China ha criticado enérgicamente la última decisión del gobierno de Donald Trump, a la que calificó de “irrazonable”, por comenzar a revocar visados de estudiantes chinos vinculados al Partido Comunista o que cursen estudios en áreas consideradas sensibles. La medida coincide con la suspensión global de citas para visas estudiantiles por parte del Departamento de Estado, mientras revisa sus procesos de evaluación.
OTRO FOCO DE TENSIÓN EN LA RELACIÓN BILATERAL
Justo cuando las relaciones entre Washington y Beijing comenzaban a mostrar signos de deshielo, tras avances en las negociaciones comerciales y la suspensión de aranceles, la cuestión migratoria vuelve a encender el conflicto. En el centro del debate: los visados de estudiantes internacionales, un terreno que el expresidente Trump convirtió en eje de su política de seguridad nacional.
China es el segundo país con más estudiantes en Estados Unidos, solo por detrás de India. En el ciclo académico 2023-2024, más de 270,000 alumnos procedían de China, lo que representa alrededor del 25 % del total de estudiantes internacionales en el país. Sin embargo, la Casa Blanca sostiene que algunos de estos estudiantes podrían estar utilizando el sistema de visados para promover los intereses estratégicos de China en su competencia geopolítica con Estados Unidos.
El miércoles, el secretario de Estado Marco Rubio anunció que su departamento trabajará en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional “para revocar agresivamente los visados de estudiantes chinos, incluidos aquellos con vínculos con el Partido Comunista o que estudien en sectores críticos”. Rubio agregó que también se revisarán los criterios de otorgamiento de visas para futuros solicitantes de China continental y Hong Kong.
LA RESPUESTA DESDE BEIJING
La vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, calificó la decisión como “irrazonable” y afirmó que esta “socava gravemente los derechos e intereses legítimos de los estudiantes chinos y perturba los intercambios entre nuestros pueblos”.
“China rechaza firmemente esta medida y ha presentado protestas ante la parte estadounidense. Esta acción politizada y discriminatoria desenmascara la mentira de Estados Unidos”.
“Sobre su supuesto compromiso con la libertad y la apertura, y solo deteriora aún más su imagen internacional”, añadió la funcionaria en una declaración ante la prensa.
La polémica no es nueva. En 2019, durante la primera presidencia de Trump, el Ministerio de Educación chino ya había alertado a sus ciudadanos sobre el creciente número de rechazos de visas y la reducción de su duración. En 2024, el Ministerio de Exteriores denunció que varios estudiantes fueron interrogados injustamente y deportados al llegar a aeropuertos estadounidenses.
Por su parte, los medios estatales chinos han intensificado durante años las campañas sobre la violencia armada en Estados Unidos y las protestas ocurridas durante la pandemia, retratando al país como un entorno hostil para los ciudadanos chinos. Esta percepción, sumada a las restricciones migratorias, ha llevado a muchos estudiantes a considerar destinos alternativos como el Reino Unido o Australia.
REACCIONES DIVIDIDAS
El debate ha generado opiniones encontradas en ambos países. Joshua Gabel, exdirector regional de Marco Rubio, publicó en la red social X: “Durante demasiado tiempo, el Partido Comunista Chino ha manipulado nuestro sistema de visados estudiantiles para infiltrar espías en nuestras universidades, robar propiedad intelectual y sembrar discordia en los campus”.
“Los visados son un privilegio, no un derecho, y quienes trabajan para el Partido Comunista no deberían estudiar en nuestras prestigiosas universidades”.
En sentido contrario, Cole McFaul, analista del Centro de Tecnología Emergente y Seguridad de la Universidad de Georgetown, alertó sobre los efectos adversos de la medida: “Ojalá adoptemos un enfoque más específico para proteger la investigación. Las revocaciones masivas de visados socavarán la ventaja tecnológica de Estados Unidos la gran mayoría de los doctorandos internacionales desea quedarse en el país tras graduarse, especialmente los chinos”.
Desde Asia, el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, John Lee, ofreció una salida: “Los estudiantes que enfrenten un trato injusto pueden venir de cualquier país, no solo de Estados Unidos, esto representa una oportunidad para Hong Kong. Colaboraremos con nuestras universidades para brindarles el mejor apoyo y asistencia”.
LO QUE SE ESPERA
Todavía no se conoce la cifra exacta de visados que serán revocados, pero el tono de Rubio sugiere que será un número significativo y en breve. La consecuencia más inmediata será una caída en la matrícula de estudiantes chinos en universidades estadounidenses, lo que podría alterar el panorama académico y financiero de muchas instituciones. Además, el endurecimiento de las políticas migratorias amenaza con cerrar una de las principales vías de intercambio cultural y científico entre ambas potencias.
Mientras tanto, la educación se convierte en el nuevo campo de batalla de una rivalidad geopolítica cada vez más profunda. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)