Israel bombardeó este lunes 1 de julio el sur de la Franja de Gaza, después de que milicianos palestinos lanzaran una andanada de proyectiles contra su territorio, tras casi nueve meses de guerra entre el movimiento palestino Hamás y las tropas israelíes.
El ejército ordenó horas más tarde la evacuación de varios sectores del sur de la Franja de Gaza, de donde ya huyeron en mayo miles de palestinos de los combates. Numerosos residentes abandonaron las localidades de Al Qarara, de Bani Suheila y de otras ciudades en el este de Jan Yunis y de Rafah, tras recibir la orden de evacuación, indicaron testigos.
Las Brigadas Al Quds, el brazo armado de la Yihad Islámica, reivindicaron el lunes que lanzaron una andanada de cohetes hacia Israel, “en respuesta a los crímenes del enemigo sionista contra nuestro pueblo palestino”. El ejército de Israel reportó que detectó cerca de “20 proyectiles provenientes del sector de Jan Yunis”, en el sur de Gaza, y afirmó que algunos fueron interceptados.
EL ÚLTIMO GRAN BASTIÓN DE HAMÁS
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el domingo que sus tropas libraban “una dura batalla” en la Franja de Gaza, azotada por la guerra que estalló tras el ataque sin precedentes de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel.
Tras lanzar una ofensiva terrestre de represalia en el norte de la Franja, el ejército israelí se dirigió progresivamente hacia el sur, ordenando la evacuación de las zonas que atacaba. Las tropas israelíes lanzaron el 7 de mayo una operación terrestre en Rafah, en el sur, en la frontera con Egipto, con el objetivo de combatir lo que catalogaron como el último gran bastión de Hamás, una ofensiva que desató un éxodo de un millón de palestinos.
Pero en las últimas semanas, los combates se intensificaron en varias regiones que el ejército afirmaba que controlaba, especialmente en el norte, mientras continúa la ofensiva terrestre en Rafah.
ISRAEL LIBERA DECENAS DE PALESTINOS PRESOS
El ejército israelí lanzó hace cinco días una operación militar en el barrio de Shujaiya, en el este de Ciudad de Gaza, donde este lunes arrecian los combates.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calcula que entre 60,000 y 80,000 personas huyeron del este y el noreste de Ciudad de Gaza desde que los militares israelíes emitieron una orden de evacuación el jueves.
Varios testigos reportaron bombardeos en Rafah y en el campamento de Nuseirat, en el centro. El ejército israelí anunció el lunes la muerte de un soldado en el sur de la Franja, lo que eleva a 317 el número de militares muertos desde el inicio de las operaciones israelíes en el territorio.
Israel liberó el lunes a decenas de palestinos presos, entre ellos el director del hospital Al Shifa de Ciudad de Gaza, Mohamed Abu Salmiya, detenido en noviembre, y retornaron al territorio palestino.
Salmiya denunció haber sido sometido a “graves torturas” durante su detención y afirmó que “muchos presos murieron en los centros de interrogación y fueron privados de comida y medicinas”.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1,195 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento basado en datos oficiales israelíes. El ejército israelí estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 42 de las cuales habrían muerto.
ISRAEL Y GAZA: “LA AYUDA HUMANITARIA ENTRA CON CUENTAGOTAS”
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado al menos 37,900 muertos, también civiles en su mayoría, en Gaza, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, que está en el poder en este territorio desde 2007.
Las negociaciones para alcanzar un acuerdo de tregua están estancadas. Israel insiste en seguir la guerra hasta la “aniquilación” de Hamás y la liberación de todos los rehenes. El movimiento islamista palestino exige un cese el fuego permanente y la retirada de las tropas israelíes de Gaza.
La guerra ha provocado un desplazamiento masivo de la población y una catástrofe humanitaria en este territorio palestino que está sometido a un cerco por Israel casi desde el inicio del conflicto.
La ayuda humanitaria entra con cuentagotas y los 2.4 millones de habitantes de Gaza sobreviven en condiciones que la ONU califica como “desastrosas”.
Miles de niños sufren desnutrición, según la Organización Mundial de Salud (OMS). En el campamento de desplazados de Deir al Balah, en el centro, Sami Hamid, un farmacéutico, reportó un aumento de las infecciones cutáneas, como la sarna, y afirmó que hay muchos casos de varicela y hepatitis, que probablemente están vinculados a las aguas residuales sin tratar que corren junto a las carpas. N
(Con información de AFP)
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