LA EXIGENCIA de justicia por parte de sobrevivientes desplazados y familiares de 15 víctimas asesinadas en la comunidad de San Mateo del Mar, Oaxaca, se denuncia en la serie Vientos de sangre, un documental que también acusa los rezagos de la investigación y denuncias que se interpusieron tras la masacre perpetrada el 21 de junio de 2020 en aquel municipio.
Además de denunciar los hechos, familiares y víctimas sobrevivientes hablan de lo ocurrido, a casi un año, sin que las autoridades estatales y federales hayan dado seguimiento a sus demandas, y expresan que no quieren que se queden sin resolver las violaciones a las que fueron sometidos.
¿QUÉ OCURRIÓ EN SAN MATEO DEL MAR?
El 2 de mayo de 2020, en la comunidad de Huazantlán del Río, perteneciente al municipio de San Mateo del Mar, Oaxaca, un agente de esa localidad, José Luis Chávez, y otras personas instalaron un retén sanitario en la entrada del sitio como parte de las medidas sanitarias ante el covid-19.
Sin embargo, de acuerdo con testimonios de las víctimas en el documental Vientos de sangre, el retén en realidad fue para privar de la libertad a la gente y meter a la cárcel a hombres y mujeres sin que hubieran cometido delito algún.
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En el caso de ellas, en uno de los testimonios se señala que el hablarle a las mujeres de sus derechos como entes sociales capaces de decidir, al igual que los hombres, fue una de las razones que detonó el conflicto.
A las 23:00 horas del 2 de mayo de ese 2020, después de las detenciones cometidas por el agente y el grupo de personas a su cargo en contra de los hombres y mujeres detenidos, se escucharon disparos. Una hora después, afuera de la agencia municipal se congregó un grupo comandado por Chávez que arrojó gasolina al interior de la cárcel y prendió fuego. El humo invadió el interior. Algunas mujeres se desmayaron.
Entre ellas se encontraba Okas Marissa, a quien sacaron de su casa sin una orden de aprehensión y a quien la acompañaba su hija, una menor de apenas tres años.
A las 2:00 de la madrugada del 3 de mayo, familiares de las personas detenidas acudieron a la agencia municipal para intentar su liberación.
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De acuerdo con sobrevivientes en el documental, los detenidos serían asesinados, colgados y quemados. Sin embargo, familiares de las personas encerradas lograron liberarlas para después dispersarse por el pueblo para llegar a sus casas.
Posteriormente, las víctimas liberadas acudieron a denunciar y solicitar medidas cautelares tras sentir su seguridad vulnerada, pues a muchos ya los tenían vigilados después de esos hechos. Las autoridades no actuaron a pesar de la violencia de género de la que fueron víctimas las mujeres detenidas.
A pesar de las movilizaciones realizadas por las personas detenidas y sus familiares para exigir justicia y el esclarecimiento de los hechos, el presunto perpetrador y señalado por las víctimas no se encontraba en ningún lado. Así, sin noticias de él, las semanas siguieron pasando.
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El 21 de junio de 2020, mientras 31 indígenas ikoots que habían sido detenidas de forma arbitraria festejaban el Día del Padre, 300 elementos policiales provenientes de diferentes demarcaciones de San Mateo del Mar rodearon el plantón de esas personas.
Con ladrillos, piedras y golpes comenzaron a arremeter en contra de los 31 indígenas. Sobrevivientes mencionan que los agresores iban drogados y alcoholizados durante el ataque, mientras les repetían que nadie escaparía y a todos los matarían.
Según el documental, a lo lejos, miembros de la policía estatal y Guardia Nacional no intervinieron para detener la masacre que estaban presenciando. Trece hombres y dos mujeres, entre ellas Okas Marissa, fueron linchados y quemados vivos.
UNA VIOLENCIA CÍNICA
A lo largo de los seis capítulos que conforman la miniserie documental Vientos de sangre, el Colectivo de Víctimas y Sobrevivientes de la Masacre del 21 de Junio exige justicia y castigo a los responsables, los cuales se señalan en el material.
El lanzamiento de la serie documental tiene el objetivo de dejar testimonio vivo sobre la masacre desde la voz de las víctimas y sus familiares, quienes hoy en día viven amenazados, exiliados y con miedo de que arremetan contra ellos por el simple hecho de sobrevivir a aquella matanza.
Para la elaboración de este filme se mantuvo el anonimato de las víctimas sobrevivientes tras carecer de medidas cautelares, a pesar de que la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) solicitó dichos mandatos para los habitantes de San Mateo del Mar, sin que hasta ahora se hayan llevado a cabo.
De acuerdo con el testimonio de sobrevivientes dentro de la serie documental, los agresores obedecieron a las órdenes de José Luis Chávez Salinas, Camerino Dávalos Larrinzar, Pedro Dávalos Larrinzar, Laura Fiallo Sandoval, Máximo Leyva Piamonte, Teófila Ochoa, Emmanuel Villaseñor Bustillos, entre otros, a quienes señalan como autores intelectuales y materiales de la masacre en San Mateo del Mar.
Para los integrantes del Colectivo de Víctimas y Sobrevivientes de la Masacre del 21 de Junio, lo ocurrido en el municipio de San Mateo del Mar lo consideran una de las tragedias más crueles que han acontecido en la región del Istmo ante el brutal asesinato de los 15 indígenas ikoots.
Newsweek México entrevistó a uno de los realizadores de esta serie documental, quien por razones de seguridad pidió mantener su nombre en anonimato. Para esta persona, que fue parte de la compilación del material e investigación tras lo sucedido, al ser este un trabajo extenso, mucho del material que usaron les fue proporcionado para alimentar las secuencias que corresponden a la comunidad.
“Nos proporcionaron material de otros años que se logró sacar de San Mateo porque hoy día ya no se puede entrar a San Mateo, y menos si eres foráneo. Solo en San Mateo [del Mar] se habla una lengua que se llama ombeayiüts y lo que queda de la población en ese municipio de Oaxaca es alrededor de 13,000 personas, es decir, es un dialecto que lo hablan menos de 15,000 personas”, contextualiza durante la entrevista telefónica.
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Según narra el realizador, en el trabajo que entre él y su equipo realizaron se trató de compilar información y material visual que, de la mano y voz de las víctimas, narra lo sucedido y el nulo acceso a la justicia y reparación del daño que las autoridades correspondientes les han proporcionado.
“Fueron meses de convencerlos”, añade. Parte de las medidas de protección a los testimonios en el filme fue cubrir sus rostros con un paliacate y el uso de poca iluminación.
Las 16 personas que sobrevivieron a la masacre viven bajo constantes amenazas de muerte y sin poder ingresar a la comunidad donde sus familias continúan viviendo.
“Ellos ya no pueden volver. De los 16 que sobrevivieron ninguno puede entrar ya a San Mateo. Quedaron exiliados porque peligra su vida y, aun así, tienen familia viviendo ahí”, añade el realizador.
SIN JUSTICIA NI RECONOCIMIENTO DEL CASO
Durante la charla, el realizador explica que el título de la serie documental Vientos de sangre se le puede relacionar con el tema de la energía eólica tan predominante en el estado de Oaxaca.
Entre los conflictos están las intenciones, tanto nacionales como extranjeras, de poner plantas eólicas. Además del constante conflicto y control político con presuntos planes a futuro de este recurso eólico.
“Por eso se llama así la serie: Vientos de sangre, por el tema de la energía eólica y el potencial eólico que hay acá”, señala el entrevistado.
En cuanto al acceso a justicia y reparación del daño de las 16 personas que sobrevivieron a la agresión, a pesar de haber denunciado ante la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), a la fecha no hay avances significativos en la investigación y el esclarecimiento al asesinato de los 15 indígenas ikoots.
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A pesar del seguimiento que medios locales dieron a la masacre, el caso no ha tomado relevancia entre las autoridades, por ello, miembros del Colectivo de Víctimas y Sobrevivientes de la Masacre del 21 de Junio decidieron realizar esta serie documental para denunciar y llamar la atención mediática ante la nula respuesta de las autoridades.
El 23 de junio de 2020, durante su conferencia mañanera, al presidente Andrés Manuel López Obrador se le cuestionó acerca de lo ocurrido en San Mateo del Mar y el asesinato de los 15 indígenas.
A este cuestionamiento, López Obrador contestó que ya estaban en comunicación con el gobierno de Oaxaca y añadió: “Es una situación muy triste, muy lamentable, porque es un enfrentamiento entre comunidades, vamos a decir, son diferencias que tienen en el mismo municipio, San Mateo del Mar. Es una confrontación por el gobierno municipal, por un lado, son pobladores de la cabecera municipal y pobladores de comunidades”.
Ante la interrogante de cómo su gobierno intervendría en esta situación, el presidente contestó que buscarían la conciliación para que haya diálogo, paz y evitar el uso de la violencia. “Siempre lo hacemos”, dijo.
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De acuerdo con la versión estenográfica que se encuentra en el sitio oficial del Gobierno de México, al increpar a Andrés Manuel con la pregunta de si intervendrá la Guardia Nacional o el Ejército, el presidente contestó que no harían uso de la fuerza.
“Cuando interviene la Guardia Nacional es para que se evite la confrontación, lo que pasa es que San Mateo del Mar está en el Istmo, es una comunidad apartada, conozco, he ido allá, y son autoridades de usos y costumbres, es un gobierno municipal de usos y costumbres. Entonces, tenemos que buscar la forma de que se concilie, pero no con el uso de la fuerza”, mencionó el presidente.
A un año de la masacre a los 15 indígenas ikoots, la justicia y reparación de daños no ha llegado a los familiares de las víctimas y sobrevivientes, a pesar de haber señalado y denunciado a los presuntos culpables.
Tan solo el pasado 8 de diciembre de 2020, el Colectivo se reunió con el fiscal general, Rubén Vasconcelos Méndez, quien al tratar de deslindarse de su responsabilidad les dijo que el secretario general de Gobierno, Francisco Javier García López, dio instrucciones para no ejecutar las órdenes de aprehensión.
En este enlace pueden verse los seis capítulos que conforman la serie documental Vientos de sangre. N