Varias mujeres en Argentina han alzado la voz por casos de abuso sexual en el medio artístico y en la política. A una semana de que salió a la luz el caso de la actriz Thelma Fardín, quien aseguró haber sido violada por Juan Darthés, acusaciones implican ahora a dos senadores y un funcionario municipal que se suicidió.
El pasado martes, Fardín aseguró haber sido violada cuando ella tenía 16 años, por el actor Juan Darthés, entonces de 45, durante una gira del exitoso programa infantil “Patito Feo” en un hotel de Nicaragua en 2009.
Su declaración fue respaldada por medio centenar de figuras reconocidas del teatro y la televisión argentina que, a través de un comunicado enviado por la agrupación Actrices Argentinas señalaron que “el tiempo de impunidad para los abusadores debe terminar”.
“Estamos siempre desprotegidas por quienes nos contratan, no hay protocolos de acción frente a casos de abuso, necesitamos herramientas para enfrentar estas cuestiones”, pidieron las actrices.
Su declaración desató un debate por las violencias machistas y dio pie a que otras mujeres contaran sus experiencias.
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Marianela Sánchez dijo en un video publicado en redes sociales que fue violada por Luis María Rodríguez, secretario de Deportes del municipio de San Pedro en Buenos Aires, cuando ella tenía 13 años y él era su profesor de danza. El sábado, después de que la grabación se viralizó, el funcionario se suicidó.
De acuerdo con Notimex, el senador Juan Carlos Marino, del partido oficialista Unión Cívica Radical, fue denunciado penalmente por la trabajadora del Congreso Claudia Guebel, quien afirmó que el funcionario le tocó los pechos y la acosó preguntándole la dirección de su casa.
Al respecto del senador Jorge Romero, una joven que militó con él en la organización kirchnerista La Cámpora dijo que el senador opositor la encerró en un baño durante una fiesta, le mostró su pene y quiso obligarla a que le practicara sexo oral.
Ambos senadores aseguraron que pedirán licencia en sus cargos y se someterán a una investigación aunque, de acuerdo con El País, “circulan en la oscuridad de los despachos judiciales”.
