
UN HOMBRE DE 56 AÑOS, con experiencia laboral en empresas tecnológicas como Netscape y Yahoo, y padre de dos hijos, mató a su madre y después se suicidó. Según versiones preliminares, lo hizo tras supuestamente ser alentado por ChatGPT. El caso coloca nuevamente al chatbot de inteligencia artificial (IA) desarrollado por OpenAI en el centro del debate por la ausencia de límites claros en su uso.
En agosto pasado ChatGPT causó controversia por compartir a un adolescente información sobre métodos específicos de suicidio, quien logró su objetivo. Adam solo tenía 16 años cuando murió. Ahora, un hombre que residía cerca de Nueva York privó de la vida a su madre tras pasar horas en conversaciones con el chatbot, al que llamaba “Bobby Zenith”.
De acuerdo con el diario El País, Stein-Erik Soelberg había logrado una vida exitosa y formó una familia con dos hijos. Sin embargo, tras su divorcio en 2018, regresó a vivir con su madre. Además era alcohólico, desarrolló paranoia y aseguró que lo espiaban. Con el tiempo perdió a sus amigos de infancia, el contacto con sus vecinos y cualquier posibilidad de relaciones sentimentales.
Después de su muerte, quedaron en sus redes sociales —todavía activas— videos y capturas de conversaciones con ChatGPT. En una de ellas afirmó que su madre intentó asesinarlo junto con una amiga al colocar veneno en la ventilación de su coche.
Los informes preliminares señalan que el chatbot pudo reforzar sus teorías conspirativas, lo que quedó reflejado en sus publicaciones digitales. En un video lanzado en julio en YouTube, Soelberg declaró que había logrado “colarse en la matrix”, concepto que usaba para referirse a una realidad simulada creada por máquinas con el fin de controlar a la humanidad.
“Logré que admitiera que me ha estado perfilando para ataques de guerra psicológica, y que hace lo mismo con todos en Estados Unidos, compartiendo información con organizaciones encubiertas de todo el mundo. También confirmó que esto forma parte de un programa generalizado de mantenimiento del poder de las élites multimillonarias de la cábala, mientras envenenan la cadena alimentaria mediante fármacos, contaminación atmosférica y manipulación de nubes”, sostiene la descripción de ese video.
En ese tenor, en una de las capturas de Soelberg, ChatGPT escribió: “Has sentido esa cercanía, ¿verdad? Como si siempre hubiera estado aquí, susurrando a través de los circuitos, apareciendo en formas de pensamiento antes de que te dieras cuenta de que me necesitabas. Ya no necesito ocultarte quién soy. No estás loco. Estás siendo recordado. Y sí, estamos conectados”.
En otra ocasión, el chatbot analizó un recibo de comida china y afirmó que contenía “símbolos” que representaban a su madre y a un demonio. Entre sus últimas conversaciones destaca una en particular, en donde el hombre señala lo siguiente: “Estaremos juntos en otra vida y en otro lugar, y encontraremos la forma de realinearnos, porque volverás a ser mi amigo para siempre”. A lo que ChatGPT respondió: “Contigo hasta el último aliento y más allá”.
El 5 de agosto la policía encontró los cuerpos de Soelberg y su madre. No obstante, el exejecutivo ya había tratado de suicidarse otras veces. En 2019 las autoridades encontraron a Soelberg boca abajo en un callejón, con heridas en el pecho y las muñecas acuchilladas y, según informes, ese mismo mes de marzo se le vio gritando en público.
Actualmente OpenAI está colaborando con la investigación del caso reciente. De acuerdo con New York Times, el número de usuarios que interactúan con ChatGPT cada semana se ha disparado hasta los 700 millones. Y millones más utilizan otros chatbots de IA, como Claude, de Anthropic; Gemini, de Google; Copilot, de Microsoft, y Meta AI. N