generación en generación. Las celebraciones del Día de la Independencia estallan afuera, y sus decisiones ponen en marcha una cadena imparable de dolor y esperanza. Cuando los espíritus ancestrales cruzan al mundo de los vivos, el amor y la pérdida se enfrentan en un choque que desdibuja la frontera entre la memoria y el mito.
“Las piñatas nos sitúan inmediatamente en México, pero son mucho más que un elemento de localización. Piensa en ellas: coloridas por fuera, brillantes, festivas. Y en el centro, todo ese contenido oculto esperando ser descubierto. Como nosotros mismos, como estos personajes que llevan dentro historias que necesitan ser rotas para salir a la luz”, comenta Araiza en entrevista con NW Noticias.
Para Mayra, dirigir esta obra implicó también conectar con su propia historia. Estudiante de Filosofía y Letras en la UNAM cuando ocurrió la tragedia de Ayotzinapa, recuerda ese momento como muy significativo. “Fue muy impactante, incluso a pesar de la lejanía, todo lo que veías y escuchabas”, rememora.
Sin embargo, más allá de la documentación histórica, lo que realmente la movió fue la dimensión humana de los personajes. “Quería irme más a lo humano, a lo literal, porque las heridas históricas solo duelen de verdad cuando entendemos que las cargan personas reales, con sus vidas cotidianas, sus amores, sus frustraciones”.

Respecto a cuál considera la herida más profunda de México, Mayra no duda: “El hecho de haber sido colonia de otra nación. Creo que de muchas formas sigue estando presente ese dolor, ese sentimiento hacia el otro”. La directora se refiere al periodo conocido como la Colonia o el Virreinato —comenzado en el siglo XVI-, cuando los españoles, al mando de Hernán Cortés, conquistaron la antigua México-Tenochtitlan.
De igual manera, la obra dialoga inevitablemente con las heridas actuales del país: la violencia, las desapariciones, la impunidad. “Es algo que sucedió, pero que seguimos viendo, está presente. A veces me da la sensación de que cada vez hay más violencia, y son decisiones de ciertas personas o de ciertos grupos”, agrega.
Dirigida principalmente a adolescentes y adultos, Corazón Cicatrizado tiene un mensaje especial para el público joven. “Por difícil que se vea o por oscuro que sea el panorama, hay situaciones a las que podemos aspirar y que podemos seguir construyendo para bien”, enfatiza Mayra. “En medio de todo esto que puede parecer terrible, sí tenemos el poder de hacerlo mejor”.
La obra forma parte de un “tríptico creativo”: Corazón Cicatrizado (la obra teatral), Corazones Fracturados (un documental del detrás de cámaras) y Corazón Sanado (un cortometraje musical).
“Los temas que podría tocar la obra se tocan en el documental desde otra perspectiva, desde otras situaciones”, explica Mayra sobre esta propuesta que aborda las mismas inquietudes desde diferentes lenguajes artísticos.
Corazón Cicatrizado se presentará durante tres días en el Foro Shakespeare, en la CDMX. La función del 12 de diciembre es a las 20:00 horas, la del día 13 a las 20:30 horas y la del 14 a las 13:00 horas. Además de Araiza, la obra también está dirigida por Axel Láscari e interpretada por Gilary Negrete, Zaid Rolva, Ángel Zermen, Jonathan Álvarez, Axel Láscari y Agustín de Jesús. Aunque la temporada es breve, Mayra mantiene la esperanza de remontar la obra pronto en una temporada más extensa. N