El precio del petróleo se disparó el lunes en Londres tras los ataques contra infraestructuras petroleras en Arabia Saudita, que redujeron a la mitad la producción del primer exportador mundial y acentuaron los temores de escalada militar entre Estados Unidos e Irán.
A las 11:45 GMT el barril de Brent del mar del Norte para entrega en noviembre subía un 10.58% respecto al viernes, a 66.59 dólares en el Intercontinental Exchange de Londres. El barril de “light sweet crude” (WTI) para el contrato de octubre ganaba 9.74% a 60.21 dólares en el New York Mercantile Exchange.
A la apertura del mercado, el barril se había disparado un 20% en Londres, la mayor alza en una sesión desde la guerra del Golfo en 1991.
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En opinión de Ipek Ozkardeskaya, analista del London Capital Group, los ataques con drones del sábado, que causaron incendios en las plantas sauditas de Jurais y Abqaiq, la mayor del mundo dedicada al tratamiento del petróleo, son “la mayor perturbación puntual de la oferta de petróleo de toda la historia”.
“El ataque anuló cerca de la mitad de la producción saudita, es decir un 5% de la producción mundial, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de estas infraestructura a los ataques con drones”, señala Craig Erlam, de la firma de corretaje Oanda.
Las autoridades sauditas anunciaron que no hubo víctimas pero no precisaron cuánto tiempo necesitarán para restablecer plenamente la producción, lo que según los analistas,podría llevar semanas.
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Los precios del petróleo se habían mantenido relativamente bajos en los últimos meses debido a una reservas abundantes y a los temores de que la ralentización económica mundial impactara en la demanda. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) incluso había establecido límites de producción para intentar mantener el nivel de precios.
Pero estos ataques ponen en de manifiesto la vulnerabilidad del país con “mayor capacidad de producción mundial”, señala el analista de Barclays Amarpreet Singh.
Llamados a la “moderación”
Pese a que no existe una amenaza inminente de escasez de crudo, la reacción de los mercado mostraba el temor a un escalada militar entre Estados Unidos e Irán, después de que Washington acusara a Teherán de los ataques.
Los bombardeos fueron reivindicados por rebeldes hutíes de Yemen, que se enfrentan desde hace cinco años a una coalición militar liderada por Arabia Saudita y cuentan con el respaldo de Irán.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que estaba dispuesto a responder.
El lunes, Rusia, China y la Unión Europea exhortaron a ambos países a la moderación.
“En ausencia de una investigación incuestionable que permita sacar conclusiones, no es quizás juicioso imaginar quién debe ser considerado responsable”, declaró en Pekín la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores,Hua Chunying, que llamó a las dos partes a “hacer prueba de moderación y preserven juntas la paz y estabilidad en Oriente Medio”.
También Rusia, que como China es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, llamó “a todos los países a abstenerse de toda acción o conclusión apresurada que pueda agravar la situación”.
El ataque “constituye una amenaza real para la seguridad regional”, afirmó por su parte la portavoz de la diplomacia europea, Maja Kocijancic, que también urgió a la “máxima moderación”.
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Las tensiones entre Estados e Irán se acentuaron desde que Washington se retiró de forma unilateral en 2018 del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015. Después, Estados Unidos restableció sanciones económicas contra Teherán.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, había asegurado el sábado que no hay pruebas de que el ataque procediera de Yemen, señalando directamente a Irán, y añadió que Washington “trabajará” con sus socios para garantizar el suministro.
Teherán calificó estas acusaciones de “insensatas” e “incomprensibles” y consideró que solo buscan justificar “futuras acciones” contra Irán.
Por su parte, el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, aseguró que su país, gran rival regional de Irán, está “dispuesto y capacitado” para reaccionar a esta “agresión terrorista”.
“Las tensiones en Oriente Medio aumentan con rapidez, lo que significa que este caso seguirá dando que hablar durante la semana, más allá del momento de pánico de esta mañana en los mercados petroleros”, estimó Jeffrey Halley, analista de Oanda.