La ciencia marca un avance significativo con la creación de un híbrido humano-animal, una innovación que abre nuevas posibilidades para el futuro de los trasplantes de órganos. Solo en 2023 se realizaron 172,410 trasplantes en todo el mundo, según datos del portal de estadísticas en línea Statista. Pero ¿qué implicó exactamente el estudio que logró cultivar pequeños corazones humanos en embriones de cerdo?
Por primera vez, un equipo de científicos logró desarrollar pequeños corazones formados con células humanas dentro de embriones porcinos, los cuales sobrevivieron 21 días, tiempo en que los corazones estuvieron latiendo. Los resultados de la investigación fueron presentados esta semana en la reunión anual de la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre, celebrada en Hong Kong.
“Los científicos que desarrollan quimeras individuo-animal cultivan células humanas en embriones animales, con el objetivo de generar algún día animales con órganos humanos que puedan trasplantarse a personas. Esto podría ser una solución a la escasez mundial de órganos”, informó Nature, que retomó el estudio.
Una de las estrategias empleadas para generar quimeras consiste en modificar genéticamente embriones animales para que carezcan de ciertos genes esenciales en la formación de un órgano específico, como el corazón. Luego, se introducen células madre humanas con la expectativa de que sean estas células las que desarrollen el órgano ausente. Diversos equipos de investigación han aplicado este enfoque para cultivar células humanas musculares y vasculares dentro de embriones de cerdo.
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Tal como lo plantea Lai Liangxue, biólogo del desarrollo de los Institutos de Biomedicina y Salud de Guangzhou, de la Academia China de Ciencias, estos mamíferos son una especie donante idónea porque el tamaño y la anotomía de sus órganos son comparables a la de las personas.
EL DESARROLLO DE CORAZONES HUMANOS EN CERDOS SEGUIRÁ BAJO LA LUPA CIENTÍFICA
En contexto, el equipo ya había cultivado riñones humanos en fase inicial en embriones porcinos, que sobrevivieron hasta un mes en cerdas embarazadas. Por ello, ahora los investigadores quisieron comprobar si se podían obtener resultados similares con el corazón.
Para los resultados, Lai y sus colegas reprogramaron células madre humanas para reforzar su capacidad de supervivencia en un cerdo, “introduciendo genes que previenen la muerte celular y mejoran el crecimiento”, explicó la revista académica.
“Los embriones crecieron hasta los 21 días. Descubrimos que los corazones se desarrollaron hasta alcanzar el tamaño equivalente al de un corazón humano en esta etapa de desarrollo. Las células humanas pudieron identificarse porque habían sido marcadas con un biomarcador luminiscente y brillaban”, dijo Lai Liangxue.
No obstante, los científicos no informaron qué proporción del corazón estuvo compuesto por células humanas. En su trabajo previo sobre el desarrollo de riñones, aproximadamente entre 40 y 60 por ciento del tejido renal estaba compuesto por células humanas; el resto seguía estando compuesto por células porcinas.
¿Cuál es el siguiente reto? Hiromitsu Nakauchi, biólogo de células madre de la Universidad de Stanford en California, argumentó que ahora analizarán los datos con mayor detenimiento, ya que “un desafío común con las quimeras es la posibilidad de que las líneas celulares humanas se hayan contaminado con células de otras especies”.
En palabras de otros académicos, si los investigadores desean desarrollar órganos cardiacos para trasplantes, estos deberán estar compuestos completamente de células humanas para evitar que el sistema inmunitario ataque los órganos. N