“Dedicada, perseverante, valiente y visionaria”, así describen sus colegas a Benilda Figueroa Viniegra, la primera médica rarámuri de Chihuahua, estado del noroeste de México. Ataviada con una sipuchaka (falda tradicional de su comunidad), una blusa bordada, huaraches y una bata blanca, esta mujer de 40 años ejerce su profesión en un organismo descentralizado del gobierno federal.
“Desde hace 14 años Figueroa Viniegra labora en el Hospital Rural Guachochi del Programa IMSS Bienestar (Instituto Mexicano del Seguro Social), y se distingue por otorgar atención médica de calidad y calidez en su lenguaje natal”, pormenoriza en un reciente comunicado el organismo.
La doctora es originaria del municipio de Guachochi y su labor se suma a la de cuatro traductores con los que actualmente este hospital del IMSS Bienestar fortalece la comunicación con habitantes de las comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara. Además de su profesión, tiene dos investigaciones publicadas en la Revista Médico Científica Facultad de Medicina del Siglo XXI de Ciencia y Arte.
“Ser valiente y visionaria le ha permitido tener una gran aceptación por los rarámuris de la región, quienes llegan a recorrer muchos kilómetros para recibir atención en esa unidad hospitalaria”, describe el instituto.
Benilda Figueroa egresó de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), carrera que finalizó con la ilusión de regresar a su comunidad para coadyuvar en la prestación de los servicios de salud.
“DESDE PEQUEÑA VI LA NECESIDAD DE UN DOCTOR INDÍGENA”: LAS PALABRAS DE LA MÉDICA RARÁMURI
En voz de la médica, su vocación la adquirió desde niña al observar trabajar a su mamá, quien fue enfermera auxiliar en la Unidad Médica Rural de la Mesa, comunidad de Hierba Buena, y a su papá, maestro supervisor del poblado de Yuquivo, ambos del municipio serrano de Batopilas, Chihuahua.
“Desde pequeña vi la necesidad de un médico indígena que pudiera comunicarse directamente con los pacientes y dar las indicaciones más entendibles para el padecimiento y tratamiento”, sostuvo.
La médica general aseguró que el obstáculo más grande para finalizar sus estudios fue el tema económico, “de donde vengo no teníamos el recurso suficiente para estudiar una carrera, pero con la ayuda de becas y el apoyo de mis papás, pude terminarla”.
Sumamente conmovedora e inspiradora para la niñez y la juventud, es la historia de la Dra. Benilda Figueroa Viniegra, quien desde hace 14 años, trabaja en el programa IMSS Bienestar, como primera médica rarámuri.
Una mujer cuya formación en la medicina provino desde su madre,… pic.twitter.com/ViO00pPQyZ— Ernestina Godoy Ramos (@ErnestinaGodoy_) January 30, 2025
Para Figueroa Viniegra, uno de los mayores desafíos es generar conciencia en la comunidad indígena sobre las enfermedades, con el objetivo de que acudan a los centros de salud sin temor y confíen en la atención que recibirán.
Su labor incluso es reconocida por Ernestina Godoy Ramos, consejera jurídica del Ejecutivo Federal y exfiscal de la Ciudad de México, quien publicó en X (antes Twitter) un mensaje junto a un video que resume el perfil de la doctora rarámuri.
“Una mujer cuya formación en la medicina provino desde su madre, logró romper con barreras gracias al apoyo de su familia, y hoy está aquí, demostrándonos el amor a su cultura y a su profesión”, escribió la exfiscal capitalina.
UNA GRAN COMUNIDAD INDÍGENA
De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), los tarahumaras se llaman a sí mismos rarámuris, que significa corredores a pie; proviene de las raíces: rara (pie) y muri (correr).
Habitan la parte de la Sierra Madre Occidental que atraviesa el estado de Chihuahua y el suroeste de Durango y Sonora. Comparten este territorio con los tepehuanes, pimas, guarojíos y mestizos. De los grupos originarios de la región es el más numeroso y habita un espacio más amplio que los demás, por lo que a su territorio también se le denomina Sierra Tarahumara.
Esta última sierra está formada por elevadas montañas que alcanzan de 2,000 a 3,000 metros sobre el nivel del mar y profundas barrancas. Se le ha dividido geográficamente en alta y baja Tarahumara. Este grupo vive de manera dispersa en rancherías y pueblos en los municipios de Guadalupe y Calvo, Morelos, Balleza, Guachochi, Batopilas, Urique, Guazaparez, Moris, Uruachi, Chínipas, Maguarichi, Bocoyna, Nonoava, Carichí, Ocampo, Guerrero y Temósachi. N