El rey Felipe VI de España inició este lunes una ronda de consultas con los líderes políticos en un último intento de evitar unas nuevas elecciones, en tanto los liberales abrieron la puerta a facilitar un gobierno de Pedro Sánchez (PSOE).
Muy crítico hasta ahora con el jefe de gobierno en funciones, el partido centrista Ciudadanos movió ficha ofreciendo una abstención bajo ciertas condiciones, para permitir a Sánchez su investidura.
Ganador de las elecciones del 28 de abril, el actual jefe de gobierno es el único candidato con posibilidades de ser escogido, pero necesita apoyos externos al haber obtenido sólo 123 diputados de 350.
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Durante meses reclamó sin éxito el respaldo de la izquierda radical de Podemos y la abstención de Ciudadanos o el conservador Partido Popular (PP), segunda fuerza del país.
El tiempo se agota
Ahora el tiempo se agota: si no logra la investidura antes del 23 de septiembre, el país deberá celebrar nuevas elecciones el 10 de noviembre.
Serían las cuartas en cuatro años, muestra de la inestabilidad política imperante desde diciembre de 2015, cuando se rompió el bipartidismo del PSOE y el PP (derecha conservadora) por la emergencia de Podemos y Ciudadanos.
Esos comicios llevaron a diez meses de bloqueo y a una repetición electoral hasta que el conservador Mariano Rajoy consiguió ser reinvestido en octubre de 2016.
En este contexto, el rey Felipe VI programó para el lunes y el martes dos días de consultas con los líderes de los diferentes partidos en el Congreso, de menor a mayor representación.
Así, los contactos comenzaron este lunes con pequeños partidos regionales y no será hasta el martes por la tarde que departa con los principales líderes del país, terminando con Pedro Sánchez.
El objetivo de estas consultas es analizar si el monarca puede proponer un candidato para formar gobierno con apoyos suficientes en el Congreso o, por contra, deberá disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.
Los liberales mueven ficha
El rey encargó en julio formar gobierno a Sánchez, pero éste perdió dos votaciones de investidura en el Congreso porque Podemos consideró insuficiente la oferta de coalición presentada por el PSOE.
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Aliados hace un año, cuando unieron fuerzas en una moción de censura que desbancó a Mariano Rajoy para encumbrar a Pedro Sánchez, en junio de 2018, la confianza entre ambas formaciones está bajo mínimos.
Si en julio aceptaron a regañadientes que Podemos entrara al gobierno, el PSOE rechaza ahora cualquier coalición y se limitan a ofrecer un pacto de programa con Podemos.
Con las negociaciones congeladas con la izquierda, la oferta del líder de Ciudadanos Albert Rivera abrió una mínima oportunidad en la derecha.
Según las encuestas, el partido de Sánchez sería el principal beneficiado en caso de unas nuevas elecciones, aunque seguiría quedándose lejos de la mayoría absoluta y necesitaría acuerdos externos para gobernar.
Además, la repetición electoral llevaría a que España afrontara con un gobierno en funciones retos como un posible Brexit duro a finales de octubre, o la sentencia contra los independentistas catalanes que podría generar fuertes protestas en esta región nororiental.