MÁS de un millón de personas en Estados Unidos han acudido a aplicarse un refuerzo después de recibir el esquema completo de la vacuna contra el covid-19, según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Un documento informativo interno de los CDC revisado por ABC News muestra que se estima que 1.1 millones de personas que recibieron la vacuna Pfizer o Moderna regresaron para una tercera dosis de refuerzo no autorizada.
Estas personas han recibido una tercera dosis sin que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos haya recomendado este refuerzo como una medida contra el coronavirus.
En una revisión hecha por Associated Press de la base de datos dirigida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se descubrió que los proveedores de atención sanitaria han informado sobre la aplicación de las inoculaciones adicionales, pero se desconoce el número exacto de personas que las han recibido, ya que el hecho de informar a la base de datos es voluntario. También se desconoce si todas las personas que recibieron una tercera dosis lo hicieron para tratar de tener un refuerzo.
También lee: Qué es la ivermectina y por qué se investiga como tratamiento para el covid-19
“No creo que nadie haya hecho realmente el seguimiento” para saber qué tan generalizado está el hecho de que las personas reciban terceras dosis, señala Claire Hannan, directora ejecutiva de la Asociación de Administradores de Inmunización.
En abril, el presidente de Pfizer, Albert Bourla, dijo que es “probable” que las personas completamente vacunadas necesiten una tercera dosis para arrancar la inmunidad al coronavirus dentro de un año de ser vacunadas. El CEO de Johnson & Johnson, Alex Gorsky, también sugirió a principios de este año que puede ser necesario recibir inyecciones anuales para covid-19, similar a la vacunación contra la gripe estacional.El 8 de julio, los CDC y la FDA emitieron una declaración conjunta diciendo que la necesidad de dosis de refuerzo no se determinará hasta que se realicen más investigaciones sobre la eficacia de las vacunas y el potencial de disminución de la inmunidad.
“Los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una inyección de refuerzo en este momento. La FDA, los CDC y los Institutos Nacionales de Salud están involucrados en un proceso riguroso y basado en la ciencia para considerar si o cuándo podría ser necesario un refuerzo”, se lee en la declaración. “Estamos preparados para dosis de refuerzo si y cuando la ciencia demuestre que son necesarias”.
El asesor médico jefe de la Casa Blanca, Anthony Fauci, dijo el domingo pasado en Meet the Press que se necesitarán inyecciones de refuerzo “tarde o temprano”.
“Si miras los datos de Pfizer, Pfizer muestra que bajó de los 90 a alrededor de 84 después de unos meses”, dijo Fauci, refiriéndose a los porcentajes de eficacia de la vacuna.
“Los datos recientes de Moderna muestran que realmente no está bajando, pero todo el mundo asume, y creo correctamente, que tarde o temprano se va a ver una atenuación hasta el punto en que vamos a tener que dar un impulso adicional a la gente”, agregó.
Cuando la variante Delta comenzó a propagarse, la ciudadana estadounidense Gina Welch decidió no arriesgarse: recibió una tercera dosis de refuerzo de la vacuna contra el covid-19 al acudir a una clínica y decirles que se trataba de su primera dosis.
El gobierno estadounidense no ha aprobado las dosis de refuerzo contra el virus y afirma que aún no cuenta con ninguna prueba de que sean necesarias. Sin embargo, Welch y un número no revelado de estadounidenses ha logrado obtenerlas, aprovechándose del superávit de vacunas de ese país y del deficiente seguimiento de las personas que han sido totalmente vacunadas.
“VOY A PROTEGERME A MÍ MISMA”
Welch, estudiante de posgrado de Maine que actualmente cursa ingeniería química, señaló que está pendiente de los estudios científicos sobre el covid-19 y sigue a varios virólogos y epidemiólogos en las redes sociales, quienes están a favor de las dosis de refuerzo.
“Voy a seguir a esos expertos y voy a protegerme a mí misma”, dijo Welch, de 26 años y que padece asma, además de una enfermedad hepática. “No voy a esperar otros seis meses o un año para que recomienden una tercera dosis”.
En una entrada de la base de datos de los CDC aparece un hombre de 52 años que recibió una tercera dosis en una farmacia de California el 14 de julio, diciendo que nunca había recibido ninguna dosis e identificándose con su pasaporte, en lugar de su licencia de conducir. Sin embargo, cuando la farmacia se puso en contacto con la aseguradora del paciente, le dijeron que él ya había recibido dos dosis en marzo.
En Virginia, un hombre de 39 años recibió una tercera dosis de un proveedor militar el 27 de abril, tras mostrar una cartilla de vacunación donde se indicaba que solo había recibido una dosis. Una revisión de registros reveló el número de vacunas que había recibido previamente. Entonces, el paciente le dijo al proveedor que el tiempo transcurrido entre la primera y la segunda dosis había sido de más de 21 días, “así que hablaron con su proveedor, quien les ‘autorizó’ la aplicación de una tercera dosis”, se lee en la entrada.
No te pierdas: Casos de covid-19 en vacunados son preocupantes, pero negarse a la vacuna es peor: expertos
Jared Polis, gobernador de Colorado, dijo en una reciente conferencia de prensa que sabía de varios residentes que habían recibido una tercera dosis usando nombres falsos, pero ni su oficina ni el departamento de salud de ese estado podían proporcionar ninguna prueba.
A pesar de que la FDA no ha dado su aprobación, funcionarios de salud pública de San Francisco dijeron esta semana que proporcionarán una dosis extra de la vacuna de Pfizer o Moderna a las personas que hayan recibido la vacuna de Johnson & Johnson de una sola dosis, refiriéndose a la primera como un complemento y no como un refuerzo.
En varios estudios se analiza la posibilidad de aplicar dosis de refuerzo a ciertos grupos de riesgo: personas con un sistema inmune debilitado, adultos de más de 60 años y trabajadores de la salud. Sin embargo, aún no se decide si la población en general podría necesitarlas, indicó la Dra. Michelle Barron, directora médica de alto nivel para la prevención de infecciones de UCHealth, un sistema de salud sin fines de lucro con sede en Aurora, Colorado.
Te interesa: Covid-19: variante Lambda, la cepa que está azotando a Sudamérica
Indicó que los mejores datos a favor de la posible aplicación de dosis de refuerzo se relacionan con personas cuyo sistema inmune se encuentra en riesgo.
En Israel se aplican dosis de refuerzo a adultos mayores, y en varios países, como Alemania, Rusia y el Reino Unido, se ha aprobado su aplicación para algunas personas. El director de la Organización Mundial de la Salud instó recientemente a los países más ricos a dejar de aplicar dosis de refuerzo para garantizar que las vacunas estén disponibles para otros países donde pocas personas han recibido su primera dosis. N
—∞—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek