Para un hombre, años de obstrucción nasal e infecciones recurrentes de los senos nasales resultaron ser la consecuencia de una aventura de contrabando de droga casi dos décadas antes.
Un reporte de caso clínico publicado en la BMJ Case Reports describe a un hombre de 48 años en Sídney, Australia, cuyos dolores de cabeza y problemas persistentes de senos nasales fueron provocados por un globo de 1.9 centímetros lleno de marihuana que se había atascado en su cavidad nasal desde que tenía 30 años.
El paciente buscó atención médica para sus dolores de cabeza y fue remitido al Departamento de Oídos, Nariz y Garganta del Hospital Westmead en Sídney, Nueva Gales del Sur, después de que una tomografía computarizada reveló una lesión de 19×11 milímetros en su fosa nasal derecha. Una endoscopia nasal posterior detectó “una masa firme y gris” en su cavidad nasal.
“El cuerpo extraño fue removido endoscópicamente con anestesia general”, declara el reporte. “El reporte de histopatología señaló una ‘cápsula de hule que contenía materia vegetal/planta deteriorada’”.
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La materia vegetal resultó ser marihuana. En un interrogatorio posterior, el hombre admitió que se había metido el paquete en la nariz para contrabandear la droga en un centro penitenciario 18 años antes.
Él dijo que su novia le dio el balón de hule lleno de cannabis durante una visita en la prisión. Aun cuando consiguió pasar exitosamente el contrabando frente a los guardias y hasta la cárcel, fue incapaz de retirar el paquete y, más bien, lo metió más en su cavidad nasal.
El hombre les dijo a los médicos que él creyó haberse tragado el paquete y permaneció completamente ignorante de su presencia hasta el reporte de histopatología, a pesar de la “obstrucción nasal” y las “infecciones recurrentes de los senos nasales” que experimentó todos estos años.
El reporte de caso explica que este es un ejemplo especialmente inusual de rinolito, el término médico para una piedra presente en la cavidad nasal. (Rinolito significa literalmente “piedra nasal” en griego antiguo.)
No tiene que ser una piedra. Podría ser un objeto igual de pequeño y duro como una cuenta de plástico o un diente extraído, pero este es, según la revista, apenas el segundo caso reportado que involucra una droga ilícita. El primero involucró codeína y opio envueltos en un rozo de nylon.
Los autores del reporte de caso sugieren que esto podría deberse a que la mayoría de los intentos de contrabandear droga implican tragarse el paquete, el cual “actúa como un bezoar” y puede ser retirado después de que ha pasado por el tracto gastrointestinal y salido del cuerpo.
“No obstante, debería mantenerse un índice de sospecha de rinolito en todos los casos de síntomas nasales unilaterales”, añaden ellos.
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Estos síntomas pueden incluir obstrucción nasal, dolor de cabeza y dolor facial, así como sangrado y/o secreción de algo similar a pus de la cavidad nasal. Las señales de que hay un rinolito presente también incluyen hedor, un olor desagradable que debería ser obvio para el paciente.
En este caso, el paquete fue removido y los síntomas del hombre remitieron. En una cita de seguimiento tres meses después, él reportó una “resolución completa” de los problemas de salud que lo llevaron a buscar atención médica en primer lugar.
Ni con mucho él es el primero en ser creativo cuando se trata de contrabandear sustancias ilegales frente a las autoridades. Algunos de los métodos más imaginativos han involucrado zanahorias falsas, pantalones falsos e implantes falsos. En otro incidente, tres mujeres esperaban que unos atuendos de monja les librarían de sospechas cuando trataban de contrabandear dos kilos de cocaína a la isla de San Andrés.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek