Gisèle Pelicot, a quien su marido drogó durante una década para que la violaran decenas de hombres contactados por internet en Francia, expresó este miércoles 18 de septiembre su sentimiento de humillación ante las insinuaciones de algunos abogados del caso que señalan su posible complicidad en las agresiones.
“Desde que llegué a esta sala de audiencia me siento humillada. Me tacharon de alcohólica, afirmaron que estaba en tal estado de ebriedad y que soy cómplice de Dominique Pelicot (su exmarido y principal acusado en el proceso)”, afirmó la mujer ante el tribunal de Vaucluse, en Aviñón.
Y agregó: “Es tan humillante y degradante oír eso. Estaba en un estado de coma y los videos que se mostrarán darán fe de ello. Y los peritos se escandalizaron con estas cintas, y son hombres”.
“¿Los demás hombres no se plantearon la cuestión del consentimiento? ¿Qué son estos hombres, son degenerados o qué?”, lamentó la mujer de 72 años, víctima de unas 200 violaciones, 92 de ellas cometidas por 50 coacusados juzgados desde el 2 de septiembre junto a su exmarido.
“Ni por un segundo di mi consentimiento al señor Pelicot ni a estos indiviudos”, reiteró la mujer que estuvo casada durante 50 años con el principal acusado y que recientemente logró el divorcio.
“No existe tal cosa como ‘violación y violación’. Una violación es una violación”, afirmó Pelicot. Lo anterior, al referirse a las palabras de un abogado que pareció restar importancia a la verdadera intención de algunos de los acusados, muchos de los cuales afirman que creían participar en un juego sexual practicado por una pareja promiscua.
EL HOMBRE QUE EMULÓ AL MARIDO DE GISÈLE PELICOT ADMITE SER UN “VIOLADOR”
“Expliqué que había violación en su sentido mediático y jurídico. Lamento si lo que dije les hirió o les escandalizó. Esa no era mi intención. Mi intención era recordar las reglas del derecho”, respondió el abogado Guillaume De Palma.
En la vista del miércoles y, por primera vez, se mostraron fotos de los actos cometidos contra Gisèle Pelicot entre 2011 y 2020 a petición de los abogados defensores.
Por la mañana, al igual que hizo Dominique Pelicot, el primero de los otros 50 coacusados, Jean-Pierre M., de 63 años, admitió ser un “violador”. Es el único que no está procesado por agredir sexualmente a Gisèle Pelicot, sino a su propia esposa, sobre la que emuló el mismo escenario criminal ideado por Dominique Pelicot.
“Quiero a mi mujer. Estoy en la cárcel y me lo merezco. Hice cosas repugnantes. Soy un criminal y un violador. Lo que hice es espantoso, quiero un castigo severo”, admitió este exempleado de una cooperativa.
Este hombre está acusado de haber drogado a su mujer y violarla, entre 2015 y 2018, con ansiolíticos proporcionados por Dominique Pelicot, y de que este último también abusara de ella.
Dominique Pelicot le propuso inicialmente “violar” a Gisèle “varias veces”. Pero “me negué”, aseguró Jean-Pierre M. A la pregunta de si el principal acusado le había dicho que Gisèle estaría “drogada y que buscaba un hombre para su esposa dormida y medicada”, respondió que sí.
UN ABUSO QUE LLEVÓ A OTRO ABUSO
Con ello, socavó un argumento esgrimido habitualmente por los abogados defensores de que sus clientes no habían sido informados de este procedimiento.
Jean-Pierre M. también detalló las veces que, de niño, tuvo que hacerle felaciones a su padre para que él y su hermana pudieran acompañarlo a pescar, además de las escenas de violación de su padre a su madre que tuvo que presenciar.
El mediático juicio se ha convertido en un símbolo del uso de drogas para cometer agresiones sexuales, práctica conocida como sumisión química, y relanzó en Francia el debate sobre la cuestión del consentimiento.
Desde el inicio del proceso, activistas y asociaciones feministas han vuelto a pedir a los hombres que “asuman por fin su responsabilidad” en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y que “dejen de permanecer en silencio”.
¿POR QUÉ GISÈLE PELICOT NO CUBRE SU ROSTRO?
Una de las controversias del caso de Gisèle Pelicot es sobre su consentimiento para no cubrir su rostro en los juicios. A inicios de septiembre la mujer de 72 años pidió que el juicio fuera público para concientizar sobre estos delitos.
En ese sentido, asistió con su cara descubierta a la primera audiencia del juicio en Francia. De acuerdo con el diario El Mundo, la mujer se ha convertido en una heroína tanto en el país europeo como en otras latitudes. Se le recibe y despide con ovaciones y aplausos. En palabras de la corresponsal parisina Raquel Villaécija, “es un ícono feminista”.
El martes, tras haber pasado varias horas escuchando a su esposo relatar cómo la drogaba para violarla y ofrecía a otros hombres para que hicieran lo mismo, salió del juzgado acompañada por sus dos abogados. A su salida, fue recibida con una gran ovación, en su mayoría por mujeres, que acudieron al tribunal para externarle su apoyo.
La intención de Gisèle, según medios locales, es clara: que la vergüenza cambie de mando; las víctimas deben ser aplaudidas y los abusadores abucheados.
Además, el 14 de septiembre pasado se realizó una movilización ante el tribunal de Marsella, en Francia, para apoyar a todas las víctimas de violación, incluida Gisèle Pelicot, quien ya es una figura destacada de la lucha contra la sumisión química.
“Todos somos Gisèle”, “te vemos como violador, te creemos como víctima” y “no estás sola”, fueron algunas consignas lanzadas por las y los manifestantes. N
(Con información de AFP)