En mayo, aparecieron encabezados diciendo que los científicos podrían haber identificado un universo paralelo donde el tiempo corre hacia atrás. No lo hicieron. La sugerencia se basó en anomalías registradas en una estación de investigación en el polo sur, donde los científicos al parecer observaron neutrinos saliendo del suelo, algo que no podía explicarse.
Los neutrinos son partículas subatómicas que son de las más abundantes en el universo. También tienen una masa muy pequeña y poca interacción con la materia, haciéndolos difíciles de detectar. Los neutrinos bombardean constantemente la Tierra, pasando a través del planeta sin trabas. Se calcula que 100 billones de neutrinos pasan a través del cuerpo humano cada segundo.
Para entender los neutrinos, se llevan a cabo experimentos en el polo sur. Uno de estos, la Antena Antártica de Impulso Transitivo (ANITA), usa un globo con antenas de radio que rastrean rayos cósmicos y neutrinos procedentes del espacio. En 2016 y 2018, se encontraron anomalías en los datos de la ANITA. Los científicos hallaron señales de radio que parecían mostrar neutrinos de alta energía saliendo del suelo.
Esto no pudo explicarse, y se propusieron diferentes hipótesis, desde materia oscura hasta neutrinos estériles: partículas hipotéticas que se piensa que solo interaccionan a través de la gravedad. Algunos también sugirieron que podría ser evidencia de un tipo de física del todo desconocida. En 2018, se publicó un estudio que discutía el potencial de un universo paralelo, lo cual luego fue sacado de contexto en relación con estos hallazgos.
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En un artículo publicado en la revista Annals of Glaciology, investigadores encabezados por Ian Shoemaker, profesor auxiliar en el Departamento de Física y el Centro de Física de Neutrinos en el Tecnológico de Virginia, ahora han planteado otra explicación posible.
“Me consternaron los encabezados sobre un universo paralelo en conexión con los eventos de la ANITA”, dijo él a Newsweek. “Yo estaría tan emocionado como los demás si finalmente se entendiera que estos eventos provienen de algo tan excitante como un universo paralelo. Sin embargo, probablemente esté entre las interpretaciones menos posibles, sobre todo dado que tal vez no necesitemos en absoluto una física nueva para explicar los eventos”.
En el artículo, el equipo dice que la nieve compactada densamente, conocida como firn, podría ser la responsable. La firn no es lo suficientemente densa para ser hielo, lo cual significa que puede haber áreas bajo la superficie con una gama amplia de densidades. Los registros inusuales podrían ser reflexiones de rayos cósmicos de alta energía.
“Lo más extraño sobre los eventos de la ANITA es que parecen derivar de neutrinos que tienen dos propiedades que usualmente no se presentan juntas: energías extremadamente altas y direcciones que indican que subieron a través de la Tierra”, dijo Shoemaker.
“La razón por la cual estas dos características no se presentan juntas es que los neutrinos interaccionan de manera muy fuerte con la materia en energías altas, al grado de que la Tierra en sí debería absorber efectivamente los neutrinos. En otras palabras, con la física tradicional es un reto reconciliar la energía y dirección de estos eventos”.
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Él comentó que la explicación más factible de estas anomalías es que no provienen del suelo y que no son eventos de neutrinos. Otros eventos del espacio también pueden producir ondas de radio que pueden ser detectadas por el experimento ANITA. Shoemaker y sus colegas sugieren que las señales de radio de rayos cósmicos podrían reflejarse en características bajo la superficie del hielo y crear un “evento falso de neutrinos”. Las propiedades debajo del hielo podrían explicar los eventos inusuales.
“Estas características podrían probarse directamente con un sondeo de radio directo de las regiones en las inmediaciones de los eventos de la ANITA, así que la hipótesis puede ponerse a prueba”, dijo él.
Peter Gorham, profesor de física y astronomía en la Universidad de Hawái, quien trabaja en la ANITA pero no se involucró en el estudio más reciente, dijo a Newsweek que no estaba convencido de los hallazgos.
Él comentó que las capas bajo la superficie eran algo que él había considerado durante el análisis original de las anomalías. Dijo que los investigadores hallaron que bajo condiciones “posibles, favorables”, podría ocurrir un reflejo y aun cuando esto no podía excluirse, “dichas simulaciones son cruciales para empatar las observaciones”.
“Nuestras observaciones, sobre todo aquellas del segundo evento, muestran un impulso de radio muy coherente y claro sin evidencia de distorsión”, explicó Gorham. “Dentro de nuestra colaboración, hemos simulado ampliamente los reflectores bajo la superficie usando óptica de onda completa y hallamos que dichos reflectores bajo la superficie nunca dieron señales claras y coherentes, siempre hay distorsión en alguna porción de la banda de radio. Entonces, nuestras conclusiones nos llevaron a creer que los reflectores bajo la superficie todavía no son una explicación plausible de nuestras observaciones”.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek