EN TOKIO, un japonés de 30 años de edad fue condenado a muerte luego de matar a nueve personas en su casa después de contactarlas por Twitter.
Takahiro Shiraishi se declaró culpable de desmembrar a sus víctimas, quienes tenían entre 5 y 26 años de edad y de las cuales ocho eran mujeres. Los sucesos pasaron en tan solo dos meses.
“He entendido”, dijo al tribunal en el momento en que los jueces le preguntaron si había escuchado el veredicto, el cual ya estaba listo para escuchar desde el mes pasado. Además, el hombre hasta noviembre pasado había decidido no apelar la decisión de las autoridades.
La defensa del hombre explicó que había asesinado a sus víctimas porque en redes sociales, ellos habían expresado pensamientos suicidas y “le habrían dado su consentimiento para morir”.
Aunque dicho argumento fue rechazado incluso por el acusado y el tribunal. Así también se descartó que el hombre padezca algún tipo de trastorno psiquiátrico.
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“Ninguna de las nueve víctimas consintió en ser asesinada, ni siquiera tácitamente”, según el juez de instrucción, de acuerdo con el canal de televisión estatal NHK.
El juez también declaró que los hechos son “de extrema gravedad” y subrayó que la “dignidad” de las víctimas había sido “pisoteada”.
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De acuerdo a lo mencionado en el juicio, Takahiro Shiraishi desmembró los cuerpos de sus víctimas para después guardarlos en su pequeño apartamento de Zama, al suroeste de Tokio.
Fue el 31 de octubre de 2017, cuando la policía descubrió en su casa 240 pedazos de restos humanos escondidos en hieleras y cajas de herramientas. A los restos les roció con arena para gatos para intentar ocultar el olor de putrefacción.
A esto se sumó hallazgos de tijeras, cuchillos, una sierra y varias herramientas de carpintería. N