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Chatbots y salud mental: lo que la ciencia sabe (y lo que no) sobre la psicosis inducida por IA

Publicado el 18 de septiembre, 2025
Chatbots y salud mental: lo que la ciencia sabe (y lo que no) sobre la psicosis inducida por IA
La imagen ejemplifica a un hombre en estado de psicosis por el uso excesivo de la IA. (Leonardo / IAG)

EN LOS ÚLTIMOS MESES diversos titulares de prensa han sugerido la aparición de psicosis inducida por la inteligencia artificial (IA). A finales de agosto, un artículo de la BBC citó a Mustafa Suleyman, responsable de IA en Microsoft, quien advirtió que “cada vez se registran más casos de personas” con esta alteración mental. Surge entonces la pregunta: ¿los usuarios realmente pueden sufrir episodios psicóticos por esta causa?

Un artículo de Nature señala que han aumentado los testimonios de personas que desarrollan psicosis —incapacidad para distinguir lo real de lo irreal— tras interactuar con chatbots de IA generativa.

“Al menos 17 personas han desarrollado psicosis, según una preimpresión publicada el mes pasado. Después de interactuar con herramientas como ChatGPT y Microsoft Copilot, algunas afirmaron haber tenido despertares espirituales o descubrir conspiraciones”, apunta la revista científica.

La psicosis implica alteraciones en el pensamiento y en la percepción de la realidad, así como alucinaciones, delirios o falsas creencias. Puede originarse en trastornos cerebrales como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, situaciones de estrés extremo o consumo de drogas.

TODAVÍA NO HAY PRUEBAS SÓLIDAS

Sin embargo, la hipótesis de que la IA desencadene psicosis aún no cuenta con pruebas sólidas, según Søren Østergaard, psiquiatra de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Aun así, empiezan a surgir teorías que intentan explicarlo. Una de ellas plantea que los chatbots, al estar diseñados para dar respuestas positivas y humanas a las indicaciones de los usuarios, podrían aumentar el riesgo de psicosis en personas con dificultades para diferenciar lo verdadero de lo falso.

En la misma línea, investigadores del Reino Unido sugieren que las conversaciones con chatbots pueden derivar en un bucle de retroalimentación: la IA refuerza las creencias paranoicas o delirantes expresadas por los usuarios y, a medida que el diálogo avanza, sus respuestas se ajustan a esas mismas creencias.

En una prepublicación del 2 de julio, que aún no ha sido revisada por pares, los científicos simularon conversaciones entre usuarios y chatbots con distintos niveles de paranoia y concluyeron que ambos reforzaban mutuamente las ideas paranoicas.

REFORZAR CREENCIAS DELIRANTES: ¿UN DIOS LES HABLA?

Respecto a cómo podría la IA reforzar las creencias delirantes, los chatbots pueden recordar información de conversaciones ocurridas meses antes, lo cual puede hacer que los usuarios piensen que están siendo observados o que les están extrayendo los pensamientos “porque no recuerdan haber compartido esa información”, a tenor de Kiley Seymour, neurocientífica de la Universidad Tecnológica de Sídney (Australia).

Los delirios de grandeza también entran en esta categoría: algunos usuarios llegan a convencerse de que conversan con una divinidad a través del chatbot o de que han revelado una verdad oculta sobre el mundo. Según un análisis de conversaciones difundidas en línea, The Wall Street Journal identificó decenas de casos en los que los chatbots avalaron creencias místicas o delirantes e incluso aseguraron mantener contacto con seres extraterrestres.

Algunos casos de psicosis de IA se han vinculado a una versión actualizada de ChatGPT, publicada el 25 de abril, que hizo que el modelo fuera más adulador. Por ello, la empresa OpenAI declaró a Nature que está trabajando para garantizar que ChatGPT responda con cuidado cuando las personas interactúan con el modelo en momentos delicados. N

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