

EL SECRETARIO DE DEFENSA DE ESTADOS UNIDOS, Pete Hegseth, aseguró que su país solo está iniciando una campaña militar contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, una operación marcada por más de 80 muertos y fuertes cuestionamientos por posibles ejecuciones extrajudiciales.
Los bombardeos comenzaron en septiembre y han sido defendidos por el gobierno del presidente Donald Trump como una estrategia para “enviar a los narcoterroristas al fondo del océano”.
Críticos, sin embargo, afirman que la ofensiva podría violar el derecho internacional, especialmente después de que fuerzas estadounidenses realizaron un segundo ataque para eliminar a sobrevivientes de una lancha previamente bombardeada.
Hegseth sostuvo que no presenció a ninguna persona con vida tras el primer ataque y aseguró que la decisión del segundo bombardeo no fue suya, sino del almirante Frank Bradley, jefe del Comando de Operaciones Especiales.
La portavoz del Pentágono, Kingsley Wilson, reiteró este martes que las operaciones son “legales bajo la ley estadounidense e internacional”, y afirmó que cada acción cumple con el derecho de conflictos armados.
Por su parte, la Casa Blanca defendió la orden de Bradley de destruir completamente la embarcación y neutralizar la amenaza, subrayando que actuó “dentro de su autoridad y conforme a la ley”.
El propio Hegseth aseguró después en X que los ataques fueron avalados por abogados militares y civiles de toda la cadena de mando.
El 2 de septiembre, un bombardeo estadounidense dejó dos sobrevivientes, quienes murieron horas después tras un segundo ataque. Medios estadounidenses reportaron que dicho seguimiento habría sido ordenado para cumplir instrucciones directas de Hegseth, algo que él niega.
Trump informó públicamente que 11 presuntos “narcoterroristas” murieron ese día y posteriormente desplegó una flotilla en el Caribe para intensificar la campaña antidrogas.
En otros casos, cuando hubo sobrevivientes, se realizaron misiones de búsqueda y rescate, recuperando a dos personas en una ocasión y sin localizar a otra en octubre.
Los bombardeos han elevado las tensiones en América Latina. El presidente venezolano Nicolás Maduro acusó a Washington de usar el narcotráfico como pretexto para intentar derrocarlo, afirmando que en Venezuela “no se produce droga” y que el país es utilizado como ruta del tráfico colombiano “en contra de su voluntad”. N