La parvada del Festival Zanate celebra esta semana su 14° edición, con lo mejor del cine documental mexicano, en el estado de Colima. Del 21 al 27 de noviembre, esta muestra documental regresa a la Pinacoteca Universitaria, un museo de arte en el centro de la ciudad de esta entidad al que cálidamente nombraron El Nido, sede única de esta fiesta.
Detrás del Festival Zanate se encuentra todo un equipo de personas egresadas de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, quienes por amor al cine mexicano y el cine documental iniciaron esta muestra para su ciudad con la producción de documentales.
En 2008, año en que nació este proyecto de cine, se preparaban para presentar los documentales que habían producido. La gente asistía a las presentaciones que, en un inicio, eran de tres días. Con el tiempo, la parvada de este festival notó que la gente que iba a las presentaciones era un público ávido de ver otro tipo de contenido.
Cuenta Carlos Cárdenas Aguilar, director del Festival de Cine Documental Mexicano Zanate, en entrevista con Newsweek México, que los primeros tres documentales que presentaron en 2008 fueron Los ladrones viejos, de Everardo González; Los niños de Morelia, de Juan Pablo Villaseñor, y Pancho Villa, la revolución no ha terminado, de Francesco Taboada Tabone.
También lee: The French Dispatch: un vistazo a la capacidad de sentir de la especie humana
“La gente llenó todas las funciones. Fueron tres días de charlas muy cercanas donde la Universidad de Colima, al sumarse —como lo ha hecho hasta la fecha con la Pinacoteca Universitaria—, [generó] un ambiente que sale de las salas de cine. Creó un espacio alternativo. Todo eso nos dejó con el corazón lleno”, recuerda Cárdenas Aguilar.
De acuerdo con el director, aludir a este festival con el nombre de un ave: zanate, no es que represente a algún pájaro endémico en Colima, sino todo lo contrario. Los zanates son aves que constantemente aparecían en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima “y tenías que pelear con ellas para que no se robaran la comida en la cafetería”, cuenta, entre risas.
Sin embargo, desde su fundación, el Festival de Cine Documental Zanate rompe con muchos de los estereotipos de un festival de cine tradicional en México. En esta muestra no hay proyecciones internacionales, todo es producto documental nacional donde, hasta su programación, apuesta porque el público no se pierda ni una proyección.
Este año, la muestra colimense tendrá 29 películas en competencia en cuatro categorías: Gran Premio Zanate, Corto/Mediometraje, Universitario y Zanate Colima. Además, tendrán tres largometrajes invitados fuera de la competencia y el estreno de tres documentales producidos dentro del Reto Docs Zanate.
No te pierdas: ‘Last Night in Soho’: el terror del espectáculo
Con música y documentales, Zanate también llega con Docs&Rock, un foro para la música independiente y las bandas emergentes que acompañan la exhibición de documentales. Un evento que desde 2012 ha sido parte de la muestra de cine.
De acuerdo con cifras del Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2020 del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), al día de hoy se contabilizaron 161 festivales y eventos cinematográficos en México, de los 168 registrados en el 2019, esto como consecuencia de los meses de aislamiento social por la pandemia por covid-19.
El mismo documento señala que durante 2020 se produjeron 58 documentales mexicanos; mientras que en 2019 se lograron producir 73.
Ante estas estadísticas, Festival Zanate contiene en su origen la identidad de ser una muestra dedicada solo al cine documental mexicano. “En el país no hay otro festival como Zanate porque es el único de cine documental mexicano”, añade Carlos Cárdenas.
“El documental es un tratamiento creativo de la realidad en torno a la cotidianidad, convertida en una película”.
Lo anterior se convirtió en un referente para Colima y el festival, ya que es también un espacio que refleja la calidez de la gente en esta entidad, es decir, cuenta con un público muy cercano y cariñoso que privilegia la comunión entre películas, realizadores y asistentes. Una muestra que pone atención a la convivencia con el cine documental alejado de alfombras rojas.
“Queríamos recibir al público y que pudiera tener una experiencia más cercana. Los documentalistas y grandes documentalistas que comenzaron a venir quedaron maravillados de un espacio donde no solo estaba el foco en ellos y en sus películas, sino que la gente abarrotaba la sala”, explica Cárdenas Aguilar.
En la última década las historias que productoras y productores plasman en documentales se han volcado a tratar temas tan puntuales como la violencia de género, desapariciones forzadas, migraciones y seguridad, convirtiéndose en una radiografía de la agenda nacional a partir del cine.
Te recomendamos: ‘Dune’: la personalidad de la ciencia ficción
“Al fin de cuentas son un reflejo de cómo vivimos y de cómo somos en sociedad. Lo que nosotros tratamos —con nuestra programación— es que sea una radiografía, un mapa, un rompecabezas de lo que somos como país”, señala Cárdenas.
Y añade: “El documental es un tratamiento creativo de la realidad en torno a la cotidianidad, convertida en una película. Por eso el documental es tan potente que va y la rompe en los festivales internacionales”, añade Cárdenas Aguilar.
Para el festival Zanate, las charlas que se realizan en torno a un documental en la Pinacoteca Universitaria generan esta simbiosis de relaciones humanas. Se convierten en un gran conversatorio con las situaciones que se viven en el país.
“Durante la pandemia nos mudamos a un formato híbrido con FilminLatino y en presencial con cine al aire libre para que ese punto de encuentro siguiera funcionando”, concluye. N