

Investigadores han revelado la cantidad ideal de plantas en maceta para nuestro bienestar, y su análisis los sorprendió al descubrir que “demasiada” naturaleza decorativa puede, en realidad, perjudicar la salud mental en lugar de ayudarla.
El equipo de la Universidad de Stanford, en California, desarrolló un nuevo método para cuantificar distintas “dosis” de vegetación y de materiales de madera, y lo aplicó en una oficina simulada para analizar el efecto de la naturaleza interior en el bienestar físico y mental de las personas.
Mientras que unas cuantas plantas y una ventana con vista a los árboles mejoraron la percepción de restauración y el sentido de pertenencia de los participantes, estos se estresaban cuando la vegetación en la oficina se volvía más abundante, según los investigadores.
“No me lo esperaba para nada”, dijo en un comunicado la autora del estudio y especialista en ingeniería civil Eva Bianchi. “Alrededor del 60 por ciento de la vegetación y la madera totales provocaron el mayor aumento de estrés, lo cual contradice estudios previos”.
Aunque investigaciones anteriores sugerían que la naturaleza interior, como las plantas, reduce el estrés (una conclusión no necesariamente errónea), estos estudios comparaban la reacción de los participantes a espacios con naturaleza versus sin ella, o se basaban en niveles subjetivos de vegetación.
“Existe una enorme cantidad de literatura, pero no podemos sintetizarla porque nadie usa los mismos métodos”, explicó en un comunicado la coautora del artículo, la profesora Sarah Billington.
Para ayudar a evaluar la respuesta a diferentes dosis de naturaleza interior, el equipo desarrolló un software llamado Nature View Potential, que calcula cuánta naturaleza se ve, en promedio, dentro de un espacio determinado.
Usando esta herramienta, junto con software de modelado 3D, diseñaron 11 salas de reuniones digitales con distintos niveles de madera, vegetación y vistas naturales a través de ventanas. Los investigadores reclutaron a 412 participantes; a cada uno se le asignó una de las salas virtuales y se le pidió que imaginara que ese era su nuevo lugar de trabajo, donde realizarían tareas de desarrollo profesional.
Luego, el equipo se dispuso a estresar a los participantes, con el fin de determinar si las características naturales de las salas ayudaban a aliviar ese estrés o no. Después de haber respondido cuestionarios iniciales para medir su bienestar, los participantes realizaron tareas que incluían anagramas difíciles y contar de 1,022 hacia atrás en intervalos de 13.
“Les dije que habían obtenido una puntuación por debajo del promedio y que no iban a recibir pago”, comentó Bianchi, quien buscaba incrementar la presión antes de que respondieran nuevamente el cuestionario. (¡Al final, todos los participantes sí recibieron el pago!)
El análisis reveló que una dosis de vegetación de alrededor del 20 por ciento produjo los resultados más fuertes en la restauración de la calma y el sentido de pertenencia. “En nuestra sala de 13 metros cuadrados, esta dosis equivalía a 17 plantas y una ventana con vista a las copas de los árboles”, dijo Bianchi a Newsweek.
“Cualquier cantidad de naturaleza ayuda, pero si realmente quieres ver una mejora, debes llegar a aproximadamente ese valor”, afirmó Billington.
En contraste, las salas virtuales con mayor naturaleza —al 60 por ciento llenas de plantas, muros vivos y techos de madera— generaron un aumento del estrés entre los participantes. Demasiada naturaleza podría hacer que las personas se sientan abrumadas en espacios interiores, sugieren los investigadores.

Algunos participantes incluso escribieron “demasiadas plantas” y “probablemente una pesadilla intentar hacer cualquier cosa ahí”. Mientras tanto, los muebles y elementos de madera, por sí solos, no parecían tener efecto sobre las medidas de bienestar. (El equipo señala, sin embargo, que esto podría deberse a que la madera digital del estudio no era lo suficientemente realista, ya que estudios previos sí mostraron efectos).
Además de la relación dependiente de la dosis, los investigadores informan que la sensación de “conexión” con la naturaleza parece ser clave para experimentar beneficios de bienestar derivados de la vegetación interior.
“No se trata solo de poner un montón de naturaleza en el espacio”, dijo Bianchi. “Hay que asegurarse de que la naturaleza que incorporas realmente haga que los ocupantes se sientan conectados con ella”.
Los autores reconocen que la cantidad necesaria de naturaleza dependerá, en última instancia, del tipo de espacio que se analice y de los elementos de bienestar que se busquen en ese entorno.
“Sin embargo, con los resultados del presente estudio, parece que una dosis del 20 por ciento de vegetación puede maximizar el sentido de pertenencia, la fascinación, la sensación de escape y la amplitud, al tiempo que limita la reducción de la coherencia y la activación positiva”, escribieron en el artículo.
Además de proporcionar una guía para los ocupantes, esperan que sus hallazgos también aporten recomendaciones de diseño para viviendas, escuelas, oficinas y hospitales. “En un mundo cada vez más urbanizado, más investigaciones, especialmente el trabajo de campo, sobre dosis de naturaleza interior y bienestar serán esenciales”.
“La vegetación interior es beneficiosa para muchos aspectos del bienestar, como el sentido de pertenencia y la restauración”, dijo Bianchi a Newsweek. “Para estos resultados, no hubo una cantidad de naturaleza que tuviera un impacto negativo. Para el estrés, en cambio, cantidades muy grandes pueden resultar perjudiciales, como vimos en nuestro estudio. Sin embargo, como se puede ver en nuestro artículo, el ambiente que causaba estrés tenía una cantidad particularmente alta de naturaleza, algo poco común en la mayoría de los espacios interiores”. N