El presidente Donald Trump lanzó este lunes una advertencia contundente tras los recientes ataques de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán: “MANTENGAN LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO BAJOS”, exigiendo a su Departamento de Energía que intensifique la producción local con el mensaje: “¡PERFOREN, BEBÉS, PERFOREN! Y lo digo ¡AHORA!”, escribió en su red Truth Social.
La advertencia llega en medio de crecientes temores a que Irán tome represalias cerrando el estratégico Estrecho de Ormuz, por donde transita una parte considerable del suministro mundial de crudo. Cualquier interrupción en esta vía marítima clave podría provocar un alza drástica en los precios del petróleo, con consecuencias económicas directas para los consumidores estadounidenses y para el propio Trump, cuya campaña de regreso a la Casa Blanca se basa en el control de la inflación.
Un aumento sostenido del crudo podría frenar sus planes de reactivación económica al elevar los costos de producción y desalentar la inversión, además de dificultar su presión para que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés.
“¡TODOS, MANTENGAN BAJOS LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO. LOS ESTOY VIGILANDO! ESTÁN JUGANDO A FAVOR DEL ENEMIGO. ¡NO LO HAGAN!”, insistió Trump en su publicación matutina.
IMPACTA EN LOS MERCADOS
Pese al contexto bélico, los precios del petróleo se han mantenido relativamente estables. El crudo estadounidense de referencia subió un 4 % al inicio de la jornada dominical, pero luego moderó su incremento. Para el lunes por la mañana, se cotizaba en 74.16 dólares por barril, un aumento de apenas 0.4 %, mientras que el Brent (referencia internacional) se ubicó en 77.17 dólares, con una ligera subida del 0.2 %.
Ambos valores siguen por encima del nivel previo al conflicto, cuando el barril estadounidense se cotizaba cerca de 68 dólares, lo que refleja una tensión latente en los mercados energéticos.
ANALISTAS VEN IMPROBABLE UNA ESCALADA EXTREMA
Aunque el temor a un conflicto prolongado persiste, varios analistas consideran poco probable que Irán cierre el Estrecho de Ormuz, ya que también lo utiliza para exportar su propio crudo, especialmente a China, una fuente vital de ingresos para su economía.
“Cerrar el estrecho sería una medida tipo ‘tierra arrasada’, como cuando Sherman quemó Atlanta. Es una posibilidad extrema, pero no probable”, explicó Tom Kloza, analista jefe de Turner Mason & Co.
Desde Japón, Neil Newman, director de Atris Advisory, expresó un moderado optimismo: “Existe la esperanza de que el conflicto Israel-Irán sea breve. Se piensa que este gran golpe de Estados Unidos será efectivo y después todo volverá, más o menos, a la normalidad. En ese escenario, no hay necesidad de una reacción inmediata ni alarmista”.
Mientras tanto, la Casa Blanca y los mercados energéticos observan con cautela la respuesta iraní, conscientes de que una escalada en Medio Oriente podría desencadenar una crisis global de abastecimiento y precios en el sector petrolero. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)