Joaquín del Paso es un director mexicano que regresa a las salas de cine con un proyecto titulado El hoyo en la cerca, un filme que critica a las clases privilegiadas.
La película se desarrolla durante el campamento de una escuela religiosa para hombres, donde a los jóvenes se les enseña a liderar a costa de los demás. En la historia, el miedo impregnado ronda a los adolescentes más allá de las fronteras de ese campamento.
“La película nace de las memorias de una época pequeña de mi vida. Durante ese momento no me di cuenta de la forma en la que se educaba a los niños”, señala Joaquín del Paso en entrevista con Newsweek en Español.
“Años después, y leyendo noticias de cosas terribles que pasaron en los campamentos de esa escuela, junté todas las piezas y me di cuenta de que estaba más allá de ser una escuela común y corriente”.
Cuenta el director de El hoyo en la cerca que existen algunas escuelas que tienen una agenda profunda en la impartición de cierta ideología que hace que las clases privilegiadas permanezcan en el poder.
“Es algo que damos por hecho, o tal vez lo dejamos pasar de largo. Porque parece demasiado maquiavélico, pero, realmente, no es tan complejo como pensamos”, añade.
EL GÉNERO DE SUSPENSO EN MÉXICO
Para contar la historia de El hoyo en la cerca, Joaquín del Paso decidió hacerlo con el género de suspenso y drama para narrar el miedo y la histeria que se desenvuelve en la historia.
Con la creación de un monstruo imaginario que vive fuera del campamento, Del Paso se vale de este simbolismo como una manera de representar la realidad que vive México.
En la película, estos elementos fueron perfectos para el cineasta en la realización de una película de terror sobre un monstruo imaginario que convive junto a los niños.
“El terror de la película sucede dentro del campamento y estuvo ahí desde el primero hasta el último segundo. Es lo que me gustaba”, señala.
En El hoyo en la cerca, Joaquín del Paso narra esta historia con niños, ya que, al ser un filme de crítica social donde los adultos suelen ser protagonistas de estas temáticas, el director decide mostrar su película con niños, porque a las infancias es muy difícil juzgarlas.
“Casi siempre, o más bien siempre, estamos del lado del niño. Entonces, poner a la audiencia del lado del niño y al mismo tiempo hacerlo partícipe de esta manipulación psicológica y de esta escalada de violencia es el elemento que realmente hace que la audiencia termine con la boca abierta porque no se lo espera desde un inicio”, menciona.
NO SE INCITA A LA VIOLENCIA
Para Joaquín del Paso, analizar a la élite a profundidad es señalar que la clase alta existe y siempre ha existido en todas las sociedades.
A este tenor se añade hablar de la violencia y la diversidad, la construcción de un machismo y de la imposición de una ideología sin señalar la falta de oportunidades por igual y para todos a partir de una perspectiva económica que las personas de estas élites controlan.
Para el director, no hablar de estos temas desde el cine “es perderle profundidad al tema”. “A mí me interesaba, más allá de hablar de las víctimas, hablar del origen del problema”, concluye. N