Guillermo Arriaga Jordán es del siglo XXI, pero Extrañas (Alfaguara) no: resulta una obra escrita 300 años atrás. En ese entonces, términos como optimista, torso, consultorio, apasionantes, asfixia, paralizado, embriagante, rigor mortis, vertebral, normalidad y colapso eran palabras suprimidas; no correspondientes a esa época. De largos párrafos y comas —en lugar de puntos y seguido—, el director y escritor mexicano desafió esta era con su nueva novela que empieza en Inglaterra de 1781 y tiene como protagonista a William Burton.
“No era un animal, quizá tampoco un ser humano, parecía un ángel roto, perdido, ignorado…”, dice la contraportada del libro publicado en 2023. Todo comienza con Burton, un joven heredero de una familia aristocrática inglesa que posee una gran extensión de tierras. Un día, andando por las aldeas que visita, se percata de la existencia de unos seres extraños, uno de ellos desnudo y encadenado a un poste, con manos crispadas, pecho contraído, de piel transparente y venas azuladas. Seres deformes sin comprensión e incapaces de comunicarse, ¿son humanos?
“A veces, de mujeres de nuestros pueblos nacen estos engendros, no los dejamos morir por ignorar si hacerlo es o no pecado, el mismo párroco lo ignora y ante la duda, son criados entre las bestias”, comenta Peter a William, quien no tenía conocimiento de estos seres y decide mostrar a botánicos, naturalistas, anatomistas y albéitares su hallazgo. Así descubre su vocación por la medicina, que a su vez lo separa irremediablemente de su familia.
REELABORAR LAS FRASES DEL SIGLO XVIII
Para Guillermo Arriaga, guionista de cintas como Amores perros, 21 gramos, Babel y Los tres entierros de Melquiades, esta novela fue un gran reto a diferencia de textos como Salvar el fuego (2020) y El salvaje (2016) —ambas de editorial Alfaguara—, al redactar extensos párrafos con la intención de brindar una cadencia y ritmo cercano a la prosa dieciochesca. Bajo ese planteamiento, optó por usar palabras acuñadas antes de 1790. Con la ayuda del diccionario Enclave RAE pudo saber cuándo se utilizó por primera vez una palabra, en dónde y cuándo se registró en el primer diccionario de la Real Academia Española en 1780.
Esta regla implicó descartar cientos de vocablos y resultó necesario buscar sinónimo o definiciones de la época, cuyo significado fuera lo más similar posible al término suprimido. Su decisión de estar acorde al siglo XVIII, obligó a Arriaga a reestructurar la forma de construir frases y prescindió de todo adverbio terminado en “mente” como únicamente y solamente. Además, por si no bastara, eliminó los “que” y sus derivados como “porque, por qué y aunque”.
“Originalmente la novela iba a suceder en Mongolia en el año 900, en Noruega de 1400, en el México contemporáneo, en Estados Unidos, pero Inglaterra cobró mayor fuerza. La historia inglesa es la segunda novela más rápida que he escrito en mi vida. Sobre la redacción, habrá unos veinte puntos y aparte en toda la obra”, comparte en entrevista con Newsweek en Español, mientras menciona una larga lista de expresiones que no pudo usar.
EL ALCANCE DE LA MEDICINA
Es un libro de casi 500 páginas, donde la ciencia y la medicina son fundamentales. El proceso creativo para dejar correr su tinta en papel, llegó durante un viaje a Estados Unidos, entre el río Texas y Uvalde. Las extrañas existen en nuestro mundo, agrega, y aparecen una vez cada 300 años. Aunque prefiere mantener su identidad encubierta por el “gran misterio del texto”. Incluso escribió una carta en el lenguaje inventado por las “extrañas”, pero al final no se incluyó en la novela.
“Me interesó ver cómo se fue abriendo paso la ciencia médica en el siglo XVIII. Todos estos científicos actuaban como poetas, eran artistas. Realmente la medicina creció por personajes como los de la novela, que arriesgaban todo; eran valientes. El médico más importante de la época en Inglaterra, William Hunter, que era escocés, se metió sífilis y gonorrea para saber qué pasaba con su cuerpo. Experimentaron consigo mismos”, remarca.
—En las primeras páginas trazas un escenario de los seres atados o encadenados a columnas y nadie reacciona. ¿Hoy en día tenemos una mayor empatía con las diferencias?
—He estado apoyando iniciativas en el norte de Coahuila en las zonas rurales y la gente ya no se avergüenza de sus hijos. En otras zonas del país, sí. Me enteré de alguien que ha tenido a su hijo encerrado en un cuarto oscuro, amarrado a una cama, porque le da vergüenza que lo vean. El joven tiene parálisis cerebral.
LA MÚSICA QUE INSPIRA A GUILLERMO ARRIAGA
Fanático del guitarrista y compositor estadounidense Jimi Hendrix, dice escuchar música que trate de ir en tono con lo que está escribiendo, al momento de crear una nueva pieza literaria. Al indagar sobre su repertorio musical, nos encontramos con el compositor Philip Glass, y de quien se sirvió para el cortometraje Broken Night. Para novelas como Un dulce olor a muerte (1994), asegura haberse inspirado con Los Tigres del Norte, Ramón Ayala, Los Cardenales de Nuevo León; mientras que para la cinta 21 gramos escuchó a Manu Chao.
Guillermo Arriaga, cuya obra literaria está traducida a 22 idiomas y fue elegido por un panel internacional como uno de los cien mejores escritores de la historia del cine, tiene un nuevo tesoro en cartera: una película filmada por sus hijos —Mariana y Santiago—, escrita por él.
“A cielo abierto será la primera parte original de la trilogía que forman las cintas Amores perros y 21 gramos. Es su ópera prima. La escribí en 1995, vendí los derechos, yo la iba a dirigir, pero nunca me la dio la productora. Después los recuperé”, concluye el también autor de Babel, por la cual fue nominado al Óscar. N