JUAN OLIVAS es un abogado y empresario mexiquense que hoy por hoy concentra sus esfuerzos en uno de los desafíos más agotadores y abrumadores que existen en México: cambiarles la cara a los ineficaces estilos de gobernar.
Nacido en el Estado de México hace 45 años, Olivas radica en Naucalpan, uno de los municipios más industrializados y acaudalados del país, pero también uno de los que presentan más problemas de pobreza, inseguridad y carencia de servicios.
Abogado de profesión con especialidad en derecho fiscal, se considera una persona que ha venido de menos a más, “siempre picando piedra muy fuerte”. Ingresó en la abogacía desde muy joven, pero después poco a poco se fue inmiscuyendo en negocios de la construcción y de la salud, entre otros, hasta convertirse en un próspero empresario.
“Siempre he sido muy luchón, he vendido desde un perfume hasta los más grandes aparatos médicos y grandes maquinarias para la construcción”, manifiesta en encuentro con Newsweek México. “Tengo tres hijos, soy un hombre que ama a la familia, la unidad, la tranquilidad, la paz. La armonía familiar es el vínculo más importante que tengo y siempre trato de conservarlo y preservarlo”.
—¿Cuál es tu propósito como un empresario que ahora coquetea con la política?
—Mi propósito consiste en ayudar al ciudadano. Soy un empresario que ha participado pocas veces en política, aunque siempre he estado muy pendiente de lo que sucede y la conozco y le sé bien. En Naucalpan vivo día a día la problemática social y ciudadana que tenemos, un desorden absoluto en materia de salud por la pandemia y en materia de seguridad debido a falta de empleos y a un mal control de los mandos policiacos, una mala organización y costumbres muy añejas en el tema de la seguridad pública. Eso me preocupa como ciudadano, como empresario, por la seguridad de los ciudadanos y de mi familia, ya he sido víctima de algunos ataques, afortunadamente no físicos, pero sí de extorsión y de muchos otros tipos.
“Yo me dedico a los ámbitos de la construcción —continúa—, hospitalario y de importación de equipos médicos, todo lo referente a la medicina, así como al comercio exterior. Siempre me ha gustado y me he interesado por el tema social, por los ciudadanos y, principalmente, por el bienestar. Y hoy he decidido aspirar a la presidencia municipal de Naucalpan por Morena, pues creo que, desde mi trinchera, como empresario, tengo un poquito más de visión y, sobre todo, estoy más cerca del ciudadano”.
—¿Conoces Naucalpan lo suficientemente bien como para gobernar?
—Sé lo que el ciudadano necesita, sé lo que los empresarios necesitamos, y sé qué es lo que toda la población en general necesita y de lo que adolece a todos niveles. Creo haber entendido, durante varios años, prácticamente paso a paso qué es lo que cada gobierno ha dado y qué es lo que falta dar para verdaderamente lograr un cambio. Por eso hoy aspiro y me registré como precandidato a presidente municipal por Morena porque creo que es la mejor opción hoy en día. Soy un ciudadano que quiere cambiar la historia de Naucalpan, de mi estado y de mi país en general.
—¿En qué momento de la precandidatura te hallas en este proceso?
—El plazo para candidatos a presidentes municipales se cerró el domingo 7 de febrero y yo me inscribí junto con algunos otros aspirantes, al igual que la actual alcaldesa, Patricia Durán Reveles, que quiere reelegirse para seguir tres años más en el cargo, pues dice que lo mejor está por venir aun cuando ya lleva más de dos años de gestión. Expanista, su hermano fue ya dos veces presidente municipal por el PAN. Creo que necesitamos un cambio. Tuvo su oportunidad, yo la respeto, no tengo absolutamente nada malo que decir de ella, la sociedad es quien juzga si lo hace bien, si lo hace mal. Pero por ahí hay algunos negativos importantes que creo que no le permitirían lograr una ventaja contra la oposición, que también está llena de expresidentes municipales y personas que ya tuvieron su oportunidad de servir.
“Por eso creo importante que hoy, como ciudadano, se me abra un espacio para demostrar que los ciudadanos con visión y ánimo de servir podemos hacer las cosas. El proceso va a ser calificado mediante una encuesta, y el 12 de abril habrá una previa para ver quién pasa a la segunda fase de precandidatos o si hay una candidatura de unidad. Finalmente, el 29 de abril se definirá el candidato oficial. El 30 de abril se podrá arrancar campaña para terminar el 3 de junio y ser votado el 6 de junio”.
—¿Cómo fue tu acercamiento con Morena?
—Yo fui síndico procurador suplente de Naucalpan en 2003-2006, después fui candidato a diputado federal por el Distrito XXI por el PRI. Luego me alejé un poco, seguí con mi actividad de empresario y picando piedra siempre hacia delante para ver el cómo sí, y no el cómo no. Y en 2017, la hoy secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, me invitó a participar en la campaña de Andrés Manuel López Obrador. De la mano de ella me puse a trabajar fuertemente en el Estado de México, en Naucalpan particularmente, con un resultado magnífico. Así me vinculé más a Morena. Como ciudadano creo que la transformación es también parte de lo que uno como persona puede desarrollar, porque nosotros individualmente también tenemos que transformar el país, el estado, el municipio.
—¿Qué es lo que más te duele de Naucalpan?
—Primeramente, la inseguridad. Tenemos un índice altísimo de homicidios, robo a casa habitación, a transeúntes y de vehículos. No hay control, hay mucho delincuente operando de dentro y fuera del municipio. La policía tiene las mismas prácticas. Las patrullas no tienen servicios adecuados, a los policías les dan cinco litros al día para hacer rondines en sectores muy grandes, ellos tienen que pagar una cuota a los mandos superiores, pagar sus llantas y mejoras a sus unidades, y tienen salarios bajos. Eso obliga a la policía, evidentemente sin tener conocimiento cierto, solo intuitivo, a hacerse de la vista gorda por no tener los medios suficientes para atacar al delincuente y la inseguridad y proteger a la ciudadanía.
“El otro tema es la salud. La pronta detección del COVID-19 es prácticamente el éxito ante una enfermedad desconocida para poder vencerla. Y también hace falta mucha campaña de salud visual, obesidad, diabetes y mucha información importante que es básica, como las campañas de vacunación. Y el tema de la escasez de agua. Durante los años, Naucalpan se fue desarrollando con asentamientos irregulares, que hoy están muy escasos de servicios públicos. También necesitamos hacer un reordenamiento urbano con consenso ciudadano, que nos digan los ciudadanos qué quieren, porque al final del día y a través de toda la historia siempre ha sido el ciudadano el que sabe qué necesita en su comunidad, y con base en eso los gobernantes deben lograr un punto medio para hacer crecer el municipio de manera ordenada.
“Y otro punto es la violencia de género. Tengo la intención de formar la policía rosa con elementos capacitados para atender de inmediato la violencia de género, poner una fiscalía especial o un juez calificador para que atienda esta problemática, que haya pronta respuesta y se salvaguarden los derechos de las víctimas, incluidos los niños”.
—¿Cuál es la diferencia entre un candidato ciudadano como tú y un político tradicional?
—Es muy grande esa diferencia. El político tradicional siempre busca el beneficio propio antes que el ciudadano. Busca ver cómo ayuda a sus amigos, cómo se ayuda él mismo y ver cómo su primer círculo está bien. Y en el caso del ciudadano, como nosotros adolecemos y padecemos todas estas cosas del día a día, buscamos atender los puntos muy finos y específicos que los ciudadanos necesitan, no solamente es irse a encerrar a una oficina y desde ahí gobernar. Es salir a campo, es conocer, saber, mandar gente donde hay más necesidades y resolverlas. Nosotros, como ciudadanos, sabemos de inseguridad, falta de salud, de agua, de servicios públicos, de violencia de género, maltrato infantil, maltrato animal, y hay que reactivar la economía de manera urgente. Yo lo traigo muy palpable, por eso quiero dejar un mejor municipio para todos los ciudadanos, para mis hijos y para las futuras generaciones.
“Este es el momento de los ciudadanos, de los empresarios sin ambiciones económicas y con ánimo de servir —concluye Juan Olivas—. Entiendo perfectamente al ciudadano en todos los niveles, conozco cuáles son sus necesidades en todos los sentidos. Es momento de darle oportunidad y paso a un ciudadano con ganas de servir. No tengo intereses económicos porque, gracias a Dios, la vida me ha beneficiado con un buen desarrollo económico y no tengo necesidad de llegar al poder y enriquecerme o tener viejas prácticas como tradicionalmente ha sucedido en la historia de la política mexicana”. N