Las medidas adoptadas en Reino Unido para frenar los contagios de COVID-19 causaron retrocesos en algunas habilidades básicas de los niños y afectaron su proceso de aprendizaje, advierte un reporte gubernamental publicado el martes.
La Oficina de Estándares en Educación, Servicios y Habilidades para Niños (Ofsted, por sus siglas en inglés) encontró que algunos niños pequeños que ya habían aprendido a ir al baño volvieron a usar pañales, especialmente aquellos cuyos padres no podían trabajar de manera flexible.
Otros han olvidado cómo comer con tenedor y cuchillo, o han perdido su progreso previo en números y palabras.
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En niños mayores observaron una pérdida en la capacidad para leer y escribir durante un periodo prolongado, disminución de aptitudes físicas y “signos de angustia mental, incluido un aumento de los trastornos alimentarios y autolesiones”.
“Sigue existiendo preocupación por los niños que estaban fuera de supervisión durante el cierre de las escuelas, y la disminución de llamados a equipos de atención social genera temores de que la negligencia, explotación o el abuso no sean detectados”, detalla el informe.
La Ofsted realizó 900 visitas a proveedores de servicios educativos y asistencia social durante septiembre y octubre con el fin de escuchar cómo se lidiaba con el nuevo año académico. En total se entregaron cinco informes al Parlamento de Reino Unido.
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Entre todos los grupos de edad, los niños con necesidades educativas especiales y con alguna discapacidad “se han visto gravemente afectados tanto en su cuidado como en su educación” debido a que no estaban disponibles los servicios de los que dependían, en particular de habla y lenguaje.