El segundo semestre de 2020 llega con buenas noticias para el cine mexicano tras el anuncio de que la película Selva trágica, de la directora mexicana Yulene Olaizola, se estrenará a escala mundial durante la 77 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, que se realizará del 2 al 12 de septiembre en la costa italiana.
Además de su estreno mundial en este reconocido encuentro cinematográfico, Selva trágica también se presentará en la edición 58 del Festival de Cine de Nueva York, que se llevará a cabo del 17 de septiembre al 11 de octubre de 2020, como parte de Main Slate, que es la sección principal de este festival.
Finalmente, otro de los festivales en los que estará presente la obra cinematográfica de Olaizola será en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en España, tras ser seleccionada a competencia en Horizontes Latinos, sección que forma parte de uno de los circuitos de cine en el festival, donde se encuentran las propuestas fílmicas de directores latinoamericanos, del 18 al 26 de septiembre de 2020.
Esta cinta mexicana forma parte de la quinta producción de la directora Yulene Olaizola tras 12 años de carrera cinematográfica con el reto de filmarse en el corazón de la selva quintanarroense, de la que su directora se siente complacida por el resultado, ya que, el que la película forme parte de los festivales internacionales de cine más importantes del mundo, es una oportunidad para mostrar su filme a más audiencias.
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En 96 minutos de espléndida fotografía, a cargo de la lente de Sofía Oggioni, Yulene transporta a los espectadores a una atmósfera de misterio y leyenda dentro de la verde y húmeda selva que distingue al sur del país.
Selva trágica es un trabajo fílmico mexicano coproducido con Francia y Colombia del género de misterio y drama, que se filma en maya y tres idiomas más, español, inglés y creol, idioma que en español se conoce como creole o criollo haitiano. Esta lengua se habla en Haití por los emigrantes de esa nacionalidad en el extranjero.
“Cada que una cinta participa en un festival internacional o llega a exhibirse en otro país son pequeñas ventanas a nuestra cultura y nuestra geografía. Son maneras de comunicación entre espectadores de distintos países. Es representar al país, de alguna manera, y el cine, en ese sentido, es un producto cultural que más allá del entretenimiento, genera cultura”, dice Yulene Olaizola, directora de Selva trágica, en entrevista con Newsweek México.
EL UNIVERSO DE SELVA TRÁGICA
La historia transcurre en el año de 1920, durante el trabajo de extracción de la goma de mascar en manos de hombres mexicanos que llegan a la península para trabajar en la selva. Empero, tener de frente la frontera entre México y Belice hace que un grupo de trabajadores del chicle encuentre en la profundidad de la selva maya un espacio donde no hay ley y los mitos prevalecen, hasta que se cruzan en su camino con Agnes, una misteriosa joven beliceña.
Su presencia provocará tensión entre los hombres, avivando sus fantasías y deseos. Con vigor renovado enfrentan su destino, sin darse cuenta de que han despertado a la Xtabay, una antigua leyenda que acecha desde el corazón de la selva, un lugar sin leyes, donde quienes viven y trabajan ahí son dueños de su propio destino.
“En esa época se llevaba a cabo una industria muy importante que es la extracción de chicle del árbol del chicozapote. Eso hacía que muchos hombres, de distintas partes de la república, trabajaran aquí dentro de la selva con largas jornadas y durante varios meses, completamente aislados y en condiciones riesgosas”, añade.
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La directora ha comentado que Selva trágica es su película más ambiciosa, tras dirigir un equipo de producción de más de 50 personas, “el más grande que he tenido. Me involucré en cada aspecto y proceso de la cinta”.
Yulene también señala que la cinta enmarca el encuentro de estos dos mundos donde converge la aventura con los hombres en la selva y esta mujer, que trae el sentido de misterio, al desenvolverse en un espacio de clima tropical húmedo, rodeada de mitos y leyendas propias de la cultura maya.
Para encarnar esta historia, la película tiene las actuaciones del ganador del Ariel, Eligio Meléndez (Sueño en otro idioma), Lázaro Gabino Rodríguez (Lucifer) y Gilberto Barraza (La estancia); además es el debut de los actores naturales Indira Andrewin, actriz beliceña que protagoniza la cinta, y Mariano Tun Xool, de origen maya.
RETOS PARA RODAR DENTRO DE LA SELVA
Tal y como lo señala su nombre, Selva trágica se rodó dentro de este ecosistema, pero, de acuerdo con la directora del filme, la película está grabada en distintas locaciones diferentes a lo largo del sur de Quintana Roo, abarcando lugares cercanos a Chetumal, así como distintas comunidades y ejidos hacia la comunidad de Carrillo Puerto, donde los traslados de un punto a otro llegaban a durar entre una hora y media o más.
“Eso implica un desgaste fuerte para el crew. Ya en la selva tuvimos que trabajar muy de la mano de la gente local, es decir, ejidatarios que conocen bien sus terrenos, sus bosques, sus selvas que nos ayudaron a mantener a salvo cuestiones de seguridad como tener cuidado de que una persona no resultara mordida por una víbora, ese era el peligro más latente porque el resto de animales se asusta con la presencia humana y se van, pero hay muchas serpientes venenosas en la zona”, agrega.
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Y claro, uno de los peligros importantes a los que podían enfrentarse era pisar una serpiente por accidente, lo que provocaría un encuentro con ellas o que alguien tuviera una mordedura.
“Tuvimos que cuidarnos en ese sentido. Hubo gente local que nos ayudaba a revisar las zonas, hacer caminos donde ya hubiera pasado alguien revisando que no hubiera ninguna serpiente, tratando de ser muy respetuosos con la naturaleza en lugar de llegar a imponer nuestras condiciones y tratar de adaptarnos a lo que hay ahí y que la película funcione con eso”, describe.
Para la directora y su equipo, esta experiencia les mostró que vivir dentro de la selva es un entorno misterioso y tenso, donde se saben observados por muchos insectos, animales y distintas criaturas que normalmente no se ven porque se esconden entre el follaje y solo es posible escucharlos.
APOYO A PRODUCCIONES MEXICANAS
La película es una producción mexicana de Malacosa de Yulene Olaizola y Rubén Imaz; además de Pablo Zimbrón de Varios Lobos, en coproducción con Manny Films (Francia) y Contravía Films (Colombia). Desde su planeación, el filme fue apoyado por diversas instituciones de cine y fue seleccionado por el programa para jóvenes cineastas L’Atelier del Festival de Cannes y los programas para filmes en desarrollo del Locarno Film Festival en Suiza, y el Festival de Mar del Plata, en Argentina.
“En México, creo que hemos contado con un auge de producción cinematográfica, sobre todo en los últimos diez años gracias a estímulos fiscales. Se está produciendo mucho más y podría decir que tenemos una cantidad de producción bastante sana, mucho más alta que los países cercanos latinoamericanos”, añade.
Selva trágica se presentará en festivales internaciones, y mientras llega a México puedes adentrarte en el basto universo cinematográfico de la directora mexicana con títulos como Epitafio (2105), Fogo (2012), Paraísos artificiales (2011) e Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo (2008).