El papa Francisco admitió que “nos hemos demorado” en aplicar sanciones ante los abusos contra menores en una carta en la que condenó “con fuerza las atrocidades” cometidas en Pennsylvania, Estados Unidos, contra más de 1,000 niños por sacerdotes, en una carta dirigida al “Pueblo de Dios”.
“En los últimos días se dio a conocer un informe donde se detalla lo vivido por al menos mil sobrevivientes, víctimas del abuso sexual, de poder y de conciencia en manos de sacerdotes durante aproximadamente setenta años”, escribe el papa en la carta difundida por el Vaticano.
“Si bien se puede decir que la mayoría de los casos corresponden al pasado, sin embargo, con el correr del tiempo hemos conocido el dolor de muchas de las víctimas y constatamos que las heridas nunca desaparecen y nos obligan a condenar con fuerza estas atrocidades, así como a unir esfuerzos para erradicar esta cultura de muerte; las heridas nunca prescriben”, añade Francisco.
Hace tres días, el Vaticano expresó su “vergüenza y dolor” tras la revelación de abusos sexuales en Pennsylvania por parte de más de 300 de curas durante décadas. Pero este lunes el papa Francisco fue más lejos y empleó palabras más duras para referirse al caso.
“Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos. La conciencia de pecado nos ayuda a reconocer los errores, los delitos y las heridas generadas en el pasado y nos permite abrirnos y comprometernos más con el presente en un camino de renovada conversión”, prosiguió.
“Soy consciente del esfuerzo y del trabajo que se realiza en distintas partes del mundo para garantizar y generar las mediaciones necesarias que den seguridad y protejan la integridad de niños y de adultos en estado de vulnerabilidad, así como de la implementación de la “tolerancia cero” y de los modos de rendir cuentas por parte de todos aquellos que realicen o encubran estos delitos. Nos hemos demorado en aplicar estas acciones y sanciones tan necesarias, pero confío en que ayudarán a garantizar una mayor cultura del cuidado en el presente y en el futuro”, declaró en el texto.
Francisco concluye su carta al “Pueblo de Dios”, llamando a los creyentes al “ayuno y la oración”.
Un mensaje considerado insuficiente en una primera reacción de las víctimas.
“El Vaticano y el papa deberían cesar de decirnos qué tan terribles son los abusos (…) En lugar de ello, deberían decirnos qué harán para que los culpables rindan cuentas por sus acciones. Es lo que queremos escuchar”, escribió en Twitter la irlandesa Marie Collins, de 71 años, víctima a los 13 años de abusos sexuales perpetrados por un sacerdote.
En marzo de 2017, Collins abandonó la Comisión antipedofilia del Vaticano, considerando que los actos no se ajustan a las palabras de firmeza pronunciadas por Francisco.