América conquistó a C. Tangana: lo arrancó de su semillero en el rap madrileño underground con la agrupación Argorazein para convertirlo en un cantante reconocido a escala internacional que interpreta a su antojo temas de reguetón, hip hop, dancehall, rhythm and blues y trap, aunque, dice, su única etiqueta es la música urbana.
La apuesta de Antón Álvarez, como se llama el músico que estudió filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, España, es modificar y explotar los géneros propios de celebridades como Daddy Yankee, Pitbull y J Balvin sin el estereotipo del “latino de la camisa abierta que toca las maracas”, porque actualmente “no hay muchas cosas alternativas dentro de lo urbano latino, no hay variedad. Hay fórmulas y se repiten mucho”.
Señala que su talento recae en la producción musical y en su capacidad de escribir canciones, inspiradas por el rap y por autores de la generación beat o del realismo sucio: “La literatura que me gusta habla sobre putas, maricones, junkies y toda esa movida. Siento cierto gusto por lo oscuro”.
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— El madrileño (@c_tangana) 4 de febrero de 2018
C. Tangana se ha presentado en festivales de música alternativa como Sónar y Primavera Sound, en España, y el Ceremonia, en México. Recientemente grabó “No te pegas” en colaboración con el peruano-estadounidense A. Chal. Sin embargo, el emblema del disco Ídolo, que grabó con Sony, es “Mala mujer”, una canción de pop y reguetón sobre desamor.
—¿Qué es una mala mujer?
—El concepto de mala mujer es el equivalente al de un cabrón: algo bueno, una persona espabilada y que no es la esposa ejemplar, una baddie, es algo positivo.
—¿Tu música es vivencial? ¿Te identificas con ella?
—Estoy muy pegado a mi música cuando la creo. Durante el proceso es algo que me va muy por dentro, sabes, pero luego ya no: cuando ya está hecha es de la gente, y no mía.
—¿Por qué resignificar la música latina?
—Yo soy de Europa, no de América, y tengo lo latino porque soy español y hablamos el mismo idioma, aunque es otro enfoque el que nosotros tenemos… es otra movida lo que yo puedo ofrecer.
—¿Cómo has colado este tipo de música en escenarios alternativos?
—La música urbana es la que escucha todo el mundo, pero no es música que se valore, es una movida muy extraña. En Estados Unidos está muy bien entendido: tienes a todas las figuras de la música urbana con una propuesta distinta y yo creo que ese es el camino para los latinos como yo.
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—¿Qué sientes cuando ves bailar a las personas?
—Bien, es lo más difícil. Llevo años intentándolo y me ha costado mucho, la verdad… hacer que la gente se mueva es jodido, muy jodido. Que la gente vaya a un concierto porque estás de moda y esté ahí mirándote, vale, pero que les arranques algo es muy difícil.
—¿Qué gente te escucha?
—Mi público es muy variado. Hay gente que me conoce por “Mala mujer” y se creen que soy un reguetonero, hay gente que estaba cuando rapeaba y que dicen: “¿Qué coño está haciendo, por qué cantas tanto?”. Hay gente que ha entendido el disco y espera la creatividad.
—¿Qué piensas de la escena underground en tu país?
—Creo que tiene que crecer más y que nos tenemos que profesionalizar todos para convertirlo en el epicentro de la cultura urbana alternativa en España, es lo que podemos aportar.
—¿Consideras que la has traicionado?
—No pertenezco a nada ni a nadie. Ni a mi esposa, ni a mi madre, ni a mi país, ni a nada. Yo soy yo. Me gusta la escena, me parece que hablar de escena está bien, pero cada uno es un individuo por separado y aquí cada uno hace lo que quiere. No soy un político que necesite que lo voten. Voy a hacer lo que me dé la gana, y si ellos me tienen a bien, pues bien, y si no, lo siento.