Científicos chinos encontraron trazas de agua en unas muestras de suelo lunar traídas a la Tierra por una sonda automática, en el marco del ambicioso programa espacial del gigante asiático.
El rover Chang’e-5 completó su misión en 2020 y regresó a la Tierra con muestras de piedras y suelo de la Luna. Las muestras lunares “mostraron la presencia de trazas de agua”, indicó el grupo de científicos de universidades chinas en un estudio publicado este lunes por la revista Nature Astronomy.
Un detector de infrarrojos de la NASA ya confirmó en 2020 la existencia de agua en la Luna y varios científicos encontraron vestigios de agua en análisis recientes de muestras tomadas en la década de los 1960 y 1970.
Sin embargo, las muestras recabadas por el Chang’e-5 son “de una latitud mucho más elevada” (más cercana a los polos) y proporcionan nuevos datos clave, como la forma que adquiere el agua en la superficie lunar, explicaron los científicos.
“Las muestras apuntan que las moléculas de agua pueden persistir en áreas soleadas de la Luna en forma de sales hidratadas”, afirmaron.
Chang’e-5 fue la primera misión espacial en cuatro décadas que reconoció muestras lunares. Siguió al Chang’e-4, que protagonizó un histórico primer aterrizaje en la cara oculta de la Luna en enero de 2019.
CHINA: LAS MUESTRAS DEL SUELO LUNAR Y LA CARA OCULTA DEL SATÉLITE
China ha dedicado muchos recursos en la última década a su programa espacial, con el objetivo de ponerse a la altura de las potencias espaciales tradicionales, Rusia y Estados Unidos.
Ha construido una estación espacial y se ha convertido en el tercer país de colocar astronautas en órbita. El país también prevé enviar una misión tripulada a la Luna en 2030 y construir una base lunar. El mes pasado, la sonda lunar Chang’e-6 finalizó su misión de recabar las primeras muestras de la cara oculta de la Luna, luego de 53 días.
La cara oculta de la Luna es una zona poco explorada, y es conocida con esta fórmula porque es invisible desde la Tierra. Tiene la particularidad de que sus cráteres no están tan cubiertos por antiguos flujos de lava como los de la cara más cercana a nuestro planeta.
La tierra y las rocas extraídas por la sonda Chang’e-6 son muy prometedoras para la investigación, ya que permitirán saber más sobre la formación y la historia de este satélite de la Tierra. N
(Con información de AFP)