En el planeta Tierra existen más de 20,000 especies de abejas conocidas, incluida la famosa abeja occidental, Apis mellifera, la especie domesticada y manejada por los humanos durante miles de años.
Pero ¿qué pasaría si todas las abejas desaparecieran de repente? Las abejas se enfrentan actualmente a una serie de amenazas en todo el mundo, incluida la pérdida de hábitat y el aumento de parásitos y patógenos, pesticidas, cambio climático, disminución de la calidad y disponibilidad del forraje y, en el caso de las abejas domesticadas en particular, malas prácticas de manejo, según Scott McArt, entomólogo de la Universidad de Cornell.
Al contrario de lo que mucha gente cree, los números de abejas “administradas” no están disminuyendo. Sin embargo, cada invierno y primavera se pierden grandes cantidades de colmenas.
De hecho, los números solo se mantienen en niveles relativamente estables porque los apicultores están mejorando su capacidad para compensar las pérdidas. Empero, este es un proceso muy costoso y que requiere de mucho tiempo, según May Berenbaum, de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign.
Cuando se trata de abejas silvestres, los números de las poblaciones son más difíciles de documentar. Pero está claro que muchas especies están en declive en todo el mundo. Algunas incluso enfrentan la amenaza de extinción.
Por ejemplo, un estudio de 2017 encontró que, de las más de 4,000 especies de abejas que son nativas de América del Norte, casi una de cada cuatro —de las especies de las que existen datos suficientes para evaluar (1437)— está en peligro y en riesgo cada vez más alto de extinción.
Es importante tener en cuenta que no todas las especies de abejas salvajes están en declive, hay algunas poblaciones que se mantienen estables, mientras que muchas otras aumentan en número y se generalizan más.
¿QUÉ PASARÍA SI TODAS LAS ABEJAS DESAPARECIERAN?
Imaginemos un escenario hipotético en el que todas las abejas de la tierra desaparecieran repentinamente. Un área donde esto tendría un impacto significativo sería la agricultura.
“Si las abejas desaparecieran repentinamente, habría un profundo impacto en la agricultura y los alimentos que todos comemos”, dice McArt a Newsweek.
Muchas plantas de cultivo dependen de insectos polinizadores, como las abejas, avispas y mariposas. Cuando se trata de la cantidad de cultivos alimentarios globales, los investigadores estiman que alrededor de tres cuartas partes dependen parcial o totalmente de los polinizadores, especialmente de las abejas de colmenas administradas y, en menor medida, de las abejas silvestres.
Sin embargo, cuando se trata de la producción total de cultivos en toneladas, se cree que alrededor de un tercio depende en cierta medida de los polinizadores.
Esto se debe a que cosechamos algunas plantas de cultivo más que otras, y muchas de las que se producen en las cantidades más altas —básicos como los cereales, por ejemplo— no dependen en absoluto de ellos.
“Si perdiéramos todas las subespecies de Apis mellifera, sobreviviríamos. Pero tendríamos que depender más de las abejas silvestres, que tienen sus propios problemas, y de otros polinizadores”, dice Berenbaum a Newsweek. “La mayoría de las frutas, nueces y verduras serían más caras y mucho más difíciles de encontrar porque serían más difíciles de producir”, agrega.
“Si hablamos de perder las 20,000 especies de abejas en todo el mundo, aún sobreviviríamos porque la mayor parte de las calorías que consume la gente proviene de granos y cereales (por ejemplo, trigo, arroz y maíz) o de cultivos de propagación vegetativa (como la papa), así que no moriríamos de hambre per se”.
POLINIZACIÓN PARA LA DIETA HUMANA
Sin embargo, la polinización de las abejas es muy importante —y difícil de reemplazar a gran escala— para producir la mayoría de los cultivos que proporcionan nutrientes esenciales (en particular, vitaminas y minerales) y variedad a la dieta humana (por ejemplo, especias y hierbas, así como en cultivos estimulantes como el té y el café), según Berenbaum.
“Entonces, si todas las abejas se extinguieran es posible que no pasaríamos hambre, pero probablemente estaríamos bastante enfermos y seríamos miserables”, opina.
Según Christian Krupke, entomólogo de la Universidad de Purdue, es posible que los humanos sobrevivan sin que las abejas polinicen nuestros cultivos. Pero nuestras dietas tendrían que cambiar drásticamente.
“Las abejas polinizan la mayoría de nuestras frutas, nueces y verduras. Las abejas melíferas brindan la mayor parte de este servicio”, dice a Newsweek. “Sin ellas, necesitaríamos encontrar otra forma de polinizar estos muchos productos e invariablemente sería menos eficiente, lo que resultaría en menores cantidades de alimentos más caros”.
Si bien se han desarrollado algunas técnicas para reemplazar los servicios de polinización que brindan estos maravillosos insectos, la ampliación de estos métodos es un desafío.
“Hay muchos proyectos de investigación y nuevas empresas que investigan la polinización robótica de cultivos”, señala McArt. “Drones que liberan polen del cielo, diminutas abejas robóticas que rozan las flores e incluso rovers que dispensan pompas de jabón que contienen polen que cubre a las flores.
“Se ha demostrado que algunas de estas tecnologías aumentan la polinización a pequeña escala. Pero actualmente ninguna es efectiva a gran escala, y ninguna es tan buena como las abejas. Las abejas simplemente son muy buenas para polinizar. ¡Y las abejas silvestres polinizan gratis! Si cultivamos de forma sostenible, la mano de obra gratuita estará allí. Si no cultivamos de forma sostenible, la mano de obra gratuita se irá”.
¿Y EL FUNCIONAMIENTO DE LOS ECOSISTEMAS NATURALES?
Además del impacto en la agricultura, el funcionamiento saludable de los ecosistemas naturales también depende en gran medida de los servicios de polinización que brindan las abejas y otros insectos polinizadores, según McArt. Alrededor del 90 por ciento de las plantas terrestres dependen parcial o totalmente de los polinizadores para reproducirse, asegura.
“Si miras a tu alrededor, es obvio que vivimos en un mundo verde donde las plantas son la base de los ecosistemas. Si a las plantas les retiras la capacidad/eficiencia para reproducirse, los ecosistemas se verían fundamentalmente alterados”, apunta.
Según Robert Gegear, profesor del Departamento de Biología y Biotecnología del Instituto Politécnico de Worcester, hay dos contextos muy diferentes donde funcionan las abejas. Aunque las abejas son importantes en la agricultura, no brindan servicios importantes en el contexto ecológico, indica.
“Allí son competidoras [con las abejas nativas] y alterarán el sistema”, asegura Gegear a Newsweek.
Si todas las abejas desaparecieran, no tendría ningún efecto negativo ecológicamente hablando, explica, y probablemente tendría un impacto positivo porque las abejas compiten por recursos limitados: polen y néctar.
A diferencia de las abejas melíferas, que forman colmenas que contienen miles de individuos, la mayoría de las especies de abejas nativas son solitarias.
No obstante, si comenzamos a eliminar a las abejas salvajes sería un problema importante porque tienen una relación única con las plantas de flores nativas que sustentan los ecosistemas y los mantienen saludables.
SOLO UNA PARTE DE UNA GAMA MÁS AMPLIA
“Si perdemos abejas nativas, perdemos diversidad de abejas. Si perdemos su rol funcional, que requiere de las plantas que polinizan, es cuando comenzamos a perder cosas como la biodiversidad silvestre, la función del ecosistema y la salud. Debido a que estos sistemas de plantas y polinizadores conforman la base de los ecosistemas”.
En el aspecto ecológico, es importante tener en cuenta que las abejas son solo una parte de una gama más amplia de interacciones planta-polinizador que incluye a otros insectos y animales, incluidas moscas, mariposas, polillas y colibríes, por nombrar solo algunos.
“Ciertamente, hay muchas plantas polinizadas por abejas, pero esa es solo una pequeña porción de los animales que visitan flores y que podrían actuar como polinizadores”, explica Gegear. “De tal modo que de las 200,000 especies que visitan las flores para alimentarse del néctar o el polen, solo alrededor de 20,000 son abejas”.
Pero esto no significa que no tendría ningún impacto el eliminar a las abejas nativas mientras permanecen otros polinizadores.
“Lo que respalda la diversidad de otros animales salvajes es la diversidad de plantas nativas o los productos de plantas silvestres que da ese sistema”, argumenta Gegear. “A medida que comencemos a eliminar esas conexiones, ya sea del lado animal o del lado vegetal, eventualmente veremos el colapso del ecosistema y la pérdida de los servicios del ecosistema.
“Estas son cosas que obtenemos de la naturaleza de forma gratuita, como el secuestro de carbono y la purificación del agua, todos los cuales dependen de la existencia de ecosistemas saludables y diversos”, concluye el experto. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).