

INFORMES DE HACE 70 AÑOS sobre luces misteriosas en el cielo, los denominados “fenómenos anómalos no identificados” (FANI) —antes conocidos como OVNI—, estarían relacionados con pruebas de armas nucleares.
Esa es la conclusión de un grupo de investigadores que analizó fotografías históricas captadas entre 1949 y 1957 desde el Observatorio Palomar, en California, Estados Unidos. En ellas identificaron varios puntos brillantes, misteriosos y de corta duración en el cielo.
Los llamados “objetos transitorios” —que aparecen en una imagen y desaparecen en la siguiente toma de la misma zona del cielo nocturno— coincidieron en fechas con reportes de avistamientos de FANI y con pruebas nucleares realizadas en ese periodo. Todas las fotografías fueron tomadas antes del 4 de octubre de 1957, cuando el primer satélite artificial de la humanidad, el Sputnik 1, fue lanzado a la órbita terrestre.
“Las posibles asociaciones de fenómenos transitorios con las pruebas de armas nucleares podrían considerarse por dos razones. Desde 1951 hasta el lanzamiento del Sputnik en 1957, Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña llevaron a cabo al menos 124 pruebas nucleares atmosféricas”, explican los investigadores en su artículo publicado en Scientific Reports.
En ciertas circunstancias, se sabe que la radiación nuclear produce un brillo visible (es decir, radiación Cherenkov). Este fenómeno puede observarse en la atmósfera en respuesta a partículas de alta energía (por ejemplo, rayos gamma), aunque está influenciado tanto por la energía de las partículas como por la densidad atmosférica.
“En consonancia con este concepto, se informó en múltiples ocasiones de la aparición de ‘bolas de fuego’ brillantes en el cielo poco después de ensayos nucleares en lugares donde se esperaba una importante lluvia radiactiva”, apuntan.
Para dar esta respuesta, los investigadores utilizaron un conjunto de datos que abarcaba 2,718 días de observaciones astronómicas para comparar las fechas de los avistamientos transitorios con las fechas de las pruebas nucleares atmosféricas y el número de informes de los FANI.
Descubrieron que los fenómenos transitorios tenían un 45 por ciento más de probabilidades de ser observados dentro del día posterior a las pruebas de armas nucleares y que el número de estos destellos aumentaba significativamente cuando se detectaban FANIS.
El número total de actividad transitoria aumentó un 8.5 por ciento por cada avistamiento adicional de FANI. El equipo también descubrió que los FANI eran ligeramente más comunes durante las ventanas de pruebas nucleares.
“Nuestros hallazgos proporcionan apoyo empírico adicional a la validez del fenómeno FANI y su posible conexión con la actividad de armas nucleares, aportando datos más allá de los informes de testigos oculares”, escriben los investigadores.
Aunque no han podido confirmar definitivamente el origen de los objetos similares a estrellas ni la naturaleza de los FANI, su descubrimiento ha ayudado a descartar potencialmente otras teorías relacionadas con defectos en las placas tectónicas o restos atmosféricos debido a ciertos detalles. Tras este salto, se necesitan más investigaciones para resolver adecuadamente el misterio de qué son exactamente estos seres transitorios. N
(Con información de Hannah Millington / Newsweek Internacional)