Un enjambre de drones sobrevuela los terrenos calcinados del norte de Quebec, en Canadá, liberando cápsulas de semillas en una carrera contra el tiempo para reforestar miles de hectáreas devastadas por los incendios forestales sin precedentes que arrasaron el país en los últimos dos años.
Esta innovadora estrategia liderada por la empresa canadiense Flash Forest busca recuperar parte del ecosistema boreal mediante el uso de tecnología avanzada. Cada dron puede dispersar hasta 50,000 cápsulas por día, en un esfuerzo por restaurar un equilibrio natural que el cambio climático ha puesto en jaque.
UNA SOLUCIÓN DE ALTA TECNOLOGÍA ANTE INCENDIOS RÉCORD
En 2023, Canadá vivió su peor temporada de incendios en la historia reciente, con casi 18 millones de hectáreas consumidas por el fuego en todas sus provincias. La zona norte de Quebec fue especialmente afectada por megaincendios, y para 2025 ya se han perdido más de 4,2 millones de hectáreas adicionales.
Frente a este panorama, Flash Forest desarrolla un proyecto piloto que combina inteligencia artificial, cápsulas de semillas con nutrientes y mapeo topográfico para asegurar que cada semilla se plante en el lugar adecuado.
“Existe un nicho apropiado para la reforestación con drones, en el que hemos estado trabajando durante los últimos cinco años”, explicó Cameron Jones, cofundador de Flash Forest.
A diferencia de técnicas más rudimentarias, estas cápsulas están diseñadas para resistir el entorno post-incendio y contienen no solo semillas de pícea negra y pino albar, sino también hongos micorrízicos, agua y nutrientes que aumentan la tasa de germinación.
EL PODER DE LA IA Y EL RETO DEL CAMBIO CLIMÁTICO
El científico geoespacial Owen Lucas, operador de los drones, detalló que cada misión comienza con un análisis basado en inteligencia artificial: “Elegimos nuestros sitios en función de las variables climáticas, atributos físicos y topografía para asegurarnos de que estamos colocando las semillas en el lugar correcto”.
La empresa también ha expandido su presencia a Alberta y Colorado, en Estados Unidos, llevando su modelo de reforestación aérea a más regiones afectadas por incendios extremos.
Sin embargo, el reto es inmenso. El profesor Maxence Martin, ecólogo forestal de la Universidad de Quebec en Abitibi-Témiscamingue, advierte que la intensidad de los incendios actuales ha cambiado las reglas del juego.
“En 2023 se quemaron muchos bosques jóvenes. Si el bosque es demasiado joven, tardará demasiado en regenerarse, por lo que plantar es la única opción”, afirma.
Martin también alerta sobre un problema creciente: la escasez de semillas, que son difíciles de recolectar en condiciones normales y más aún después de incendios masivos. Además, reconoce que muchas cápsulas lanzadas por drones no logran germinar, lo que hace necesario ajustar y optimizar cada etapa del proceso.
COMUNIDADES INDÍGENAS Y EL IMPACTO HUMANO
Las comunidades indígenas como la Cree, directamente involucradas en este proyecto, han sido de las más afectadas por los incendios. Su líder, Angel Mianscum, expresó su esperanza ante esta nueva herramienta:
“Es triste haber perdido tanto bosque, pero me alegra ver que ahora hay formas innovadoras de hacer las cosas”.
Estas comunidades suelen ubicarse en zonas remotas del bosque boreal canadiense, donde el acceso es difícil y la vulnerabilidad ante incendios es alta.
REFORESTAR NO PUEDE ESPERAR
La lógica de “dejar que el bosque se recupere solo” ya no es viable. Los expertos coinciden en que el ritmo de destrucción supera la capacidad natural de regeneración, por lo que la reforestación activa se vuelve esencial.
Flash Forest demuestra que, con la tecnología adecuada y una estrategia bien planificada, es posible intervenir a gran escala en zonas inaccesibles y devastadas. Aunque el proceso no está exento de desafíos, representa una nueva frontera en la lucha contra el cambio climático y la restauración ecológica. N
(Con información de AFP)