
La figura de una presunta hija del líder ruso ha generado muchas reacciones, desde el posible origen de esta y hasta su relación conflictiva con la cabeza del Kremlin.
Elizaveta Krivonogikh, conocida públicamente como Luiza Rozova y señalada desde 2020 como la posible hija no reconocida del presidente ruso Vladimir Putin, reapareció en redes sociales con mensajes que han sido interpretados como una crítica directa hacia el mandatario. Desde París, donde actualmente reside, la joven de 22 años escribió en su canal privado de Telegram:
“Un hombre que se llevó millones de vidas y destruyó la mía”, sin mencionar directamente a Putin, pero dejando entrever un claro resentimiento.
Además, compartió una selfie acompañada del mensaje:
“Es liberador poder mostrar mi cara al mundo nuevamente. Me recuerda quién soy y quién destruyó mi vida”, según reveló el diario alemán Bild.
Los mensajes han provocado una oleada de especulaciones y atención mediática internacional, sobre todo por el contexto personal y político de Krivonogikh, quien ha expresado anteriormente su postura contra la guerra en Ucrania. La joven ha trabajado en galerías de arte en París con exposiciones de temática antibélica y es graduada de la Escuela de Gestión Cultural y Artística ICART. También se desempeña como DJ ocasional en la escena artística francesa.
El nombre de Elizaveta Krivonogikh saltó a la opinión pública en 2020, tras una investigación del medio ruso Proekt, que sugirió que podría ser hija de una relación extramarital entre Putin y Svetlana Krivonogikh, ex trabajadora doméstica que, tras el nacimiento de Luiza, habría acumulado una considerable fortuna. El segundo nombre de Elizaveta, Vladimirovna, usado tradicionalmente en Rusia para identificar al padre como “Vladimir”, alimentó aún más las sospechas.
Desde entonces, tanto el Kremlin como Putin han evitado hablar públicamente del tema, y Luiza mantuvo un perfil bajo hasta ahora.
La reaparición de Rozova ocurre en un momento en que las voces disidentes dentro y fuera de Rusia enfrentan persecución, censura y represión. Aunque sus mensajes no nombran directamente a Putin, el tono y contenido han sido interpretados como un gesto de ruptura con el legado del presidente ruso, especialmente en el contexto de la invasión a Ucrania y la creciente tensión política internacional.
Por ahora, ni el Kremlin ni figuras cercanas al presidente han emitido una respuesta oficial a los mensajes de Krivonogikh. Sin embargo, la reaparición pública de Luiza Rozova vuelve a poner sobre la mesa una historia que mezcla política, poder, familia y secretos de Estado. N