El sol podrá sufrir una erupción de “superllamarada” extremadamente poderosa en las próximas décadas, según un equipo de investigadores. Pero ¿eso qué significa para los habitantes de la Tierra?
De acuerdo con un nuevo artículo publicado en la revista Science, las estrellas como el sol pueden experimentar una de estas superllamaradas una vez cada siglo aproximadamente. “Los nuevos datos son un duro recordatorio de que incluso los fenómenos solares más extremos forman parte del repertorio natural del sol”, afirmó en un comunicado la coautora del estudio y física solar del Instituto Max Planck, Natalie Krivova.
Estas superllamaradas son similares a las erupciones solares, excepto que son mucho más potentes y liberan miles de veces la energía de una llamarada solar típica.
Las erupciones más pequeñas liberan alrededor de 1027 ergios (unidad de medida de energía). En tanto, las erupciones más grandes, como el evento Carrington de 1859, liberan alrededor de 1032 ergios. Las supererupciones, por otro lado, liberan energías de alrededor de 1034 a 1036 ergios. En comparación, la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, Japón, en 1945 liberó alrededor de 10 a 20 ergios de energía.
“Entre 1996 y 2012, 12 erupciones solares tuvieron energías bolométricas de más de 1032 ergios, pero ninguna fue menor a 1033 ergios”, escribieron los investigadores en el artículo.
¿CON QUÉ FRECUENCIA EL SOL LIBERA UNA SUPERLLAMARADA?
La única forma de medir la actividad pasada del sol es buscar evidencia de erupciones en troncos de árboles preservados y en el hielo glaciar antiguo. Sin embargo, estas fuentes no han permitido a los investigadores hacerse una idea real de si el sol libera superllamaradas. Y, de ser así, con qué frecuencia.
“Se desconoce si el sol puede provocar llamaradas con energías aún mayores, a menudo denominadas superllamaradas, y, de ser así, con qué frecuencia podrían ocurrir”, apuntaron los investigadores en el artículo.
Para el estudio, los investigadores utilizaron un enfoque diferente: midieron la frecuencia de las superllamaradas emitidas por estrellas similares al sol alrededor de nuestra galaxia para intentar tener una idea de la frecuencia con la que se liberan.
“No podemos observar el sol a lo largo de miles de años. Sin embargo, podemos monitorear el comportamiento de miles de estrellas muy similares al sol durante periodos cortos de tiempo. Esto nos ayuda a estimar la frecuencia con la que ocurren las superllamaradas”, dijo en el comunicado el coautor Sami Solanki.
Los investigadores analizaron datos de 56,450 estrellas y descubrieron que se habían emitido un total de 2,889 superllamaradas desde 2,527 estrellas similares al sol. Los datos estelares fueron recopilados por el telescopio espacial Kepler de la NASA entre 2009 y 2013.
“En su conjunto, los datos de Kepler nos proporcionan evidencia de 220,000 años de actividad estelar”, señaló en el comunicado el coautor Alexander Shapiro, investigador de la Universidad de Graz en Austria.
LAS ERUPCIONES SOLARES AFECTAN LA TIERRA
Esta frecuencia de ocurrencia de superllamaradas en el espacio indica que las estrellas con temperaturas y variabilidad similares a las del sol experimentan potentes superllamaradas aproximadamente una vez cada siglo.
Esto podría significar que el sol podría estar cerca de que se produzca una superllamarada de este tipo en cualquier momento, especialmente si se tiene en cuenta que el Evento Carrington ocurrió hace 165 años (la llamarada más poderosa que tenemos registrada) y ni siquiera fue lo suficientemente potente como para ser clasificada como una superllamarada.
Las erupciones solares por sí solas pueden afectar a la Tierra bloqueando las comunicaciones por radio y alterando las señales GPS, por lo que una erupción más potente podría inutilizarlas aún más. Además, las erupciones solares suelen ir acompañadas (aunque no siempre) de una nube de plasma solar conocida como eyección de masa coronal (CME), que puede provocar tormentas geomagnéticas en nuestra atmósfera si choca con nuestro planeta.
“Una tormenta geomagnética se produce cuando el escudo magnético protector de la Tierra es empujado hacia atrás o erosionado por el viento solar”, explicó a Newsweek Martin Connors, profesor de ciencias espaciales y física en la Universidad Athabasca de Canadá.
Estas tormentas geomagnéticas desencadenan las auroras boreales y también dañan las redes eléctricas y dañan los satélites.
“NOS PUEDE PREPARAR PARA TORMENTAS GEOMAGNÉTICAS EXTREMAS”
“Como resultado de que estas tormentas alteren nuestros campos magnéticos y aumenten las corrientes que fluyen en ellos, pueden inducir corrientes importantes en el suelo en la infraestructura eléctrica. Por ejemplo, en las redes eléctricas. Esto puede provocar sobrecargas de energía importantes y catastróficas que dañen gravemente las subestaciones y provoquen apagones”, sostuvo anteriormente a Newsweek Daniel Brown, profesor asociado de astronomía y comunicación científica en la Universidad Nottingham Trent del Reino Unido.
Durante el evento de Carrington, algunos operadores de telégrafo informaron que salían chispas de los equipos, lo que en algunos casos provocó incendios. Las tormentas geomagnéticas severas provocadas por una eyección de masa coronal asociada a una superllamarada podrían dañar o destruir satélites. Y las sobrecargas en las redes eléctricas podrían causar apagones generalizados que duren semanas o meses.
Sin embargo, como dicen los investigadores en el artículo, ha habido menos eventos de partículas energéticas solares a lo largo de la historia de la Tierra de lo que debería haber habido si el sol lanzara una superllamarada con esta frecuencia esperada de 100 años.
“No está claro si las llamaradas gigantescas siempre van acompañadas de eyecciones de masa coronal y cuál es la relación entre las superllamaradas y los eventos extremos de partículas solares. Esto requiere más investigación”, indicó en el comunicado el coautor del estudio Ilya Usoskin, de la Universidad de Oulu, en Finlandia.
Este descubrimiento es útil para los científicos, ya que podría ayudarnos a prepararnos para tormentas geomagnéticas extremas después de una futura superllamarada. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)