La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) eligió la película Sujo, dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez, para representar a México en los premios Goya (a realizarse el 8 de febrero) y Óscar (2 de marzo de 2025).
Premiada en enero en el Festival de Sundance, Sojo representa un frágil soplo de esperanza contra el azote del narcotráfico. La película narra mediante episodios la historia del hijo de un sicario en uno de los estados mexicanos más violentos, Michoacán, aunque en realidad fue rodada en Guanajuato, donde también la violencia persiste.
“Entendemos perfectamente lo delicado que es glorificar o justificar a los perpetradores de violencia, pero esta película buscaba observar los resultados de esa violencia en los niños y en las generaciones jóvenes. Habla de cómo las circunstancias sí marcan a una persona, pero (también) de todas aquellas posibilidades que llevan a un chico a poder salir de un círculo de violencia”, expresó la directora Rondero para la Secretaría de Cultura capitalina.
México cerró el año pasado con 30,523 víctimas de asesinato, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, en el país se ubican 16 de las 50 ciudades más violentas del mundo, entre ellas destacan Colima, Obregón (Sonora), Zamora (Michoacán), Manzanillo (Colima), Tijuana (Baja California), Zacatecas y Ciudad Juárez (Chihuahua).
LA VIOLENCIA EN MÉXICO A TRAVÉS DE LA PELÍCULA “SUJO”
“Son de estas zonas que en México les llamamos zonas de silencio, es decir, lugares donde es muy difícil que entre la prensa. Y por supuesto que es imposible que un equipo de filmación entre ahí a filmar.
“Durante el proceso de rodaje y de preparación de la película, Guanajuato también entró en situaciones de violencia extrema. Será la última película que filmemos ahí (Michoacán) en los próximos años, porque también se ha puesto muy peligroso”, comentó en marzo para AFP Rondero.
Valadez y Rondero trabajan juntas desde hace años, alternando los roles de guionistas, productoras o realizadoras de sus proyectos respectivos. La primera dirigió en 2020 Sin señas particulares, con el guion de su aliada, también sobre la violencia y los jóvenes, con actores no profesionales.
El próximo proyecto de estas dos realizadoras podría concretarse en Estados Unidos, donde ya han sido contactadas para rodar una película con artistas locales.
“Lo que más valoramos de nuestra carrera es la independencia. Así que somos parte de la producción”, refiere Rondero. N
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