Argentina ratificó este lunes 26 de mayo su decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y reafirmó sus coincidencias en materias sanitarias con Estados Unidos, en el marco de una visita a Buenos Aires del secretario de Salud estadounidense, Robert F. Kennedy.
El gobierno de Javier Milei justificó su retirada del organismo multilateral al sostener en un comunicado que “las recetas de la OMS no funcionan, porque no están basadas en ciencia sino en intereses políticos y estructuras burocráticas que se resisten a revisar sus propios errores”.
La decisión fue inicialmente anunciada en febrero por el presidente Milei, siguiendo los pasos de su homólogo Donald Trump, quien había anunciado el retiro de Estados Unidos en enero. Milei acusó entonces de “nefasta” la gestión de la OMS durante la pandemia de covid-19 y criticó su “cuarentena cavernícola”.
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El encuentro entre Kennedy y el ministro de Salud argentino, Mario Lugones, tuvo como objetivo definir “una agenda de trabajo conjunto que permita afianzar la transparencia y confianza en el sistema de salud desde un enfoque de prevención, seguridad alimentaria y eficiencia del gasto”, informó el gobierno del país sudamericano.
“Junto a Robert Kennedy creemos en el futuro de la colaboración en salud global. Tenemos visiones similares sobre el rumbo a seguir”, expresó Lugones.
ARGENTINA SE ALINEA CON EL DISCURSO DEL SECRETARIO DE SALUD DE EUA SOBRE LA OMS
Kennedy, quien tiene previsto reunirse el miércoles con el presidente Milei, instó la semana pasada a otros países a retirarse de la OMS y crear instituciones alternativas y afirmó que esta agencia de la ONU está moribunda, en un video transmitido en la asamblea anual de la ONU.
En su discurso Kennedy afirmó que la OMS está bajo una influencia indebida de China, de la ideología de género y la industria farmacéutica. El gobierno argentino también anunció una “revisión estructural” de los organismos nacionales de salud para “ordenar, actualizar y transparentar estructuras y procesos del sistema sanitario que durante años funcionaron con superposiciones, normas obsoletas y escasa supervisión”.
Como contexto, Estados Unidos fue tradicionalmente el mayor donante de la OMS y el anuncio de su retirada sumió al organismo en una crisis presupuestaria que implica una restructuración y despidos.
Además, con su salida, el país norteamericano perdería un acceso privilegiado a datos muy importantes de vigilancia epidemiológica, según han advertido varios expertos, lo que podría mermar las capacidades de prevención y vigilancia de amenazas de salud desde el extranjero. N
(Con información de agencias)