Mientras algunos deportistas olímpicos de París 2024 consideran que hay un exceso de proteína animal en el restaurante de la Villa Olímpica, los espectadores tienen diferentes opciones, en los puntos de venta de comida de las sedes de competición, donde vegetarianos y veganos tienen opciones frente a hamburguesas y hot dogs.
En el estadio náutico de Vaires-sur-Marne, donde tienen lugar las pruebas de remo y canotaje, no es complicado encontrar las opciones: varias líneas de los carteles cuentan con una letra “V” en blanco, rodeada por un círculo verde: “sándwich de tomate, mozzarella y pesto de rúcula; ensalada de pasta; arroz y verduras y wrap falafel con ensalada” son las opciones sin carne propuestas.
Debajo de ello, se añade el lema “Veggie is tasty” (Lo vegetariano es sabroso). De igual manera, en los puestos de comida se pueden leer juegos de palabras al respecto como “Veni, Vidi, Veggie” o frases como “Aquí la estrella es lo vegetal”.
El escenario es similar, con más o menos propuestas, en otras sedes de la competición desde estadios de futbol, rugby y voley de playa a los pabellones cubiertos donde tienen lugar disciplinas como el waterpolo y el tenis de mesa. En la Plaza de la Concordia, donde tienen lugar las pruebas de deporte urbano en pleno centro de la capital, la oferta es incluso 100 por ciento vegetariana.
EL RESTAURANTE DE LOS DEPORTISTAS DE PARÍS 2024
Todas las empresas implicadas en los servicios de restauración de los recintos olímpicos han tenido que añadir “opciones verdes” a su menú. Uno de los objetivos de los organizadores es limitar la huella de carbono de estos Juegos.
En su “visión para la alimentación” en los Juegos Olímpicos, publicada en julio de 2022, los responsables de París 2024 explican que quieren “acompañar la vegetalización de la alimentación para promover una alimentación más sana para el hombre y el planeta y dejar prácticas de restauración más sostenibles como legado”.
Los organizadores han reforzado también la oferta vegetariana en el restaurante de los deportistas de París 2024, donde hubo quejas en los primeros días por el tipo de comida propuesta, además de por la falta de huevos y pollo.
Los puestos de venta de comida para el gran público deben en principio proponer “un mínimo del 60 por ciento” de oferta vegetariana. Si hay cinco sándwiches o platos en su menú, tres deben ser sin carne o pescado. El objetivo es menor en el caso de los estadios de futbol, donde se baja a un mínimo del 40 por ciento.
Esta circunstancia no parece suscitar debate en las filas de estos puestos, donde los comentarios parecen girar más en torno a la ausencia de alcohol en la cerveza: “¡Vamos a ver rugby, no ballet clásico!”, se enervó un espectador en el Estadio de Francia.
“ESTOY CONTENTA POR NO ESTAR OBLIGADA A COMER PATATAS FRITAS”
En Vaires-sur-Marne, la espectadora Manon Gosse está contenta con esa oferta “un poco más diversificada” y más vegetal. “No parece mal”, comenta esta mujer que trabaja en la asistencia social y que va vestida con los colores de la bandera francesa.
“Hay para todos”, celebra por su parte Sandrine Robert, una contable de 49 años.
Un poco más lejos, con un sombrero coronado con un gallo de peluche, el treinteañero Leo Azema aplaude también que haya “una oferta vegetariana más allá de la vieja fórmula del hot dog u otras”.
A su lado, Frédéric Momot, come un bocadillo tradicional de jamón y queso, a la sombra. “Soy muy ecologista en casa, aquí me relajo. Cuando voy a ver a [la cantante] Taylor Swift hago igual, entonces no me voy a poner a comer vegano”, sonríe este hombre de 42 años, que es entrenador nacional del equipo suizo de canotaje.
“La mayor parte de veces la oferta es patatas fritas, jamón, pollo y ya está”, señala.
Su amiga Annalena Kuttenberger, que trabaja para el Comité Olímpico Suizo, opta por una ensalada: “Normalmente es difícil encontrarlas en eventos así. Estoy contenta por no estar obligada a comer patatas fritas todos los días”. N