

EN LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES, EL TÓTEM ERA UNA PRESENCIA VERTICAL CAPAZ DE UNIR AL CIELO CON LA TIERRA. Una figura cargada de sentido colectivo, levantada para recordar la fuerza de una comunidad medida por su cohesión. Representaba la vigilancia espiritual, protección y vínculo entre el individuo y el grupo; un llamado a no sentirse solo frente al peligro.
Ahora, en pleno siglo XXI, ese sentido ancestral encuentra eco en la Ciudad de México a través de los tótems del programa Ojos que te Cuidan, una iniciativa tecnológica del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) instruida por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Estos dispositivos no son simples estructuras metálicas, sino los nuevos emblemas del cuidado social, testigos de un cambio de paradigma donde la tecnología se convierte en extensión del pacto ciudadano.
Cada tótem concentra una red de inteligencia cívica: dos cámaras, una fija y otra 360 grados, botón de auxilio, alertas sonoras y visuales, así como conexión directa con el C2 correspondiente a la zona, donde se activa la visualización por medio de los equipos y se envían unidades policiales o prehospitalarias.
El programa Ojos que Te Cuidan propone una estrategia integral: 15 mil 200 tótems con 30 mil 400 cámaras distribuidas en las periferias, zonas de incidencia delictiva, mercados, escuelas y corredores con tránsito peatonal intenso, que se suman a las 83 mil 414 cámaras existentes. Pero más allá de las cifras, el verdadero valor político del proyecto radica en su enfoque territorial.
La estrategia de difusión “Tótem por Tótem”, basada en el contacto directo con vecinos y comerciantes, responde a una idea política de fondo: la comunidad no es el último eslabón de la seguridad, sino el primero.
En cada recorrido que realizamos, ya sea en la alcaldía Benito Juárez o Cuauhtémoc, Iztacalco, Gustavo A. Madero o Tlalpan, hay contacto con la ciudadanía para detallar el funcionamiento y beneficios.
En la historia de las ciudades modernas, la videovigilancia puede tener efectos concretos. En Londres se registró una disminución del 40% en robos y daños a la propiedad en áreas de alta densidad monitoreadas. Sin embargo, el dato no explica por sí mismo el fenómeno: el éxito depende de la confianza, del equilibrio entre el ojo que protege y el que respeta.
El ecosistema de seguridad capitalino no se limita a los tótems. Se extiende a las *líneas de atención y denuncia —9-1-1, 089, SOS Mujeres 765 y la Línea Antiextorsión 55 5036 3301— que amplían el acceso ciudadano a los servicios de emergencia. En conjunto, estas herramientas delinean una arquitectura institucional donde la tecnología actúa como puente.
Los antiguos pueblos levantaban tótems míticos para mantener unida su memoria; la capital nacional los levanta para preservar su futuro. N
Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres