Guadalupe Castillo está por cumplir 69 años,pero corre como si apenas tuviera 20. Su historia no comienza con un trofeo ni con un legado de runners en su familia, sino con tres carreras femeniles organizadas por la empresa donde trabajaba —enfocada en cosméticos y al cuidado personal— y con un entrenamiento autodidacta. En 1992 se puso sus primeros tenis y empezó a sumar kilómetros, sin imaginar que más de tres décadas después seguiría cruzando metas, ganando medallas y escribiendo una historia de resistencia y valentía.
“Hacían tres carreras femeniles al año de cinco kilómetros, después nos dieron cortesías en una revista, subí a 10 y 15 kilómetros (km), pero lo dejaba y retomaba por cuestiones laborales. En ese periodo un día mi hija me dijo: ‘Mamá, de regalo de cumpleaños te mandaré a París. Te aviso desde ahorita porque estás inscrita en el maratón’”, relata en entrevista con NW Noticias la mujer que lleva cabello corto, blanco y con destellos plateados.
“PARA ENTRENAR CORRÍA DEL TRABAJO A LA CASA”: GUADALUPE CASTILLO
A falta de tiempo para entrenar, Guadalupe improvisó: cuando terminaba su jornada laboral su esposo Octavio la esperaba con el auto para que ella corriera de regreso a casa para sumar varios kilómetros. De esa manera, casi sin planearlo, se preparó para correr los 42.195 km en las calles parisinas, en donde marcó un tiempo de cinco horas en el año 2000.
“Era autodidacta. De la casa a la empresa eran 13 kilómetros, me iba corriendo; llegando a la oficina me bañaba. En otras ocasiones el recorrido era por la vía Periférico, en la Ciudad de México (CDMX), de las oficinas a mi hogar, que eran 21 kilómetros. Octavio me esperaba en la empresa con un cambio de ropa o cuando entrenaba en otro lugar se sentaba a leer el periódico. En ese entonces no pertenecía a ningún club. Sí fue mucho tiempo el que hice en Francia. Antes ya había corrido medios maratones en dos horas y dos maratones de la CDMX en cuatro horas. Pero mis tiempos bajaron”, afirma.
Desde entonces no ha parado. Para un mejor rendimiento deportivo, inició con un entrenador conocido, cuyo nombre prefiere reservarse, pero que la impulsó a participar en más carreras internacionales. Hace apenas dos años se unió al club de corredores Balam, motivada por su deseo de correr el maratón de Londres. La filosofía de este grupo es la mejora del estado físico y social a través del deporte en equipo.
Guadalupe entrena seis días a la semana y descansa los sábados. Su rutina incluye jornadas en pista (sobre tartán), sesiones de fuerza, cambio de ritmo y, los domingos, recorridos de larga distancia. “Por ejemplo, un día hacemos diez vueltas de 400 metros a cierto ritmo; al día siguiente, 8 kilómetros sin marcar el paso”, comenta.
SUS ZANCADAS EN SAN FRANCISCO, LAS VEGAS Y DUBÁI
Su tiempo actual es de 5:48 minutos por kilómetro, el cual está por debajo del promedio de más de seis minutos que suele registrar un corredor aficionado, según el sitio Runner’s World.
A la fecha suma alrededor de 200 carreras, desde aquella década de 1990, y conserva al menos 70 medallas. Ha cruzado la meta en ciudades como San Francisco, Las Vegas y Dubái. En mayo pasado subió al podio por ganar en su categoría 60 a 69 años en LACarrera, una competencia de 10 kilómetros que tuvo cita en Acapulco, Guerrero.
Guadalupe entrena seis días a la semana y descansa los sábados. Su rutina incluye jornadas en pista, sesiones de fuerza y recorridos de larga distancia. (Especial)
“En San Francisco, Estados Unidos, quedé en segundo lugar en mi categoría. En la de Frida Kahlo (que se realiza en la capital mexicana) obtuve el primer lugar. En el medio maratón de Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, igual en segundo…”, enlista para este medio.
Sin embargo, lo que más la enorgullece no son las preseas o los trofeos, sino la fortaleza que ha ganado a través del tiempo: “He tenido caídas tremendas, pero no me ha pasado nada más que raspones. Mi sistema inmunológico está muy fuerte, gracias a Dios, y casi no me enfermo. Los jóvenes han de decir: ‘Mira, esta viejita me va a ganar’, pero considero que sí resulto una inspiración para muchas personas”, señala con voz enérgica.
Hoy prepara su siguiente reto: el maratón de Nueva York, a celebrarse el próximo 2 de noviembre, donde espera completar la ruta en cuatro horas. A su edad, lejos de pensar en el retiro, corre más que nunca. “Ahora tenemos que movernos. Ya se acabó la época de quedarnos en casa a tejer o esperar a que salga el sol”, dice convencida.
LORENZO OTAMENDI, UN VELOCISTA DE 68 AÑOS
Así como Guadalupe, cuando Lorenzo Otamendi habla de correr, lo hace con una mezcla de orgullo, humildad y chispa juvenil. Tiene 68 años y, contra lo que podría esperarse, su historia como corredor comenzó hace apenas nueve. A esa edad, en la que muchos piensan en frenar, él decidió arrancar.
“Trabajé mucho tiempo para la iniciativa privada y en 2016 me jubilé. En ese año alguien de la institución donde laboraba me invitó a correr. Me fue fatal”, relata a este medio entre risas. Hizo cinco kilómetros en más de 40 minutos y terminó molido. Pero esa mala experiencia sembró una semilla. Lo que parecía una simple invitación se convirtió en el principio de una experiencia nueva.
Aunque venía de una vida activa: natación, futbol, voleibol, nunca había corrido. Igual fue con el equipo Balam donde aprendió a hacerlo. De ahí en adelante no paró: corrió 21 kilómetros, maratones y trails (correr en terreno natural) en cerros que devoran el aliento.
“Además de Balam, empecé a entrenar con el equipo del banco, donde trabajé por muchos años, con vistas a los Juegos Bancarios, ahí son pruebas muy cortas de 400, 800, 1,500 y 3,000 metros. Me preparo cada año para esas competencias. Hace tres años también entré a la disciplina de acuatlón, que consiste en correr 2.5 kilómetros, nadar un kilómetro y volver a correr esa distancia. Incluso ahí fue donde gané mi primera medalla de oro en 2019 y en 2021 rompí un récord con un tiempo de 46 minutos”.
Si bien en su “tablero de victorias” figuran ocho medios maratones, seis maratones, una marca de cinco kilómetros en 25 minutos y un exigente recorrido de 35 kilómetros en cerro, su fuerte no es ser fondista (persona centrada en pruebas de larga distancia), sino velocista.
De igual manera, entrena casi toda la semana —solo descansa un día—. Trota por las mañanas, nada por las tardes. Corre en pista, en asfalto, en montaña. Lorenzo no es solo un corredor, es un atleta. En 2022, en los Juegos Bancarios, también impuso un récord en los 800 metros con un tiempo de 2:56 minutos. En ese entonces tenía 66 años.
“El deporte me ha mantenido bien, no solo físicamente, sino mentalmente”, menciona. No ha tenido lesiones graves, más allá de una luxación en el pie durante un trail. Se cuida, hace masajes con hielo en sus piernas y escucha a su cuerpo. Tiene un hijo fisioterapeuta que le confirma lo que él ya sabe: mientras se cuide, puede seguir.
“HE VISTO A PERSONAS DE MÁS DE 80 AÑOS QUE SIGUEN CORRIENDO; QUIERO SER UNO DE ELLOS”
Lorenzo tiene algo que muchos buscan: claridad. Sabe quién es, por qué corre y para qué. Lleva un pie tras otro porque lo hace feliz, porque le da salud y quiere llegar a la vejez —si no es que ya está en ella— con plenitud. “He visto a personas de más de 80 años que siguen corriendo. Quiero ser uno de ellos”.
Cuando le preguntamos qué se dice a sí mismo en momentos duros, confiesa que sí se frustra y llora, pero también corre más fuerte. Nada y entrena atletismo para vaciarse de lo malo y llenarse de paz. “No siempre se gana, pero hay que aceptar la derrota y seguir”, sostiene.
Su consejo para otros adultos mayores es claro: “Empiecen poco a poco, sin compararse con nadie. Corran contra ustedes mismos, pero muévanse porque lo peor que uno puede hacer es quedarse quieto”.
Lorenzo entrena casi toda la semana, solo descansa un día. Trota por las mañanas, nada por las tardes, y corre en pista, en asfalto, en montaña. (Especial)
No le interesa correr en otros países. “Al final es correr, lo mismo que hago aquí. En 2024 gané 11 medallas”, dilucida con sencillez. Su próximo reto es una competencia continental que reunirá a atletas de toda América. Y ahí estará él, con el mismo entusiasmo con el que completó sus primeros cinco kilómetros.
“La competencia se llama NCCMA (NORCECA máster 2025). Es un campeonato de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe. Estaremos compitiendo con Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Guatemala, etcétera. Serán los días 7 y 8 de noviembre. Ya me estoy alistando; ahí pienso luchar en 400, 800 y 1,500 metros”, concluye desde su hogar.
EN VOZ DE LOS EXPERTOS
Para el doctor Meynardo Cedillo, especialista en medicina deportiva y rehabilitación, “el ejercicio es vida, pero tiene que ser con responsabilidad”, aunque la edad no es una contraindicación para correr. En entrevista con NW Noticias despliega todo un protocolo de valoración médica que debería ser el punto de partida para cualquier persona —joven o mayor— que quiera iniciarse en el running.
“Existen riesgos en gente joven y de mediana edad. Para evitar esto, primero se debe hacer una buena valoración con un médico del deporte a fin de realizar estudios como un electrocardiograma, una radiografía de tórax, un ecocardiograma —de ser necesario— y un estudio de sangre para saber si está en buenas condiciones. No se trata de asustar, sino de prevenir. Hay muchas muertes súbitas que pudieron evitarse con una evaluación a tiempo”, argumenta.
Entre las lesiones frecuentes ante la falta de atención sanitaria destacan las fracturas por estrés, por algún tipo de caída y desgarres musculares.
—¿Cómo cambia la capacidad cardiovascular con la edad y cómo afecta el rendimiento en los adultos mayores? —preguntamos.
—Existe una curva. Durante la niñez el organismo se encuentra en una etapa de crecimiento. Después llega una fase de desarrollo que alcanza la meseta, propia de los adultos jóvenes, donde se mantiene hasta los 30 o 35 años. A partir de entonces se inicia un descenso, en el cual se pueden presentar ciertas afecciones, desde problemas cardiovasculares y hematológicos hasta alteraciones en el hígado, el páncreas o los riñones. Conforme va avanzando la edad, hay mayor riesgo de padecer algún tipo de afección cardiaca, pulmonar, renal, muscular e incluso cerebral.
“En el caso del sistema cardiovascular, la hipertensión representa una amenaza seria: se le conoce como ‘el asesino silencioso’. Muchas personas participan en carreras de cinco, 10 o 21 kilómetros sin haberse sometido a una valoración médica previa, y son justamente ellas quienes, en algunos casos, fallecen durante el recorrido por infartos o accidentes cerebrovasculares”, pormenoriza el Dr. Cedillo, quien trabaja desde hace 18 años en el futbol profesional, actualmente como jefe de servicio médico del equipo Mazatlán FC.
La conversación se vuelve aún más cercana cuando habla del calentamiento: “Mínimo 15 o 20 minutos antes de correr. Es como mover cada pieza del jenga para que no colapse el cuerpo”. Y sí, incluye cuello, hombros, tobillos, caderas, columna. “No calentar es como ir a la guerra sin armadura”.
La hipertensión representa una amenaza seria para los corredores: se le conoce como ‘el asesino silencioso’: Dr. Meynardo Cedillo. (Especial)
En cuanto a las descargas musculares, refiere que son una herramienta de apoyo, sobre todo en corredores de fondo. Ayudan a eliminar sustancias como el lactato, que generan fatiga muscular. Además, recomienda suplementación, pero siempre con base en una alimentación balanceada; creatina, aminoácidos, zinc, magnesio e hidratación constante completan su fórmula.
“Correr, caminar o ir al gimnasio no deberían ser actos de penitencia, sino de disfrute. El ejercicio no tiene que doler ni ser castigo. Debe ser parte de tu rutina, como cepillarte los dientes. Es lo que te va a permitir tener una buena calidad de vida cuando tengas 70, 80 o más años. El ejercicio realizado de manera regular nos previene hasta en un 80-85 por ciento el riesgo de padecer un infarto agudo al miocardio y va a prevenir la disminución de masa muscular”, puntualiza.
Y concluye: “No esperen a enfermarse para empezar. El ejercicio puede salvarles la vida, lo veo todos los días.” N