¿Qué papel juegan el pasado en nuestra existencia actual? Refugiado en la soledad de su oscuro aposento, Krapp celebra su cumpleaños número 69. De pronto, siente la necesidad de escuchar una vieja grabación que hizo 30 años atrás, cuando celebraba su aniversario 39. Ansioso, busca en el desorden de sus cosas la cinta precisa que contiene la memoria decisiva en su vida. Bajo este argumento, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, abre sus puertas para el monólogo La última cinta de Krapp.
Una confrontación entre el pasado y presente —puntualmente entre un ser ególatra y descentrado— reúne a varios protagonistas del teatro contemporáneo mexicano. La propuesta escénica es considerada el monólogo con más tintes autobiográficos de Samuel Beckett, un dramaturgo, novelista y poeta inglés que resulta de inspiración para la directora Sandra Félix. Escrita originalmente en 1958, se trata de una obra conmovedora, lírica y sentimental, donde Beckett presenta a un hombre que tiene mucho de sí mismo.
Inmerso en un escenario lúgubre, en donde solo descansa un escritorio y en este un magnetófono acompañado de una torre de cintas, Krapp habla de sus amores, pérdidas, su regreso a Irlanda, de las mujeres de su vida y de la crisis que vivió décadas atrás. Todo ello para reflexionar acerca de la vulnerabilidad y fragilidad humana, el pasar del tiempo y la crudeza de la vejez.
UN SÓTANO INCOMPRENSIBLE
“Con un diseño de escenografía e iluminación de Philippe Amand, vamos a encontrarnos un escritorio iluminado por una lámpara que está en un pasillo profundo y largo, que nos va llevando a un camino sin saber a dónde nos regresa. Nos plantea la intimidad de Krapp en una especie de sótano que no acabamos de comprender. Es minimalista”, comenta para Newsweek en Español la directora Sandra Félix, responsable de esta nueva adaptación de ‘La última cinta de Krapp’ y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (2019-2022).
Esta función de los documentos en nuestra vida actual hace recordar al filósofo francés Jacques Derrida y su teoría sobre “el mal archivo”, en donde se medita respecto a la relación que el ser humano establece con el tiempo, olvido y, sobre todo, con ese imperativo de preservar el pasado.
“Lo paradójico del asunto es que al archivar existe la conciencia de la finitud, por saber que el tiempo se acaba como la vida en la vejez. En otras palabras, no podría existir el deseo de recordar si no existiera el peligro de perder esos recuerdos”, resuelve Félix.
UNA AFICIONADA DE BECKETT
Sin embargo, no es la primera vez que esta directora de teatro lleva una obra inspirada en Samuel Beckett a escenarios contemporáneos. En México hizo su debut en el teatro La Gabarra, nombre de la pequeña sala del Núcleo de Estudios Teatrales (NET), con Los días felices, seguido de Paisajes de Elenas, de la guionista y escritora mexicana Elena Garro. El primero de ellos resulta un monólogo llevado por una mujer enterrada hasta la cintura que poco a poco se hunde hasta desaparecer.
—¿Dónde nació tu fascinación por Beckett? —le preguntamos.
—En la preparatoria leí Esperando a Godot (1952), que es una obra maestra. Es una especie de síntesis de la humanidad, hay cuatro personajes: dos amigos vagabundos, un amo y un esclavo. En un camino, al lado de un árbol, retratan la humanidad con cierto humor. Samuel es un autor existencial cuya pregunta frecuente es: “¿Qué estamos haciendo aquí?”. Y también se basa en personajes marginados.
“En Krapp, es un viejo con vista y oído desgastados que camina chueco. Aborda esta fragilidad humana y la soledad con mucha ternura y compasión. Todos nos podemos retratar en los personajes o recordar a algún familiar o amigo”.
LAS CUALIDADES DEL MONÓLOGO
—¿Por qué son tan importantes los monólogos para un actor?
—Este discurso dirigido hacia los receptores intenta despertar emociones. Es un ‘tour de force’ (acción difícil cuya realización exige gran esfuerzo y habilidad) para el actor que lo va a interpretar porque a veces son directos al público y, en ocasiones, es un soliloquio en voz alta.
“He hecho varios, uno de ellos es Conferencia sobre la lluvia, de Juan Villoro; Las penas saben nadar, de Abelardo Estorino, entre otros. Me gusta trabajar con un actor o varios, pero el monólogo tiene la cualidad de ir de gira y para espacios pequeños. Resulta una relación interesante entre el intérprete y el director”.
LUIS DE TAVIRA EN ‘LA ÚLTIMA CINTA DE KRAPP’
El ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2006, Premio Universidad Nacional y Premio Álvaro Custodio 2018, además de creador emérito del Sistema Nacional de Creadores del Arte, Luis de Tavira, será quien interprete a este ser humano y sus circunstancias, su presencia en el mundo, metas y fracasos. El vestuario corre a cargo de Jerildy Bosch y el diseño sonoro es de Rodrigo Castillo Filomarino.
La última cinta de Krapp tendrá dos únicas funciones en el recinto cultural ubicado en Donceles 36, Centro Histórico de la Ciudad de México. La primera tendrá lugar este viernes 17 de febrero a las 20:30 horas y el sábado 18 a las 19:00 horas.
Antes de arribar al Teatro de la Ciudad, la obra tuvo una temporada de diez funciones en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico, donde Ángel Ancona, director del Sistema de Teatros de la CDMX, los vio para después invitarlos al inmueble de Donceles.
“Tenemos más adelante giras internacionales y nacionales, pero se irá viendo, todavía no hay nada concreto. Es un homenaje al maestro Luis de Tavira”, concluye Sandra Félix. N