CRECE LA ESPECULACIÓN SOBRE UNA ACCIÓN MILITAR de Estados Unidos contra Venezuela, mientras el presidente Donald Trump intensifica su campaña contra los carteles de droga del Caribe. Washington ha aumentado su presencia militar en la región y realizado ataques contra embarcaciones señaladas por narcotráfico.
Sin embargo, los mercados de predicción como Polymarket y Kalshi indican que un derrocamiento inmediato de Nicolás Maduro es poco probable.
Un ataque de Estados Unidos contra Venezuela sería un evento geopolítico mayor, con efectos en los mercados energéticos dada la magnitud de sus reservas petroleras, las más grandes del mundo.
También podría alterar la seguridad regional, tensar relaciones diplomáticas y aumentar la presión social dentro del país.
Para Trump, una operación exitosa sería presentada como un golpe decisivo contra el crimen organizado; pero un conflicto prolongado o víctimas civiles podrían generar un fuerte rechazo.
Para los analistas, la debilidad política interna pesa más que una intervención militar inmediata.
Trump afirmó el domingo que habló por teléfono con Maduro, sin dar detalles.
Previamente había declarado cerrado el espacio aéreo venezolano en medio del despliegue militar estadounidense en el Caribe y advirtió que ataques terrestres podrían ocurrir “muy pronto”.
Maduro negó dirigir el Cartel de los Soles, designado por EE.UU. como organización terrorista, y acusó a Washington de intereses colonialistas sobre los recursos venezolanos. Caracas prometió resistir cualquier agresión.
Estados Unidos ha desplegado más de una docena de buques de guerra y 15,000 tropas como parte de “Operación Southern Spear”, realizando al menos 21 ataques contra embarcaciones sospechosas desde septiembre, que han dejado al menos 83 muertos, según Reuters.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, defendió la legalidad de los ataques tras revelarse que ordenó a las fuerzas militares no dejar “supervivientes” durante un operativo en septiembre.
Estados Unidos podría ampliar sus operaciones desde ataques marítimos hacia acciones terrestres limitadas, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de Maduro.
El gobierno venezolano probablemente aumente su alerta militar y busque consolidar apoyo interno.
Aunque los mercados no ven inminente la caída de Maduro, advierten que la presión política, la crisis económica y la inestabilidad interna podrían elevar progresivamente las probabilidades de su salida.
Los gobiernos regionales, los mercados energéticos y organismos humanitarios seguirán de cerca la situación, ya que cualquier escalada podría afectar comercio, migración y acceso a recursos esenciales. N
