Los científicos consideran que los adolescentes que consumen cannabis podrían estar en riesgo de desarrollar problemas de memoria.
Los investigadores observaron a 3,826 estudiantes que asistían a la escuela en el área de la Gran Montreal, Canadá. Cada año desde el séptimo grado hasta el undécimo, el equipo les preguntó a los participantes si usaban drogas, incluidos cannabis y alcohol. También les hicieron pruebas de memoria, habilidades de razonamiento visual y grados de inhibición. En una escala de 6 puntos que iba desde “nunca” hasta “todos los días”, los participantes respondieron cuán a menudo usaban una sustancia en particular, y respondieron cuántas bebidas alcohólicas tomaban en una sesión.
A los estudiantes que participaron se les aseguró que sus respuestas serían anónimas, por lo que no estaban desalentados a responder con honestidad. También se recopiló información como la condición socioeconómica de los participantes y su sexo.
Se vinculó el consumo de cannabis con problemas de memoria, control de la inhibición y razonamiento. No se observó lo mismo en quienes consumían alcohol. Cuanto más a menudo los estudiantes consumían drogas, incluido el cannabis, más bajas eran sus calificaciones en las pruebas de memoria, razonamiento e inhibición, según hallaron los autores.
Estudios anteriores han vinculado el alcohol y cannabis con problemas de aprendizaje, toma de decisiones y consideración, y con calificaciones más bajas en adolescentes y adultos, dijeron los autores.
Los autores reconocieron que sus hallazgos eran limitados porque no midieron la cantidad o dosis de cannabis que consumían los participantes, ya que la droga era ilegal por entonces. Ahora que la droga es legal en Canadá, ellos esperan que más consumidores sean capaces de detallar factores como la dosis y cantidad con precisión.
Ian Hamilton, del Departamento de Ciencias de la Salud en la Universidad de York, quien tampoco estuvo involucrado en la investigación, dijo a Newsweek: “La obra subraya algunos de los problemas cognitivos que los jóvenes experimentan en un momento de su vida cuando necesitan de memoria óptima, resolución de problemas y concentración para asegurar que maximicen su potencial educativo, el cannabis parece afectar su capacidad cognitiva”.
A Hamilton le sorprendió que el estudio mostrase que los problemas cognitivos de jóvenes que consumían cannabis persistían en el periodo de seguimiento del estudio. “Esto se opone a los hallazgos de otros estudios recientes los cuales hallaron que había pocos efectos cognitivos a largo plazo por usar cannabis”.
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Señalando una limitación de la obra, él continuó: “Tampoco sabemos cuántos jóvenes en verdad consumían cannabis en el momento en que los investigadores los evaluaron, igualmente pudo haber jóvenes que no consumían cannabis al momento de la evaluación pero sí consumieron cannabis en otras ocasiones entre las evaluaciones, simplemente no sabemos”.
Es poco realista esperar que algunos jóvenes no prueben drogas como el cannabis, si se les puede persuadir de que retrasar la edad en que lo consumen les ayudaría a aprovechar lo más posible su educación, lo cual es crucial para el empleo futuro y demás”, argumentó él.
Hamilton continuó aconsejando a los jóvenes que eviten mezclar la droga con tabaco, ya que es “un mayor riesgo para la salud de la mayoría de los jóvenes al compararlo con el cannabis”.
Los hallazgos fueron presentados en la 13a Reunión Anual Canadiense de Neurociencia, y habrán de publicarse en la American Journal of Physiology.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek
