
La decisión de desplegar la Guardia Nacional en la capital de Estados Unidos por parte de Donald Trump ha generado opiniones encontradas.
Un asesinato en un tranquilo barrio de Washington, a poca distancia de la Casa Blanca, marcó el centésimo homicidio del año en la capital estadounidense. Mientras la comunidad lidia con la inseguridad, el presidente Donald Trump ha ordenado una intervención federal, desatando un debate sobre la efectividad de sus medidas.
La trágica muerte de Tymark Wells, un hombre de 33 años, ocurrió solo horas después de que Trump anunciara que el gobierno federal retomaría el control de la seguridad en la capital, una ciudad que describió como “invadida por pandillas violentas”.
En el barrio donde ocurrió el asesinato, la preocupación es palpable. Tony, un residente de toda la vida, expresó su frustración: “Me pone enfermo. Ya no es seguro por aquí”. Su vecino Mike coincide, pero rechaza la solución del presidente.
Los habitantes denuncian la venta de drogas y la presencia de personas sin hogar, pero no creen que la intervención federal sea la respuesta. Según Tony, el cruce de calles donde ocurrió el crimen “es un mercado abierto” para todo tipo de drogas, y Anne, otra vecina, menciona encontrar jeringuillas en los jardines de una iglesia cercana.
Mientras Trump describe la situación como “una situación de completa y total anarquía”, los funcionarios locales ofrecen una perspectiva diferente. Brianne Nadeau, consejera municipal, afirma que la criminalidad violenta en Washington está en su nivel más bajo en más de 30 años.
“La cifra puede parecer diferente en Estados Unidos comparado a otras partes del mundo, pero se ha avanzado mucho aquí”, explicó Nadeau, quien califica la intervención de Trump como un “golpe mediático”.
A pesar de los avances, las estadísticas siguen siendo alarmantes. Con 274 homicidios en 2023 y 187 en lo que va de 2024, Washington mantiene una de las tasas más altas del país por número de habitantes.
La respuesta de la administración Trump fue inmediata. Según la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, “alrededor de 850 agentes” federales ya han sido desplegados en la ciudad y se esperan más operativos. La noche del martes, unidades de la Guardia Nacional comenzaron a patrullar las calles.
La alcaldesa demócrata de la ciudad, Muriel Bowser, aunque forzada a cooperar, ha criticado duramente el enfoque: “No es la forma correcta de hacer esto”. Bowser argumenta que patrullar “no es lo que (los agentes del FBI) saben hacer”.
La opinión de los residentes se alinea con la de la alcaldesa. Tom, un administrador inmobiliario del barrio, cree que el “enfoque draconiano” de Trump “sin dudas no cambiará nada”. Mientras tanto, la inseguridad en las calles de Washington sigue siendo el principal motivo de preocupación. N
(Con información de AFP)
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