El presidente Donald Trump calificó este domingo a Rusia como uno de los “enemigos” de Estados Unidos, la víspera de una cumbre histórica con su homólogo ruso Vladimir Putin en Helsinki, empañada por la investigación sobre la injerencia rusa en las presidenciales estadounidenses de 2016.
Trump llegó este domingo de tarde a Helsinki en el avión presidencial Air Force One, que aterrizó en el aeropuerto internacional de la capital finlandesa proveniente de Escocia.
Antes de iniciar su gira europea, Trump había predicho que la etapa de Helsinki, donde se reunirá con Putin, sería la “más sencilla”. Pero sus últimas declaraciones podrían atenuar las esperanzas de distensión entre Washington y Moscú.
En una entrevista el sábado en la cadena CBS, difundida el domingo, Trump estimó que Rusia, la Unión Europea (UE) y China eran por diversas razones sus “enemigos”.
“Creo que tenemos muchos enemigos. Creo que la Unión Europea es un enemigo, por lo que nos hacen en comercio”, dijo Trump a CBS.
“Rusia es un enemigo en ciertos aspectos. China es un enemigo económicamente, ciertamente son un enemigo. Pero eso no significa que sean malos. No significa nada. Significa que son competitivos”, explicó.
Antes de partir de Escocia, el presidente estadounidense aseguró en su cuenta de Twitter: “Espero reunirme con el presidente mañana”, lunes. Y agregó: “Desafortunadamente, sean cuales sean los resultados que yo obtendré en la cumbre (…) se me harán críticas a mi regreso diciendo que no fue suficiente”.
Puntos de fricción
Trump y Putin, cuyos gestos se observarán atentamente en todo el mundo, se reunirán en la capital finlandesa tras un fin de semana “deportivo”.
El primero disfrutó del golf, su principal actividad física según sus propias palabras, en su lujoso complejo hotelero escocés de Turnberry.
El segundo asistió el domingo por la noche a la final del Mundial de Fútbol en Moscú que ganó Francia 4-2 sobre Croacia, y aprovechó la ocasión para reunirse con los jefes de Estado de ambos países: Emmanuel Macron y Kolinda Grabar-Kitarovic.
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Tras las polémicas visitas de Trump a Bruselas y Londres, marcadas por duros ataques contra sus aliados de la OTAN y contra la primera ministra británica, Theresa May, éste se entrevistará con el dirigente de un país con el que Estados Unidos mantiene numerosos puntos de fricción.
Anexión en marzo de 2014 de la península ucraniana de Crimea por Moscú, apoyo de Rusia al régimen sirio de Bashar al Asad, nuevos aranceles estadounidenses… La lista es larga.
Los dos mandatarios se reunirán primero a solas con sus intérpretes en el palacio presidencial, antes de sumarse a sus delegaciones respectivas para un almuerzo de trabajo. El día terminará con una rueda de prensa conjunta.
En víspera de la histórica cumbre, miles de personas se manifestaron el domingo en la capital finlandesa, convocadas por el colectivo “Helsinki Calling for Human Rights”, integrado por decenas de oenegés y asociaciones.
“Respeto a Ucrania”, “Que los derechos humanos sean otra vez importantes”, eran algunas de las pancartas que portaban los manifestantes, congregados en la plaza del Senado, a dos pasos del palacio presidencial donde se reunirán el lunes los presidentes ruso y estadounidense.
“Leer las personalidades”
¿Asumirá Trump ante Putin el papel de líder del “mundo libre” y le pedirá cuentas respecto a las cuestiones en que disienten? ¿O intentará halagar al dirigente ruso como hizo con el chino, Xi Jinping, e incluso con el norcoreano, Kim Jong Un?
“Putin ha demostrado su increíble capacidad para leer las personalidades”, afirma Alina Polyakova, del laboratorio de ideas Brookings Institution. “Al fin y al cabo, ésa es la formación que recibió como oficial de los servicios de inteligencia, y creo que es especialmente habilidoso para detectar las debilidades”.
En una carta abierta para el presidente estadounidense, media docena de senadores demócratas le instaron a no negociar a solas con el líder del Kremlin.
El otro tema espinoso que se impuso en esta cita fue la imputación de 12 agentes de inteligencia rusos en la investigación por la presunta injerencia del Kremlin en las presidenciales estadounidenses de 2016.
El viernes, Trump se comprometió a abordar ese tema en Helsinki y afirmó que “nadie ha sido más firme con Rusia” que Estados Unidos.
Trump desmiente cualquier tipo de colusión con Moscú y denuncia “una caza de brujas” llevada a cabo por un FBI que trabaja para los demócratas.
Rusia desmiente por su parte toda injerencia en los comicios, de la misma forma que niega su responsabilidad en el envenenamiento con un agente neurotóxico del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en marzo en Salisbury, en el suroeste de Inglaterra, donde semanas más tarde sobrevivieron al ataque.