LIVE

¿Tu corazón está bajo calor extremo? Estos son los riesgos y claves para cuidarlo

Publicado el 8 de agosto, 2025
¿Tu corazón está bajo calor extremo? Estos son los riesgos y claves para cuidarlo
Cuidar el corazón en verano es una forma de entender que el bienestar también depende del entorno. (Adobe Stock / IAG)
Un dolor de cabeza súbito, sudoración excesiva o ausente, y una frecuencia cardiaca inusualmente rápida o irregular deben encender las alarmas.

¿SABÍAS QUE UN DÍA CALUROSO puede representar un gran esfuerzo para tu corazón, incluso si no haces ejercicio? Las temperaturas extremas se han vuelto cada vez más comunes, con olas de calor más intensas y prolongadas. Sabemos que es importante proteger la piel del sol y mantenernos hidratados, pero pocas veces se habla del impacto que el calor puede tener en uno de nuestros órganos más vitales: el corazón.

Este tema cobra especial relevancia en México, donde las enfermedades del corazón son un tema de salud pública. Tan solo entre enero y junio de 2024, estas afecciones fueron la principal causa de muerte a nivel nacional, con 100,710 defunciones, según datos del Inegi. A esto se suma el impacto fisiológico que tiene el calor sobre el sistema cardiovascular.

Cuando la temperatura sube, el cuerpo activa mecanismos para mantenerse fresco: dilata los vasos sanguíneos y produce sudor. Pero estas respuestas generan una caída en la presión arterial, lo que obliga al corazón a trabajar más rápido y con mayor fuerza para compensarlo. Dependiendo del nivel de calor, el esfuerzo puede llegar a duplicarse o cuadruplicarse, algo especialmente riesgoso en personas con enfermedades cardiovasculares previas.

EL TRATAMIENTO TAMBIÉN PUEDE JUGAR EN CONTRA

Muchos medicamentos para tratar problemas cardiacos —como betabloqueadores, bloqueadores de los canales de calcio o diuréticos— interfieren con la capacidad del cuerpo para adaptarse al calor. Algunos disminuyen la frecuencia cardiaca justo cuando el cuerpo necesita aumentarla, mientras que otros favorecen la pérdida de líquidos, lo que acelera la deshidratación.

Este escenario se complica aún más en personas con insuficiencia cardiaca, quienes muchas veces deben restringir su ingesta de líquidos. Entonces, cuando el cuerpo suda para enfriarse, pero no puede rehidratarse adecuadamente, el riesgo de descompensación se eleva.

UN CLIMA QUE EXIGE MÁS DE UN CORAZÓN DEBILITADO

En el caso de la enfermedad arterial coronaria, donde el flujo sanguíneo hacia el propio corazón ya está limitado, el calor puede detonar desde dolores de pecho hasta eventos más graves, como infartos. Y en quienes viven con insuficiencia cardiaca, la capacidad del corazón para bombear sangre de forma eficiente se ve aún más comprometida.

Ambas condiciones se agravan durante los picos de temperatura. Por eso, para muchas personas con afecciones cardiacas, el verano, más que incómodo, puede volverse peligrosos.

SEÑALES QUE NO HAY QUE IGNORAR

El riesgo por calor comienza a elevarse cuando las temperaturas superan los 35 °C, especialmente si hay exposición prolongada al sol o se realiza alguna actividad física. En estos casos, es fundamental estar atento a las señales que envía el cuerpo.

Por ejemplo, si presentas mareo, confusión o desmayos, tu cuerpo puede estar avisando que no está logrando regular su temperatura. Los calambres musculares, particularmente si ocurren sin actividad intensa, son otro indicio de sobrecarga. Un dolor de cabeza súbito, sudoración excesiva o ausente, y una frecuencia cardiaca inusualmente rápida o irregular también deben encender las alarmas.

En muchos casos, estos signos aparecen gradualmente, y las personas los minimizan pensando que es solo “agotamiento”. Pero cuando el cuerpo ya no puede compensar el calor, la situación puede volverse crítica.

Por eso, si notas alguno de estos síntomas en ti o en alguien más, lo mejor es actuar de inmediato: moverse a un lugar fresco, hidratarse (si no hay restricciones médicas) y, si los síntomas persisten, buscar atención médica sin esperar a que se agraven.

Evitar la exposición al sol durante las horas más intensas, mantenerse en lugares frescos, ajustar la actividad física y consultar al médico sobre cualquier ajuste en la medicación son decisiones clave en temporada de calor. Cuidar el corazón en verano es una forma de entender que el bienestar también depende del entorno, y que adaptarse a él es parte de vivir con inteligencia y prevención. N

—∞—

El Dr. Ryan Connolly es cardiólogo con MD de la Universidad de Florida. Completó su residencia en Georgetown y su fellowship en la Universidad de Virginia, y está certificado en Cardiología. Ejerce en Mass General/North Shore Center for Outpatient Care y North Shore Physicians Group Inc.

NW Noticias te recomienda también estas notas:

Compartir en:
Síguenos
© 2025 Newsweek en Español