La organización japonesa Nihon Hidankyo se alzó con el Premio Nobel de la Paz este viernes 11 de octubre. El grupo, fundado en 1956, reagrupa a supervivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki de 1945.
“Este movimiento de base de sobrevivientes de bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, también conocido como Hibakusha, recibe el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares y por demostrar a través de testimonios de testigos que las armas nucleares nunca deben volver a usarse”, declaró el presidente del Comité Nobel noruego, Jørgen Watne Frydnes.
En respuesta a los ataques con bomba atómica de agosto de 1945 surgió el movimiento global Nihon Hidankyo “cuyos miembros han trabajado incansablemente para crear conciencia sobre las catastróficas consecuencias humanitarias del uso de armas nucleares”.
Poco a poco, se desarrolló una poderosa norma internacional, estigmatizando el uso de armas nucleares como moralmente inaceptable. Esta norma se ha conocido como “el tabú nuclear”. El testimonio de los Hibakusha, los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, es único en este contexto más amplio.
Watne Frydnes, también señaló que estos testigos históricos han ayudado a generar y consolidar una oposición generalizada a las armas nucleares en todo el mundo basándose en historias personales, creando campañas educativas basadas en su propia experiencia y emitiendo advertencias urgentes contra la propagación y el uso de armas nucleares.
EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ, EN CONTRA DE LAS ARMAS NUCLEARES
“El Hibakusha nos ayuda a describir lo indescriptible, a pensar lo impensable y a comprender de alguna manera el dolor y el sufrimiento incomprensibles causados por las armas nucleares”.
El próximo año se cumplirán 80 años desde que dos bombas atómicas estadounidenses mataron a aproximadamente 120,000 habitantes de Hiroshima y Nagasaki. Un número comparable murió de quemaduras y lesiones por radiación en los meses y años que siguieron.
“Las armas nucleares de hoy en día tienen un poder destructivo mucho mayor. Pueden matar a millones y afectarían el clima de forma catastrófica. Una guerra nuclear podría destruir nuestra civilización”.
Los destinos de aquellos que sobrevivieron a los infiernos de Hiroshima y Nagasaki fueron ocultos y descuidados durante mucho tiempo. En 1956, las asociaciones locales de Hibakusha, junto con las víctimas de pruebas de armas nucleares en el Pacífico, formaron la Confederación de Japón de Organizaciones de Víctimas de Bombas A y H.
Este nombre se acortó en japonés a Nihon Hidankyo, sin saber que se convertiría en la organización Hibakusha más grande e influyente de Japón.
Nihon Hidankyo ha proporcionado miles de relatos de testigos, ha emitido resoluciones y llamamientos públicos, y ha enviado delegaciones anuales a las Naciones Unidas y a una variedad de conferencias de paz para recordar al mundo la necesidad apremiante del desarme nuclear. N