Muchos autores se han acercado cada vez más a la ciencia. Con ello han logrado que sus predicciones sean más exactas y hasta proféticas.
ALLÁ LEJOS, POR 1865, Julio Verne publicó su famosa novela De la tierra a la luna, en la que narraba la llegada del ser humano al satélite. Más de un siglo después, sus palabras se hicieron realidad cuando en 1969 el Apolo 11 logró alunizar y Neil Armstrong dio un gran salto para la humanidad.
Otro autor que parece haber vaticinado el futuro fue Ray Bradbury. En su famoso libro Fahrenheit 451 (1953) imaginó unas “conchas marinas” que se colocaban en las orejas para escuchar mensajes de forma inalámbrica. Sesenta años después, los airpods de iPhone y audífonos similares están por todas partes.
En 1964, Isaac Asimov predijo el auge de los coches con “cerebro de robot y sin la interferencia de los lentos reflejos de los humanos”. Actualmente, empresas como Google y Uber ya prueban vehículos autónomos —aunque aún hace falta mejorarlos.
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En la película Minority Report (2002), la publicidad en tiempo real era algo completamente normal, algo que hoy ya se aplica en muchas redes sociales.
Sobran ejemplos que nos hacen pensar que estamos viviendo en el futuro del que tantos libros y películas de ciencia ficción hicieron las más alocadas predicciones.
Quién sabe, puede que la ciencia ficción de hoy ya esté bocetando los avances tecnológicos de las próximas décadas, como las expediciones al planeta rojo de The Martian o la misión a Neptuno en Ad Astra.
Ciencia y ficción, un romance increíble
A medida que la ciencia ficción se ha ido convirtiendo en un género por sí mismo, muchos autores se han acercado cada vez más a la ciencia, haciendo que sus predicciones sean más exactas y hasta proféticas.
Y esta genial relación entre ciencia y ficción va en ambos sentidos. Muchos investigadores afirman que el género sci-fi ha jugado un papel clave para desarrollar nuevas tecnologías. Un estudio publicado en 2018 revela que cada vez hay más referencias sobre películas, series y libros de ciencia ficción en las investigaciones científicas.
Martin Cooper, inventor del celular, afirma que se inspiró en los comunicadores de la serie de la década de 1960 Star Trek para crear los teléfonos móviles.
Además, hay equipos de investigadores que hoy trabajan para inventar artículos como el traje de Iron Man, la capa de invisibilidad de Harry Potter o materiales tan fuertes como el escudo del Capitán América.
Ciencia ficción que hoy es cosa de todos los días
La inspiración de películas, libros y series en la ciencia podría traernos increíbles avances en los siguientes años. Para imaginarlo, aquí enlistamos algunas muestras de tecnologías que parecían ciencia ficción y ahora son algo cotidiano.
Celulares. En los años 60, el capitán Kirk de la serie televisiva Star Trek utilizaba un dispositivo móvil para comunicarse de manera remota con su tripulación. Estos aparatos eran muy parecidos a los teléfonos plegables que usábamos en los años 90.
Décadas más tarde, Martin Cooper, el inventor del celular, confesó que se inspiró en la serie de ciencia ficción para crear el Motorola DynaTAC 8000X, el primer teléfono inalámbrico portátil de la historia.
Tabletas. En 1968, la película 2001: Odisea del espacio mostraba cómo los astronautas de la nave espacial Discovery One usaban computadoras de mano que contenían toda la información que pudieran necesitar.
Hoy en día, las tabletas electrónicas son un objeto tan cotidiano que algunos incluso ya no las consideran tecnología de avanzada.
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Cámaras en los smartphones. Películas como 2001: Odisea del espacio (1968), Blade Runner (1982) y Volver al futuro II (1989) tienen distintas referencias a aparatos y dispositivos con pequeñas cámaras que permitían grabar y hacer videollamadas sin mayor problema.
Para finales de los años 90, las cámaras ya eran algo medianamente común en los hogares. El problema era que resultaban bastante aparatosas. Justo por esa época, el equipo del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA creó pequeñas cámaras para ocupar menos espacio en las naves espaciales sin perder calidad de imagen.
La tecnología fue mejorando y volviéndose más accesible; hoy tenemos celulares con tres o más cámaras de alta definición.
Tenis con suela de aire. La tecnología Nike Air que dio paso a los primeros tenis con suela de aire (1982) no habría sido posible sin las misiones Apolo de la NASA. Entre 1969 y 1972, sus astronautas las usaron para soportar el peso del equipo espacial.
Botas como esas y los trajes espaciales utilizados en los viajes Apolo guardan un enorme parecido con los descritos en De la tierra a la luna de Julio Verne (1865).
Hoy en día hay toda una variedad de tenis con suela de aire para caminar o correr cómodamente.
Audífonos bluetooth. En 1965, la NASA creó una diadema inalámbrica con audífonos y micrófono para que sus astronautas se comunicaran de manera remota sin el estorbo y las limitaciones de los cables.
Aunque en ese entonces se usaban ondas de radio, la tecnología evolucionó e inspiró la conexión bluetooth. Hoy la utilizamos en muchos dispositivos, como audífonos que se insertan en el oído, muy parecidas a las “conchas marinas” para escuchar mensajes que imaginó Ray Bradbury en Fahrenheit 451, allá por 1953.
Asistentes virtuales. Una vez más debemos citar a 2001: Odisea del espacio, y es que es un gran referente de ciencia ficción que ha inspirado a la realidad.
En la película de 1968, HAL 9000 es un asistente inteligente que controla la nave Discovery One. A lo largo del filme, HAL se va revelando contra sus creadores y hasta mata a varios miembros de la tripulación por considerarlos “mecanismos fallidos”.
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Hoy en día, los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google son parte de nuestra vida diaria. Y aunque la misteriosa risa de Alexa es un poco desconcertante, se debe más a un error de su micrófono que a algún parecido con HAL 9000.
Hologramas. En Star Wars: episodio IV (1977), la princesa Leia era proyectada en un holograma desde R2D2 para pedirle ayuda a Obi Wan Kenobi. En ese entonces, la imagen parecía mera ciencia ficción, pero hoy la tecnología holográfica ha comenzado a ser bastante común.
En 2014, el rapero Tupac dio un concierto holográfico póstumo y después le siguieron varias presentaciones del ya fallecido Michael Jackson.
La estrella del J-Pop Hatsune Miku es la mejor muestra de esta tecnología. Este personaje de manga (cómic japonés) no es real y su voz es la de la actriz de doblaje Saki Fujita editada con un sintetizador. Su fama ha crecido tanto que ha hecho giras mundiales presentándose como un holograma.