El regreso físico a la escuela este año ha causado más estrés que el usual. He aquí lo que los expertos dicen sobre cómo los padres y profesores pueden lidiar con ello.
LA PANDEMIA ha provocado una cantidad enorme de estrés en las familias, e igual lo está haciendo el regreso a clases presenciales. Para evaluar lo que esto significa para padres y niños, Newsweek habló con tres de los principales expertos en psicología infantil sobre los retos que muchas familias enfrentan ahora: Jack P. Shonkoff, doctor en medicina, profesor de salud y desarrollo infantil en la Escuela de Salud Pública de Harvard; Scott Russo, profesor de neurociencia y director del Centro de Neurociencia Afectiva en la Escuela Icahn de Medicina en Mount Sinai, y Nadine Burke Harris, doctora en medicina, directora general de salud pública de California.
He aquí lo más destacado.
—¿Cómo pueden los padres y profesores ayudar a los niños a recuperarse del trauma de la pandemia?
Dra. Nadine Burke: “Empiecen por validar su experiencia y reconocer que esto ha sido muy duro. Ayuden a la gente a entender y reconocer aquello sobre lo que tienen el control y su poder para sanar. La actividad física es enorme, sobre todo en equipos deportivos donde tienes entrenadores, que fungen como mentores, y la camaradería de los otros atletas. La actividad física también ayuda a reducir las hormonas del estrés y a secretar hormonas saludables. Y cualquier cosa que le permita a la gente hallarle sentido a lo que sucedió y haga uso de su pasión, ya sea la música, el arte o lo que sea.
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“También tenemos la capacidad de crear ambientes que refuercen la resiliencia a través de relaciones que den apoyo, seguridad, estabilidad y aliento. Si los niños reciben este apoyo en la escuela y también en casa y en su programa después de la escuela y tal vez en su iglesia o club, ese amortiguamiento acumulativo ayuda a compensar la adversidad que hemos experimentado”.
—¿Por qué el cambio de rutina es difícil para los niños que regresan a la escuela este año?
Dra. Nadine Burke: “Los niños han estado en la escolaridad remota durante el año pasado porque había una pandemia y era demasiado peligroso que fueran a la escuela. Ahora les decimos: ‘Está bien, regresen a la escuela. Y tendrán que usar cubrebocas’.
“El cambio en la rutina, el cambio en lo que es la nueva normalidad, la desorientadora serie nueva de reglas que ellos tienen que aprender, eso va a activar su cortisol. Para todos los niños, incluso si están en el salón de clases todo el día, hay una nueva serie de reglas sobre lo que pueden y no pueden hacer. Todo el tiempo les damos mensajes de lo que es y no es seguro. Y ahora viene la variante Delta.
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“Todas estas cosas son estresantes para los padres. Los niños son sensibles a ello y reaccionan a la respuesta de estrés de sus padres”.
—¿Tienen ustedes algunos consejos para ayudar a los niños a aumentar su resiliencia?
Dr. Jack Shonkoff: “Aumentas la resiliencia de los niños, de cualquier edad, al hacer todo lo que puedas para protegerlos contra una adversidad grave que sobrecargue de más su sistema de respuesta de estrés. Y si este se mantiene sobrecargado por periodos largos puede haber consecuencias biológicas. Es igual de importante instruir, modelar y facilitar el desarrollo de las habilidades para manejar la presión y habilidades de adaptación del niño.
“Lo que quieres evitar es pensar la resiliencia como algo que haces tú mismo, sobre todo cuando hablas de niños. Hay una gama amplia de cómo los niños son intrínsecamente resilientes. Algunos niños simplemente son más sensibles al ambiente. Algunos niños se adaptan mejor. Los niños más sensibles, en situaciones duras, están en mayor riesgo”.
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Dra. Nadine Burke: “Cuando pensamos sobre sanar no va a suceder de manera pasiva. Es algo en lo que tenemos que ser muy activos para asegurarnos de que nuestros niños y, francamente, los adultos tengan tantos recursos como sea posible para sanar y tener relaciones que amortigüen”.
—¿Cómo deberían los padres y profesores tratar a los niños que tienen problemas para manejar la presión?
Dr. Jack Shonkoff: “Deberían tener los ojos y oídos abiertos a lo que esté bien y lo que no. No es difícil descubrir qué niños tienen grandes problemas. Necesitamos abordarlo tan pronto como podamos porque son muy vulnerables.
“Para los niños más jóvenes, los ayudas mediante ayudar a los adultos que cuidan de ellos. Queremos pensar qué tipos de servicios e intervenciones necesitan: sus niveles de depresión, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias. Eso tiene que abordarse, y no solo programas infantiles enfocados en los niños.
“Los niños de quienes nos deberíamos preocupar más —y las familias de las que nos deberíamos preocupar más— son quienes se volvieron invisibles durante la pandemia, quienes están aislados socialmente. No sabemos qué sucede en sus vidas y sus familias. Hay muchos niños que simplemente no se presentaron en la escuela ese año y medio y no estuvieron en línea. Nadie envió a algún inspector escolar a verlos. Deberíamos preocuparnos intensamente por ellos. No es solo la pérdida de educación, también es el ambiente donde esos niños están viviendo lo que los hizo invisibles”.
—¿Qué tan bien anticipan ustedes que los niños se recuperarán de la pandemia?
Prof. Scott Russo: “Pasaron muchas cosas el año pasado, probablemente por el aislamiento. Hubo un aumento enorme en la violencia familiar y, sobre todo, en la violencia parental. Se sabe que esas cosas afectan considerablemente la salud mental. Y cuando las experimentamos en la niñez, tu sistema se desarrolla dentro de esos límites, por así decirlo. Estos son periodos cruciales durante los cuales tus circuitos emocionales están desarrollándose en el cerebro. Cuando experimentas estos eventos muy traumáticos, estos cambian la trayectoria de cómo se forman tus circuitos [cerebrales], y no se revierten.
“Si eres un adulto que ha tenido una crianza relativamente sana, la realidad es que probablemente te recuperarás. Si eres un niño que lo experimentó y tus circuitos [cerebrales] se formaron bajo esas circunstancias, tal vez no te recuperes”.
—¿Qué hay de los niños que no tienen mucho apoyo?
Prof. Scott Russo: “Si no tienes el apoyo estás en desventaja. Pero sí tienes mecanismos naturales que pueden protegerte incluso en la ausencia del apoyo. Cuando eres expuesto o experimentas algo que es tremendamente adverso, tienes que elegir una serie de comportamientos. Tienes que decidir qué vas a hacer ante esa adversidad. La elección es importante. Si eliges manejar la presión activamente, vas a estar protegido. Si eliges manejar la presión pasivamente, no vas a estar protegido. Algunas personas buscan apoyo y toman medidas activas para mitigar su cantidad de estrés, y otras solo dejan que se acumule y no hacen nada al respecto y solo empeora más y más”.
—¿Cuál es el efecto en los padres y niños que se recluyeron juntos durante la pandemia?
Dr. Jack Shonkoff: “Algunas familias, como han trabajado desde casa, en realidad han tenido más tiempo juntas. Ha habido aspectos positivos en ello. El lado negativo —y esto va al centro del problema de la desigualdad aquí— es que esa parte de la población que, antes del covid-19, ya lidiaba con cargas considerables y dificultades está en un riesgo extraordinario de problemas más graves. Muchos niños van a tener problemas a causa de esto, pero no todos”. N