Estados Unidos decidió que el club de golf del presidente Donald Trump en Miami, Florida, será la sede de la próxima reunión del G7, ignorando así los cuestionamientos por posible conflicto de interés.
“Haremos la 46 Cumbre del G7 del 10 de junio al 12 de junio en las instalaciones del Trump National Doral en Miami, Florida”, dijo en conferencia de prensa Mick Mulvaney, jefe interino del gabinete del mandatario.
“No es el único lugar posible, pero es el mejor”, afirmó.
“Hemos utilizado los mismos criterios que los usados por las administraciones anteriores” para la organización de cumbres, aseguró, precisando que se habían estudiado 12 opciones.
En la pasada reunión del grupo Biarritz, Francia, Trump presentó su club como un escenario inmejorable para la cita. “Es un gran sitio”, comentó en agosto el magnate inmobiliario ante periodistas.
Dijo que sus asistentes ya habían revisado 12 sitios para la reunión, y ninguno se comparaba con las virtudes de Doral: estar “justo al lado del aeropuerto”, tener “una superficie enorme” y contar con edificios capaces de albergar cómodamente a cada delegación.
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“A la gente le encanta la ubicación”, añadió y dijo que no ganaría dinero al realizar el evento en una de sus propiedades.
Del conflicto de interés a las chinches
La oposición demócrata anunció la apertura de una investigación parlamentaria debido a que “los intereses financieros personales del presidente condicionan claramente las decisiones del gobierno estadounidense”.
“Los esfuerzos por seleccionar el Trump National Doral Miami como sede de la 46° cumbre del G7 solo son el último episodio de una preocupante serie de corrupción y de conflictos de intereses”, dijo en un comunicado Jerry Nadler, que preside el Comité Judicial de la Cámara de Representantes.
Tras el anuncio de la invitación de Trump en el G7, la prensa estadounidense recordó un problema de chinches hace tres años.
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Eric Linder, un ejecutivo de seguros de Nueva Jersey, presentó una demanda en julio de 2016, con fotos que mostraban su espalda, cuello y brazos cubiertos con decenas de mordiscos después de pasar la noche en un bungaló del complejo, que cuesta 300 dólares diarios.
El caso se resolvió amigablemente en 2017, según reportó el Miami Herald, pero en Twitter los usuarios recordaron el incidente.
“El próximo año es el ‘G7 Millones’: siete líderes mundiales y las 6,999,993 chinches del Trump Doral”, escribió Seth Abramson, columnista de la revista Newsweek.
“Uf, el G7 en el complejo Trump… podría ser doloroso”, tuiteó otra usuaria.
Ante ello, Trump respondió en Twitter que “no hay chinches en Doral”. “Los demócratas radicales de izquierda, al enterarse de que el club perfectamente localizado (para el próximo G7) Doral National MIAMI estaba bajo consideración [para acoger la cumbre] difundieron ese rumor falso y desagradable. ¡No está bien!”, escribió.