Aunque la brecha de género en el acceso a financiamiento y oportunidades aún persiste, las mujeres empresarias enfrentan el reto con valentía, convirtiéndose en líderes e innovadoras.
Según datos del Foro Económico Mundial, la brecha de financiación para mujeres emprendedoras es de 1,7 billones de dólares. Aunque uno de los desafíos menos visibles, pero profundamente arraigados, es la falta de educación financiera y el impacto de los costos ocultos en sus finanzas, que pueden socavar su camino al éxito.
Las mujeres emprendedoras, especialmente aquellas que operan en mercados con limitaciones de acceso al crédito o altas tasas de interés, necesitan dominar las finanzas personales y empresariales para proteger sus ingresos y evitar endeudarse más allá de sus posibilidades.
Sin una sólida base en educación financiera, es fácil caer en trampas como tasas de interés elevadas, comisiones ocultas o servicios que aparentan ser asequibles pero esconden gastos considerables.
Una reciente encuesta de Wise muestra cómo los “junk fees” o “costos ocultos” afectan significativamente la economía de las pequeñas empresas, reduciendo la confianza en instituciones financieras y limitando la capacidad de reinvertir en sus propios negocios.
LA EDUCACIÓN FINANCIERA COMO PILAR
Como dominicana-americana de primera generación, crecí observando a las mujeres de mi familia, en particular a mi madre, enfrentarse a desafíos específicos que muchas familias latinas conocen bien: la barrera del idioma, la falta de acceso a recursos financieros asequibles y la carencia de una educación financiera sólida en el hogar.
Estas barreras limitan no solo las oportunidades de crecimiento personal, sino también el potencial de aquellas mujeres que sueñan con construir y liderar sus propios negocios.
En este contexto, la educación financiera emerge como una herramienta crucial que permite a las emprendedoras tomar decisiones informadas.
Comprender cómo administrar el flujo de efectivo, leer estados financieros y negociar tarifas de servicios es clave. Una base sólida en finanzas también abre oportunidades para identificar mejores fuentes de financiamiento y evitar servicios con tarifas escondidas.
Hoy en día, existen plataformas digitales y organizaciones sin fines de lucro que ofrecen programas de capacitación gratuitos o a bajo costo, adaptados a la realidad de las mujeres empresarias, especialmente en comunidades latinas y otras minorías.
Sin embargo, la capacitación por sí sola no es suficiente. Es necesario que venga acompañada de oportunidades concretas, ya que, según el Foro Económico Mundial, involucrar a las emprendedoras en el diseño de productos financieros puede abrirles mayores puertas al capital que necesitan para hacer crecer sus negocios.
Además, priorizar sus necesidades financieras “podría ayudar a añadir 10 billones de dólares a la economía mundial para 2030”, subrayando el enorme impacto que tendría un verdadero enfoque inclusivo en el desarrollo económico global.
CLAVES PARA UNA ADMINISTRACIÓN EFICAZ
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Distinguir entre ingresos personales y del negocio:
Es esencial establecer una separación clara entre las finanzas personales y las empresariales. Esto permite a las emprendedoras tener un control más preciso sobre el flujo de efectivo y reinvertir adecuadamente en el negocio.
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Crear un fondo de emergencia:
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Aprovechar la tecnología:
Hoy en día, existen herramientas digitales que ayudan a monitorear las finanzas en tiempo real. Usar aplicaciones para gestionar cuentas, registrar ingresos y gastos, y analizar patrones de gasto permite un manejo más eficiente y transparente del dinero.
Más allá de la capacitación y el acceso a financiamiento, es fundamental también crear redes de apoyo y mentores que acompañen a las mujeres en su camino empresarial. Para muchas emprendedoras, el reto no es solo adquirir conocimientos, sino encontrar espacios donde puedan intercambiar experiencias, establecer conexiones y recibir el respaldo de otras mujeres que han enfrentado desafíos similares.
La creación de estos ecosistemas de apoyo resulta clave, pues generan confianza, fortalecen habilidades y ayudan a reducir el aislamiento que muchas empresarias experimentan, especialmente en sectores dominados por hombres.
En este Día de la Mujer Emprendedora, celebremos a aquellas mujeres que luchan, aprenden y crecen en un entorno que aún no está diseñado para facilitar su éxito.
Recordemos que la educación financiera es una herramienta de empoderamiento indispensable, y que al compartir conocimientos y experiencias, estamos construyendo un mundo en el que más mujeres puedan liderar con confianza y éxito.
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